miércoles, enero 31, 2024

 "Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado"...Salmo 32.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 31 de Enero del 2024

Hoy celebra la Iglesia a San Juan Bosco. Nace en Becchi un caserío cerca de Turin, Italia el 16 de agosto de 1815 en una familia humilde y muy pobre. 

Desde muy joven se sintió llamado al sacerdocio y para cumplir ese deseo estudia y trabaja al tiempo en actividades distintas como la enseñanza, mozo de un café y aprendiz de sastre. Fue ordenado sacerdote en 1842 y después de ello, impactado por la situación que vivían los jóvenes que eran explotados por sus patrones  crea un oratorio donde los recibe con cariño y les enseña a vivir la vida conociendo a Jesús desde los talleres y las aulas de Valdocco en el barrio de Turín. Dicha idea se expande  por Francia y España hasta llegar a América. 

Muere el 31 de enero de 1888 en Turín ( Italia) dejando más de 57 casas en  ocho países. El 1 de abril de 1934 el Papa Pio X lo declara Santo y en 1988 el Papa San Juan Pablo II le dio el título de Padre, Maestro y Amigo de las juventudes.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

¿Por qué los paisanos de Jesús no lo reconocen y no creen en Él?, ¿Cuál es el motivo? Fue en su propio pueblo donde Jesús encontró mayor incomprensión. Donde más le conocían. Posiblemente hermanos, también nosotros llevamos ya mucho tiempo conociendo a Jesús, ¿No habremos también nosotros perdido la confianza en el Señor?. Miren, Si conociéramos el don de Dios, le diríamos un día como dijo a la Samaritana: Dios mío, permíteme descubrir la novedad de tu persona, de tu Palabra. ¡Cómo podría cambiar mi vida si descubriera su verdadero rostro!. ¡Cuanta incomprensión! En su tierra no puedo hacer milagros. Y eso es lógico, porque Dios necesita nuestro consentimiento para sacar adelante su relación de amistad con nosotros. Es la bendita y terrible libertad humana. ¡Podemos negarnos a Dios! Pidámosle hoy: !Ayúdanos a encontrarte, Señor!

El Evangelio de hoy tomado de Mc 6, 1-6 nos Dice que: "Cuando llegó el sábado, Jesús comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el hijo del carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?” Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa". Mc 6, 1-5.

A Jesús le conocían desde su niñez y cuando le escuchaban les nace entre ellos inquietudes por la forma como enseñaba y dicen: "¿Donde ha aprendido  ese mensaje tan sorprendente del Reino de Dios?"."¿De quien ha recibido esas fuerzas para curar?" Estaban desconcertados pues creían que le conocían más que nadie. 

Jesús se extraña de sus comportamientos y de su poca Fe porque se resisten a abrirse al misterio que se encierra en su persona.

Hermanos, este mensaje nos recuerda la importancia que hemos de mantener una mente abierta y receptiva a la sabiduría de Dios porque a menudo, nuestras propias expectativas y prejuicios pueden impedirnos ver la grandeza de lo divino en lo cotidiano. Así mismo les sucedió a los habitantes de Nazaret a quienes Jesús les resultó difícil aceptarle como un profeta debido a su origen familiar. 

Hoy estamos invitados a reflexionar sobre nuestra capacidad para reconocer la gracia de Dios en todas las personas y circunstancias de nuestra vida diaria tal como les sucedió a los familiares y amigos de Jesús en Nazaret su tierra natal. ¿Será que vivimos demasiado indiferentes a la novedad revolucionaria del mensaje de Jesús?

Señor, Concédenos la gracia de hablar con certeza del Amor que crea y sostiene nuestra vida, del camino del servicio que conduce a la alegría y de mostrar con nuestra vida ese sendero a otras personas.

 
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martes, enero 30, 2024

"Inclina tu oído, Señor, escúchame"... Salmo 86

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 30 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Todos tenemos alguna experiencia de una enfermedad grave en nuestra familia o en nosotros mismos, por lo que nos es fácil comprender que no hay nada sorprendente en lo que pide Jairo, Líder de la Sinagoga. Miren, cualquier padre cuyo hijo está moribundo haría lo que fuera para salvar a su hijo. En su desesperación, Jairo busca la ayuda de Jesús. En este texto también se nos presenta el caso de una mujer que padecía desde hace doce años flujos de sangre. Y en ambos casos vemos a un hombre y una mujer postrados a los pies de Jesús. Se acercan a Él porque por su Fe, saben que puede solucionar sus problemas a través de Jesús. Todo el mundo quiere ver y tocar al Señor. Saben que Él puede salvar sus vidas en tantos sentidos. Nosotros, ¿acudimos también así y confiamos de este modo en Dios?

El Evangelio de hoy tomado de Mc 5, 21-43 El Evangelio de Marcos 5, 21-43 relata dos milagros realizados por Jesús. Primero, la curación de la hija moribunda de Jairo, un líder de la sinagoga. Segundo, la curación de una mujer que sufría de hemorragia durante doce años. En estos milagros Jesús muestra a los discípulos y personas presentes el poder de la fe como también su compasión y misericordia hacia aquellos que sufren. 

Dice el texto del Evangelio que: "Cuando Jesús regresó en la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y Él se quedó junto al mar. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia: “Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se sane y viva”. Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que lo apretaba por todos lados. Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias. Había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastado todos sus bienes sin resultado; al contrario, cada vez estaba peor. Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás,

entre la multitud, y tocó su manto, porque pensaba: “Con sólo tocar su manto quedaré sanada”. Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba sanada de su mal". Mc 5, 21-29.

En ambos relatos hermanos lo que más nos llama la atención, es la confianza plena que tuvieron tanto la mujer con hemorragia y Jairo, jefe de la Sinagoga en el poder de Jesús, ambas personas fueron atendidas en sus necesidades, porque lo que a Él importa no es el modo como se acercaron a su encuentro, ni las situaciones económicas en que vivían sino la Fe y la Confianza que les impulsa a la búsqueda de la sanación y salvación.

Jesús se inclina ante el sufrimiento humano y cura el cuerpo; y el espíritu. Recordemos que Jesús vino a sanar el corazón del hombre y a darle la salvación, pero pide fe y compromiso en Él.

No podemos olvidar que la fe puede mover montañas y hasta el corazón del mismo Dios; y es ésta hermanos, la condición única que todo cristiano debe tener bien cimentada.

Señor, ¡Cuan infinito es tu poder y tu misericordia! Jesús, tú que te apiadas de todos, en este día te pedimos que podamos contemplar tu Sagrado Corazón y así, enamorarnos más de Ti para ser propagador de tu amor entre todos los hombres.

 
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lunes, enero 29, 2024

"Levántate, Señor. Sálvame"...Salmo 3.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 29 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús pone en el nivel más alto de importancia a las personas. Por eso, no duda en curar a aquel endemoniado, aunque a cambio tenga que morir una piara de cerdos. Sin embargo, para los habitantes de aquel pueblo, los cerdos eran más importantes que aquel pobre desgraciado. Los cerdos están por encima de las personas; en el fondo, el dinero es superior a Dios y a su Reino. En la vida hay momentos en los que ayudar a los demás es una gozada. Nadie sale perdiendo. Todos ganan. Pero en otras ocasiones, ayudar a los demás pasa por privarme de caprichos, perder dinero, dejar de ejercer mis derechos... Y entonces surge la duda ¿vale la pena o no? ¿la gente merece que me sacrifique? ¿no es mejor vivir la vida sin complicármela? ¿Qué te dice Dios? ¿Tu qué le dices?. “Gracias Señor por querernos y valorarnos tanto”.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 5, 1-20 nos narra lo sucedido a la llegada de Jesús y sus discípulos a la región de Garasenos situada a la orilla  del lago de Tiberíades (Dicápolis), un lugar ajeno donde vivía mucha gente esclavizada a las fuerzas del mal y poseída por los espíritus inmundos. 

Dice el texto del Evangelio que: "Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. Él habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante Él, gritando con fuerza: “¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!” Porque Jesús le había dicho: “¡Sal de este hombre, espíritu impuro!” Después le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”  Él respondió: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región. Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: “Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos”. Él se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara unos dos mil animales- se precipitó al mar y se ahogó.". Mc 5, 1-10.

Al desembarcar Jesús, el endemoniado lo reconoce desde lejos y se postra ante Él y Jesús, le restituye la dignidad humana y lo libera de las fuerzas del mal que lo oprimían. 

Este Evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre el poder sanador y transformador de Jesús, así como sobre la compasión que mostró hacia aquel hombre. Nos anima a buscar la liberación del poder del mal en nuestras propias vidas y a acoger la presencia transformadora de Jesús en nuestras comunidades.

Preguntémonos: ¿Hemos aprendido a conocer a Jesús? ¿Confiamos plenamente en el poder y en amor de Él? ¿Estamos dispuesto a ser misioneros de Jesús e ir a muchos lugares para derrotar el mal que absorbe y envuelve al hombre en la miseria? 

Estemos siempre dispuestos a recuperar a muchos de ese mundo y darle la dignidad que se merecen.

Señor, ten misericordia de nosotros. Tú conoces nuestra miseria y sabes cuánto necesitamos de tu gracia para poder seguir tu mandato del amor. Concédenos que este momento de oración aumente nuestra fe, la esperanza y la caridad.

 
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domingo, enero 28, 2024

"Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: "No endurezcan su corazón"...Salmo 95.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 28 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

El Evangelio de hoy junta tres aspectos muy importantes para la fe de nuestro tiempo: 1) Jesús se presenta como palabra franca y actuación misericordiosa. 2) La comunidad de fe ha de estar atenta a la Palabra y a la Actuación de Jesús. Y 3) los amigos en la fe han de sanar aquellos espíritus inmundos que se incrusten en la cotidianidad. Todo creyente y toda comunidad que se llame amiga de Dios no pueden paralizarse ante la inmundicia del mundo, sino volver la mirada y el oído a Jesús para llenarse de su Palabra viva y de su capacidad de sanar. Y así, poder actuar diligentemente en el destierro de toda in-mundicia que ate y paralice la vida. La autoridad de Jesús es para revitalizar todo espacio llenándolo de sentido, escrutar los secretos del corazón generando desafíos, provocar salud devolviendo a la vida y para desconcertar a quienes están asegurados en sus concepciones y puntos de vista.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 1, 21-28 se denota la admiración que mostraba la gente por la forma como Jesús enseñaba la Palabra de Dios. 

Dice el texto del Evangelio, que Jesús y sus discípulos un día sábado entraron en la Sinagoga de Cafarnaún y Él se puso a enseñar y la gente  se asombraba de sus enseñanzas porque lo hacía con autoridad y no como los Escribas. Cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y éstos le obedecen!” Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea. Mc 1, 21-28.

El encuentro de Jesús con el endemoniado en la Sinagoga de Cafarnaún, fue su primer contacto con las fuerzas del mal. En este, Jesús intervino con autoridad incomparable contra el mal en unión con el Padre a tal punto que todos se mostraban asombrados y se preguntaban ¿Qué es esto?

Hermanos, este Evangelio nos muestra a un Jesús que vino a hablarnos de un mundo nuevo: El Reino de Dios y frente a ello, los espíritus inmundos confiesan su derrota. 

Sus Palabras son conmovedoras y producen un impacto ya que nunca antes habían escuchado a alguien así. 

Este Evangelio nos ha de motivar a anunciar el Reino de Dios con nombre propio: El nombre de Jesús pues sus enseñanzas llevan impregnado sus pensamientos irresistibles para las personas.

Hagamos vivo su mensaje dando con nuestros testimonio de vida la fuerza que nos imprime el Evangelio. 

Señor, danos la gracia de conocer y vivir tu doctrina del amor para entregarnos a los demás con total desinterés y donación.

 
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sábado, enero 27, 2024

"Oh Dios, crea en mí un corazón puro"...Salmo 51.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 27 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús se ha servido de sus parábolas para adentrar a sus oyentes en su mensaje del reino de Dios. En el día que nos relata ese pasaje evangélico, ya al atardecer, y podemos sospechar que cansados por la predicación que ha realizado, Jesús “dijo a sus discípulos: vamos a la otra orilla”. Y montaron en una barca para a atravesar el lago acompañados de otras barcas. Se desencadena una pequeña tormenta, de tal manera que las olas “rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua”. Ante este agitado panorama, Jesús seguía dormido y tuvieron que despertarle: “Maestro ¿no te importa que nos hundamos?”. Y Jesús calmó las aguas del lago y  recriminó a sus apóstoles de ser cobardes y de no tener mucha fe. Muchas veces también nosotros, asaltados por las pruebas de la vida, hemos gritado al Señor: “¿Por qué te quedas en silencio y no haces nada por mí?”. Sobre todo cuando parece que nos hundimos, porque el amor o el proyecto en el que habíamos puesto grandes esperanzas desvanece. (…) En estas situaciones y en muchas otras, también nosotros nos sentimos ahogados por el miedo y, como los discípulos, corremos el riesgo de perder de vista lo más importante. Jesús nos sorprende, y nos pone a prueba. El, está ahí, presente y espera  que seamos nosotros los que le impliquemos, le invoquemos, le pongamos en el centro de lo que vivimos.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 4, 35-41 nos presenta una gran enseñanza. Dice el texto del Evangelio que "Después de despedir a la gente Jesús y sus discípulos suben a una barca y les pide navegar hacia la otra orilla. Al atravesar el mar se desató una fuerte tormenta, con vientos huracanados y las olas rompían contra la barca lo que provocó el miedo y el pánico entre ellos. Mientras tanto, Jesús dormía tranquilamente en la parte trasera del barco sobre un cojín, lo despiertan y le dicen: "Maestro, ¿no te importa que naufraguemos?". Él se levantó y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!” El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?” Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”. Mc 4, 35-41.

Este Evangelio nos invita a reflexionar sobre dos temas importantes: la fe y el poder de Jesús sobre las circunstancias adversas. A medida que la tormenta empeora, los discípulos se llenan de miedo y duda, olvidan que Jesús está con ellos. Sin embargo, Jesús les muestra su poder al despertar y calmar la tormenta con una simple orden, dejándolos asombrados y perplejos.

Hermanos, Jesús nos está invitando a examinar nuestra propia fe y que tan grande es nuestra confianza en Dios en medio de las tormentas de la vida. Y es que a menudo enfrentamos dificultades y desafíos que nos hacen sentir inseguros y temerosos. Él nos enseña que Jesús tiene el poder de calmar esas tormentas y brindarnos paz en medio de ellas.

Recordaremos que la fe no es la ausencia de dificultades, sino la certeza de que Dios está presente en medio de ellas. Y miren: Jesús nos muestra que, incluso cuando parece que Él está durmiendo, nunca nos abandona y tiene el control sobre cualquier situación en la que nos encontremos.

Señor, aunque creemos tener fe, necesitamos de tu gracia para acrecentarla. Ante los problemas y angustias nos acobardamos. Hoy te suplicamos que nos ayudes a creer con fe viva en tu nombre y a actuar de manera filial, recordando que Tú eres un Padre que vela con infinita ternura sobre nosotros. Ayúdanos a descubrir tu mano amorosa detrás de todo, porque Tú sólo buscas nuestro bien.

 
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viernes, enero 26, 2024

"Misericordia, Señor, hemos pecado"...Salmo 51.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 26 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

La sencillez de Dios es un gran y hermoso misterio. Un misterio que parece siempre ir en contra de la forma en que vivimos. Una vida en donde el tiempo no espera; donde parece no haber tiempo para la paciencia. Nos acostumbramos a una seguridad que sólo llega cuando presionamos el botón de «enviar» seguido de la confirmación «listo»… sólo así nos envuelve la paz. La sencillez de Dios nos lleva por el camino de la confianza… de la paciencia y de la esperanza. Hacemos y no vemos; no vemos y desesperamos. Jesús nos dice, haz y aunque no veas… sigue haciendo… confía. Paciencia, que aquello que se siembra en tierra buena tiende a crecer. Esperanza, pues la cosecha será más de la que puedes imaginar. Nos invita a confiar en la grandeza de su amor. Nos invita a esperar, no pasivamente, sino movidos por ese mismo amor. Nos invita a no olvidar que aquél que cree en Él tendrá vida eterna. Nos invita a no olvidar que aquél que permanece en Él, ése verdaderamente dará fruto, y fruto en abundancia. Nos invita a creer en la sencillez de su amor. A creer aun cuando no veamos… a esperar lo que se nos será dado… a amar… simplemente a amar.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 4, 26-34, Jesús utilizando dos parábolas  invita a todos sus discípulos a trabajar en la construcción del Reino de Dios sin estar ansiosos de los éxitos o de las inmediatas respuestas de nuestros esfuerzos. 

Y les dice: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. MC 4, 26”. También decía: “¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra”. Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo". Mc 4, 30-34.

Hermanos, hoy el Evangelio nos invita a reflexionar sobre el Reino de Dios y cómo este se desarrolla en nuestras vidas. 

Miremos: En la primera parábola, Jesús compara el crecimiento de una semilla con el crecimiento del Reino de Dios en nosotros y ello nos enseña que aunque no podamos comprender totalmente el proceso, debemos confiar en que la semilla crecerá y dará fruto.

En la segunda parábola, Jesús describe el Reino de Dios como una semilla de mostaza, la cual es una de las más pequeñas, pero crece hasta convertirse en un árbol grande. Esto nos muestra que incluso cuando parecemos insignificantes o nuestras acciones parecen pequeñas, podemos tener un impacto poderoso y transformador en el mundo.

Por lo tanto hermanos animémonos y confiemos en nuestros trabajos pastorales y de evangelización que realizamos pues en ellos el crecimiento de la semilla del Reino de Dios se va reflejando en los demás en la medida en que nuestras vidas vayamos reconociendo el poder de Dios aunque muchas veces nos parezca limitado. Por ello estamos invitados hoy a seguir adelante cultivando la semilla de la fe y el amor, sabiendo que, con el tiempo, estas puede dar frutos abundantes y llevar a la  transformación no solo a  nosotros mismos sino también de muchos que estén a nuestro alrededor.

Te damos gracias Dios por tu compañía, por tus enseñanzas, por su fuerza...Te pido que nos ayudes a vivir de acuerdo con el Evangelio.

 
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jueves, enero 25, 2024

"Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio"... Salmo 117.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 25 de Enero del 2024

Hoy celebra la Iglesia La Conversión de Pablo de Tarso", su nombre era: Saulo y es llamado "El Apóstol de los gentiles". Es Fundador de muchas comunidades cristianas e impulsador del Evangelio de Jesús en muchos centros urbanos del imperio Romano. 

Fue un constante perseguidor de la secta cristiana en su juventud, pero, en una milagrosa aparición de Jesús en el camino a Damasco le hizo convertirse en un ardiente propagador del cristianismo. Viajo como misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y Palestina y escribió: Los Hechos de los Apóstoles y 14 epístolas a diversos  pueblos y comunidades cristianas. 

Nació en el seno de una familia acomodada de artesanos en la capital de la provincia romana de Cilicia, hoy Turquía. Estudió en la comunidad hebraica y fue enviado a Jerusalén para continuar sus estudios en la escuela de los mejores doctores de la ley donde obtuvo una sólida formación  teológica, filosófica, jurídica y lingüística.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

Jesús nos llama, nos reúne, nos da poder y nos envía a proclamar la buena noticia del Reino de Dios y a curar a los enfermos. ¿Nos sentimos llamados, reunidos, fortalecidos, enviados? Jesús nos envía a todos como sus discípulos. Cada uno de nosotros, somos misioneros y llamados a evangelizar. Esto nos muestra que la tarea de anunciar el evangelio es un compromiso de todo bautizado. Recordemos que La grandeza de Dios brilla en la pobreza de los enviados. No necesitamos muchas cosas: la mochila llena de fe y de confianza en quien nos envía, nos acompaña y nos espera al final del camino.

Hoy en el Evangelio tomado de Mc 16, 15-18, Jesús Resucitado se le apareció a los once discípulos y les pide que no se queden encerrados sino que vayan a todos los lugares del mundo para predicar y curar a las gentes con el mensaje de la salvación. Y les dice: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán”. Mc 16, 15-18.

Jesús les pide que tienen que salir y ser testigos de lo que Él les ha enseñado para que así, mucha gente aprendan a vivir y sean signos de la Buena Nueva. 

¿Cómo poder proclamarlo? Lo primero que se requiere es vivir desde la confianza absoluta la acción de Dios, pues Él quiere que pongamos en marcha nuestros planes de restauración para que así, nadie se sienta abandonado por Dios aunque nunca haya oído hablar del Evangelio de Jesús. 

Hermanos, dentro del Concilio Vaticano II hay contemplado algo que quizás lo habíamos olvidado, y que dice así: "El Evangelio es, en todos los tiempos, el principio de toda la vida de la Iglesia" y es este el momento para que entendamos que es en la comunidad cristiana donde se debe acoger de primero el Evangelio de Jesús. 

Señor, tú nos envías a proclamar el Reino de Dios, a anunciar el amor que Dios Padre siente por nosotros, a mostrar la esperanza a quienes la han perdido, a levantar la confianza de los que creen que ya no tienen arreglo. Tu nos envías, también, a curar y a echar demonios. Para vencer a los demonios de la injusticia, la violencia o la mentira, no basta con palabras; no hay secretos ni formulas mágicas. A los demonios sólo se les vence a base de amor, trabajo y entrega.
 
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miércoles, enero 24, 2024

"Le mantendré eternamente mi favor"... Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 24 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús nos invita hoy a mirarnos por dentro: a dar las gracias por nuestro terreno bueno y a seguir trabajando sobre los terrenos que todavía no son buenos. Preguntémonos si nuestro corazón está abierto a acoger con fe la semilla de la Palabra de Dios. Preguntémonos si nuestras piedras de la pereza son todavía numerosas y grandes; individuemos y llamemos por nombre a las zarzas de los vicios. Encontremos el valor de hacer una buena recuperación del suelo, una bonita recuperación de nuestro corazón, llevando al Señor en la Confesión y en la oración nuestras piedras y nuestras zarzas. Haciendo así, Jesús, buen sembrador, estará feliz de cumplir un trabajo adicional: purificar nuestro corazón, quitando las piedras y espinas que asfixian la Palabra. S.S Papa Francisco. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 4, 1-20 Jesús le habla a la multitud que le seguía sobre la Eficacia de la Palabra de Dios, pues ella depende de las condiciones del corazón donde caiga. 

Y para hacerlo más entendible utiliza la Parábola del Sembrador que sale a sembrar. 

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús comenzó a enseñar a orillas del mar y una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. Él les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba: “¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no había mucha tierra, y brotó enseguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; éstas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno”. Y decía: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!” Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de Él junto con los Doce le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: “A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón”. Jesús les dijo: “¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás? El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos. Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen enseguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.”. Mc 4, 1-10

Jesús no tenía lugares exclusivos para enseñarle a la gente. Como hoy lo notamos, utilizó la orilla del mar de Galilea. Él hoy les da a conocer una parábola muy diciente y muy importante en cual, nos dice que para comprenderle lo que dice, debemos estar prestos libres de toda arrogancia, vanidad e intereses, pues así, no podremos entender lo que nos quiere decir, pues nos cerramos en esas seguridades.

Él nos habla de ciertas características de asertividad por nuestra parte. El borde del camino, en lugar pedregoso donde deambulan los problemas, los abrojos o malezas que nos envuelven la vida y la tierra buena, excelente y bien preparada.

Esta parábola retrata nuestra vida y por ello, Jesús nos recalca al final: "¿Tenemos oídos para oír?,  ¿Estamos dispuestos a escuchar?". Él nos pide que hagamos todos los esfuerzos posibles para entender a fondo su mensaje. 

Hermanos, en la vida muchas veces nuestros corazones se endurecen tanto que se van poco a poco convirtiendo en piedras. Nos hacemos difíciles que impedimos que Dios entre a nosotros y no permitirnos que nadie se nos acerque y nos toque,  pues nos sentimos cómodos donde estamos. Y así, nos convertimos en espinas. 

Miren: Hoy Jesús toca nuestros corazones y nos pide cambiar y convertirnos en personas abiertas y dispuestas a recibir y dejar entrar el mensaje de la esperanza. 

Preguntémonos: ¿Qué clase de terreno somos?, ¿Recibes bien el mensaje de la Buena Nueva?. 

Señor, ayúdanos a escucharte, a aceptar tu Palabra, a configurar nuestras vidas con ella. Concédenos ser una tierra buena que produzca fruto abundante por saber acoger y trasmitir tu gracia.

 
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martes, enero 23, 2024

"¿Quien es el Rey de la gloria? Es el Señor en persona"...Salmo 24.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 23 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús nos abre al proyecto del amor del Padre a través de sus gestos, acciones y opciones en el camino. Después de instituir al grupo de los Doce se nos plantean las resistencias a las que se enfrenta Jesús. Por eso la referencia que se hace sobre la familia que viene a verlos propiciará la oportunidad de que Jesús nos ayude a profundizar en su propuesta. De ninguna manera su actitud implica un rechazo a los vínculos familiares. Lo que se quiere resaltar es que la fe implica una relación personal con Jesús y con su Padre. Por eso la respuesta: «El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre» (Mc 3,35). 

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 3, 31-35, Jesús le da un nuevo significado a las relaciones familiares donde todos somos hermanos y fieles a la voluntad de Dios. 

Dice el texto del Evangelio que: "Estando en su casa, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y, quedándose afuera, lo mandaron llamar. La multitud estaba sentada alrededor de Él, y le dijeron: “Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera”. Él les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de Él, dijo: “Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Mc 3, 31-35.

Un nuevo encuentro de Jesús con sus familiares. Este de hoy está muy relacionado con el que ayer reflexionamos, con la diferencia que ahora llegan donde Él se encontraba y quedándose afuera de la casa, lo mandan a llamar. Y uno de los que allí estaba le dijo: "Afuera se encuentran tu madre y tus hermanos". La respuesta de Jesús da un giro en la relación fraterna y hermandad pues ya no es la sangre el criterio que determina la hermandad sino la unión y pertenencia a su grupo de seguidores.

No son los lazos de la carne  y de la sangre los que regulan el amor de Dios a los hombres sino algo muy superior: La Voluntad de Dios.

Jesús enaltece a su madre y la elogia y la pone de ejemplo cuando en la Anunciación del Ángel dijo: "He aquí la Esclava del Señor, hágase en mi según su palabra" lo que Él reafirma cuando dice: "Todo el que hace la voluntad del Padre esa es mi madre".

Hermanos, hoy más que nunca nos urge comprender este llamado que Jesús nos hace: Formar una comunidad unida por los lazos de un parentesco espiritual que esté  muy ligada a la voluntad de Dios, para así, vivir de manera amorosa y fraterna.  

Señor, has dicho: Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra. Gracias por considerarnos miembros de tu familia, porque quieres ser nuestro hermano, por darnos como madre a María.

 
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lunes, enero 22, 2024

"Mi felicidad y misericordia lo acompañarán"...Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 21 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Debemos trabajar también por la unidad de todos los cristianos, ir por el camino de la unidad que es el que Jesús quiere y por el que ha rezado. En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque la hace signo no de la obra de Dios, sino de la del diablo, el cual es por definición el que separa, que rompe las relaciones, que insinúa prejuicios… La división en una comunidad cristiana, ya sea una escuela, una parroquia o una asociación, es un pecado gravísimo, porque es obra del demonio. Dios, sin embargo, quiere que crezcamos en nuestra capacidad de acogernos, de perdonarnos, de querernos, para parecernos cada vez más a Él que es comunión y amor.

En el Evangelio de hoy  tomado de Mc 3, 22-30  podemos ver a los Escribas quienes estaban  totalmente convencidos de poseer la verdad absoluta y por eso, se lanzan en contra de Jesús acusándolo como un endemoniado. 

Dice el texto que: "Los escribas que habían venido de Jerusalén decían acerca de Jesús: “Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios”.

Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: “¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre”. Jesús dijo esto porque ellos decían: “Está poseído por un espíritu impuro”. Mc 3, 22-30

Jesús denomina la oposición al mensaje de la salvación como un pecado al Espíritu Santo y afirma que ese pecado es difícil de perdonar ya que es un pecado que va en contra del amor. 

Él vino a instaurar en el mundo el Reino de Dios, pero ha encontrado la resistencia del mal y entre los dos se crea la pugna. Este hecho hermanos nos pone en la opción de dos alternativas: Optar por el Reino que Jesús proclama o escogemos el del demonio que es el mal. De allí, parte la premisa de Él en afirmar que en "Una familia dividida no puede subsistir". Entonces, para estar del lado de Jesús requerimos estar unidos siendo amorosos y caritativos apartando de sí, la soberbia, el odio, la maldad que desunen al hombre. 

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a rehuir a todas las situaciones adversas y problemáticas para que seamos capaces de contemplar la realidad a los ojos de Dios para abrirnos a la acción salvadora de Jesús. 

Señor, ayúdanos a conocer, vivir y transmitir tu amor a todos los que nos rodean, que rechacemos el rencor y el odio que son alimentados por el demonio para crear división.
 
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domingo, enero 21, 2024

"Señor, enséñame tus caminos"...Salmo 25.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 21 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

La salvación no es automática; la salvación es un don de amor, y como tal, ofrecido a la libertad humana. Siempre, cuando se habla de amor, se habla de libertad. Un amor sin libertad no es amor. Puede ser interés, puede ser miedo, muchas cosas. Pero el amor siempre es libre. Y, siendo libre, requiere una respuesta libre: requiere nuestra conversión. Es decir, se trata de cambiar de mentalidad. Esta es la conversión: cambiar de mentalidad y cambiar de vida, no seguir más los modelos del mundo, sino el de Dios, que es Jesús, como hizo Jesús y como Él nos enseñó. La conversión es una tarea permanente y continua. Nos abandonamos con mucha facilidad en todos los ámbitos: personal, familiar, intelectual, espiritual, social.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 1, 14-20, vemos a Jesús que después  de la aprensión de Juan Bautista por el Rey Herodes Antipas inicia su recorrido por la región de Galilea y busca compañeros  para que le ayuden a realizar la misión que le fue encomendada. 

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron". Mc 1,14-20.

Podemos apreciar que Pedro, Andrés, Santiago y Juan respondieron inmediatamente al llamado; ellos dejaron sus quehaceres y renunciando a todo lo siguieron.

Miremos algo importante: Jesús es quien elige y sabe muy bien porque llama a las personas para que le sigan. Las personas elegidas no tuvieron temor alguno y sin ser superdotados en el conocimiento de Jesús se arriesgaron y dejaron todo. 

Ellos eran personas humildes, pobres, sencillos, sin formación académica y sin influencias.

Preguntémonos: Jesús a nosotros nos a llamado de la misma manera. ¿Cómo estamos respondiendo a su invitación?, ¿Le ponemos condiciones?

Recordemos que cuando vamos caminando con Jesús, lo hacemos llenos de Fe y vamos atentos a sus señales para responderle de manera positiva previendo no perder el rumbo.

Jesús es el verdadero camino y la puerta de entrada al Reino de Dios. 

Señor, danos la gracia de seguir tu llamado, cueste lo que cueste. creemos en tu Evangelio y estamos arrepentidos de nuestras faltas de amor. Nos toca a nosotros que tus palabras no se pierdan. Nos toca a nosotros hacer llegar a todos los lugares el mensaje de la salvación.

 
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sábado, enero 20, 2024

"Que brille tu rostro, Señor, y nos salve"...Salmo 80.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 20 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

La personalidad de Jesús era muy atrayente para todo el mundo. Tan atrayente fue, que como dice hoy la Palabra de hoy, que cuando regreso de nuevo a la casa se juntó tanta gente que ni siquiera tenía la posibilidad de comer. Esta situación provocó distintas actitudes especialmente para su círculo familiar más cercano, a tal punto que llegaban a afirmar que era un exaltado, un loco, una persona fuera de sí. Jesús ponía vida, alma y corazón a su vida pública. Él era un apasionado por la misión encomendada por su Padre. Miremos algo muy importante: La sociedad de hoy en día, necesita a personas con la personalidad de Jesús, que podamos testificar con nuestra vida, hasta la locura, que la presencia de Jesús habite en nuestro interior, que podamos hacer carne lo que Jesús nos dice y nos revela a través de su Palabra aunque esto provoque muchas veces escándalos y aunque experimentemos interiormente que caminamos contra la corriente.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 3, 20-21 vemos a Jesús un poco disgustado con su familia y amigos por la incomprensión de reconocer que sus Palabras y acciones venían de Dios. Muchos de ellos pretendían atribuirle poderes demoníacos.

Dice el texto del Evangelio que "Jesús regresó a su casa y cuando entró se reunió con la multitud que ni siquiera lo dejaban comer. Cuando los parientes se enteraron, salieron para llevárselo porque decían que estaba fuera de si". Mc 3, 20-21.

La fama de Jesús crecía por toda Judea y a Él acudían muchas personas de diversos lugares. Como lo leemos en el texto del Evangelio, unos no lo comprendían porque sus Palabras y acciones no estaban enmarcadas dentro del parámetro de sus normas y leyes y eso que predicaba Jesús, lo veían anormal. Pero Él, les demostraba lo contrario, cuando predicaba, lo hacía con un amor incondicional, exponiendo su vida  pues era un enamorado fiel de las cosas del Reino de Dios.

Hermanos, ¿Cuántas personas necesita hoy nuestra Iglesia que tengan una personalidad igual a la de Jesús?, sí, personas que den testimonio con sus vidas que se encuentran locos y fuera de sí por seguir las propuestas de Jesús. 

Miren, Jesús es exagerado por el amor y quiere que todos alcancemos la salvación. Él nunca dejará a un lado esa tarea y por eso, hoy nos motiva a que nos entreguemos a realizar esa Misión que nos ha encargado para que todos conozcan el verdadero camino que conduce al banquete del Reino de Dios. 

Señor, Hoy queremos que nuestros testimonios acerquen a más personas a tu amor, por ello, te pedimos en este dia que nos regales la luz para saber ser ese imán, no para nuestra vanagloria, sino únicamente para tu gloria, Señor.

 
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viernes, enero 19, 2024

"Misericordia, Dios mío, misericordia"...Salmo 57

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 19 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús busca colaboradores para su misión. Dios busca la cooperación de las personas. Dios pide tu ayuda. ¿Para qué? Para predicar, es decir, para anunciar a las personas el amor de Dios; también para expulsar demonios, es decir, para luchar contra la injusticia, la mentira, el pecado.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 3, 13-19 nos muestra a Jesús que acoge a doce de sus discípulos, los llama Apóstoles y les instruye para que permanezcan con Él; y así,  enviarlos después a formar la comunidad en donde Él sea el eje principal y se anuncie la Buena Nueva del Reino expulsando los demonios.

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce, a los que les dio el nombre de Apóstoles, para que estuvieran con Él, para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios. Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó". Mc 3, 13-19.

En la homilía de su Santidad el Papa Francisco el día 24 de enero del 2020 decía: "Jesús ora, Jesús llama, Jesús elige, Jesús envía a los discípulos, Jesús cura a la muchedumbre. Y dentro de este templo, Jesús, que es la piedra angular, hace todo este trabajo: es Él quien, de este modo, lleva adelante a la Iglesia" 

Miren: Jesús llama a quienes caminan con Él y no con esos criterios que nosotros utilizamos. Es sorprendente que elija y entregue poder y autoridad a personas que van a actuar en su nombre y que se destacan incluso por ser incrédulos, torpes y llenos de sentimientos como la desconfianza, el miedo y la cobardía, pero, con toda estas problemáticas, aceptan el desafío que Jesús les daba, se instruyeron y crecieron en sabiduría y se sintieron prestos a salir de sus rutinas a proclamar el mensaje de Dios. 

Sus nombres como los que atienden su llamado y se atreven a estar en permanente salida, están escritos en el cielo (Lc 10,20) y son estrellas por toda la eternidad. (Daniel 12,3)

Señor, ayúdanos a reiniciar nuestro camino, queremos ser tus discípulos y misionar como lo hiciste tu; para ello, necesitamos cambiar y serte fiel cada día, en los detalles, en las cosas pequeñas, que valen mucho para construir la fidelidad, y por medio de ellas, alcanzar la santidad. Renueva nuestras decisiones para apoyarnos siempre en Ti más que en nuestras propias fuerzas.

 
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jueves, enero 18, 2024

"En Dios confío y no temo"...Salmo 56.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 18 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Todos quieren ver a Jesús y tocarle. Es tanta la gente que hasta Jesús queda preocupado y pide a los discípulos que tengan a disposición una barca para que la multitud no lo aplastara. Desde la barca hablaba a la multitud.   Jesús los invita a que se dejen alcanza por su amor. Miremos: Él viene a nosotros a través de su Palabra y quiere entrar en nuestros corazones. Abrámoselos de par en par para que nos transforme desde adentro, para que podamos reconocerlo, seguirlo y servirlo. Jesús se presenta como alguien que posee dotes especiales para sanar enfermos y expulsar demonios, donde acoge al ser humano que sufre, al marginado. Al mismo tiempo se nos habla de alguien que es capaz de buscar un medio nuevo para no dejar de anunciar el Evangelio.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 3, 7-12 apreciamos que mucha gente de distintos lugares querían conocer y tocar a Jesús. Como lo describe el texto del Evangelio, Él se retiró con sus discípulos a la  orilla del mar de Galilea y lo siguió mucha gente procedente de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como sanaba a muchos todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre Él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!” Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto. Mc 3, 7-12.

¡Qué contraste! Como lo veníamos observando en los Evangelios anteriores Jesús acababa de tener choques grandes con las autoridades religiosas, los Fariseos y Herodianos por el cumplimiento de la observancia del día sábado, y donde Él, denuncia su hipocresía y falta de consideración por los enfermos y necesitados en busca de ayuda y consuelo.

Pero la gente sencilla que no tenía prejuicios y que no envidiaba los dones de Jesús corrían, se amontonaban y hasta se le tiraban encima para poder tocarlo. Mostraban así, una gran confianza porque veían en Jesús a alguien que podía devolverles la esperanza.

La gente seguía a Jesús con gran entusiasmo porque se sentían cautivados por sus Palabras y por la sanidad de sus males. Hermanos, hoy también nosotros nos sentimos atraídos por Él y con ardor en el corazón, lo seguimos con decisión. Pero ese seguimiento debemos hacerlo cumpliendo con celo lo que Él nos comunica y comparte, es decir, brindando amor, siendo bondadosos, amables y con un buen trato hacia todos nuestros hermanos de manera especial hacia los más necesitados y atribulados de sus angustias y necesidades. 

Preguntemos: ¿Cómo estamos viviendo la Fe? ¿Ella te ayuda a vencer los miedos?

Señor, Tú ha sido, eres y serás siempre la respuesta definitiva a los más profundos anhelos y aspiraciones de felicidad, porque sólo Tú tienes palabras de vida eterna, sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. 

 
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miércoles, enero 17, 2024

"Bendito el Señor, mi roca"...Salmo 144.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 17 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

La ley no puede esclavizar al hombre hasta privarle de la salud. Jesús con sus enseñanzas y conducta, rompe esas leyes de los fariseos, que no le dejan llegar a los pobres y enfermos. Al hombre de la mano paralizada no le importó la malicia e hipocresía de los fariseos, creyó y confió en el poder del Señor y por eso extendió la mano. A veces pedimos milagros para poder creer, suplicamos signos en nuestra vida, pero en este pasaje vemos claro, que el secreto para creer, no está en presenciar milagros, sino en tener un corazón limpio. La fe debe ser la luz que envuelva toda nuestra vida y debemos confiar plenamente en el Corazón de Jesús que es un abismo de bondad, misericordia y perdón para con nosotros.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 3, 1-6, Jesús contraviniendo a las autoridades religiosas que le seguían para espiarlo y así tener razones para acusarlo, sana a un hombre que tenía la mano derecha paralizada un día sábado y lo libra de las ataduras que le habían impuesto por las leyes.

Dice el texto que: "Jesús entró otra vez en la Sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo sanaba en sábado, con el fin de acusarlo. Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: “Ven y colócate aquí delante”. Y les dijo: “¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?” Pero ellos callaron. Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Él la extendió y su mano quedó sana. Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con Él". Mc 3, 1-6

Miremos algo importante: El hombre tenía la mano derecha paralizada, es decir,  el brazo principal con el que podía trabajar. Ese hombre por lo tanto, no podía desarrollar bien su actividad laboral. Está en la Sinagoga esperando a ver si recibía alguna respuesta para curar su mal. 

Al llegar Jesús, los fariseos se  pusieron alerta y en vigilancia lo observaban a ver si se atrevía a curarlo. Pero Jesús  que conocía sus intenciones  no deja a un lado su interés por salvar una vida y darle la capacidad de realizar su vida. 

Jesús se compadeció y curó al hombre devolviéndole su movilidad. 

Este hecho nos invita a mirar nuestro compromiso como seguidores del Salvador quienes aceptamos desprendernos de esas enfermedades paralizantes que nos impiden actividades a favor de quienes a grito piden ayuda, acogida y compañía. Jesús nos hace ver hoy que es necesario que nos pongamos siempre prestos a servir sin importar razas, religiones, clases sociales, ni horas, día o lugar donde nos encontremos porque ante todo, ese ha de ser nuestro compromiso.

Señor, cuántas veces nos encontramos tullido como el hombre del que habla el Evangelio. Somos lisiado en el campo del espíritu. Sin tu gracia estamos imposibilitados para obrar el bien. Hoy te pedimos que aumentes nuestra docilidad para escuchar tu voz cuando tu nos hablas.

 
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martes, enero 16, 2024

"Encontré a David, mi siervo"... Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 16 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús ha comenzado su actividad pública de manera sorprendente. Enseña que el Reino de Dios irrumpe con su persona y por ello cura a los enfermos y perdona los pecados. La gente se admira ante lo ocurrido, otros sin embargo, lo rechazan. Los judíos vigilan y están alertas para criticar, para acusar. Jesús disculpa a sus discípulos, "da la cara" por ellos. Cuánto cuesta dar la cara, sobre todo cuando te la pueden partir. Jesús no condena, disculpa, comprende... Perdona hasta lo que le están matando "Perdónales, Señor, que no saben lo que hacen".

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 2, 23-28 vemos a los Fariseos criticar fuertemente a Jesús por permitir y tolerar a sus discípulos en la desobediencia y violación de las normas y leyes como el ayuno y actividades durante los días sábados que estaban consagrado al Señor.

Dice el texto del Evangelio que: "Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le dijeron: "¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?". El les respondió: "¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?". Y agregó: "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado". Mc 2, 23-28.

Para los judíos el día sábado era el día consagrado al Señor y ese día no estaba permitido realizar ninguna actividad.

Él entra en controversia con los Fariseos al proclamar que el día sábado había sido hecho para que el hombre camine y viva en libertad y no haciéndose esclavo de las leyes o mandatos como lo era el descanso sabático.

Hoy centra su Palabra en la actitud de los discípulos de arrancar las espigas para satisfacer el hambre.

Eso para los Fariseos era un acto de violación a la ley. Entonces Jesús les recrimina y les deja claro que el principal valor es la salvación del hombre porque este está por encima de cualquier institución social, moral y religiosa; y que la salvación del hombre vendrá a través de unas firmes relaciones personales con Dios.

Hermanos, la Palabra de Dios es como esas espigas maduras que arrancaron los discípulos y se las comieron, pues esta alimentan nuestro espíritu. Por tanto no ignoremos las Sagradas Escrituras, pues si lo hacemos estaremos adaptándonos de lo que Dios quiere para nosotros. La Palabra de Dios es nuestro mejor alimento. 

Haznos, Jesús, hombres coherentes que no teman a las dificultades, que no deserte de su misión, que no trate de ocultar su egoísmo o sensualidad en posturas aparentemente coherentes pero faltas de compromiso y de auténtica virtud.

 
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lunes, enero 15, 2024

"Al que sigue buen camino, le haré ver la salvación de Dios"...Salmo 50

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 15 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

A vino nuevo, odres nuevos, hombres nuevos. Con el vino nuevo a que se refiere Jesús en el Evangelio nos quiere hace ver la necesidad que ha de tener el hombre en la búsqueda constante de su perfección y santidad. Dios quiere odres nuevos que contengan personas acogedoras como se mostró su Hijo Jesús. Personas que, antes de acoger a los demás sepan cómo hay que hacerlo, que acojan a un Padre que sólo piensa en hacer nuestra vida más humana, más gratificante, más justa. Una vida donde las coordenadas sean la paz, la verdad y la justicia. Y, como fruto maduro, la misericordia y la bondad, sinónimo de santidad.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 2, 18-22 Jesús utilizando una excelente estrategia justifica a los discípulos de Juan Bautista y a los Fariseos que un día ayunaban juntos, la libertad con que se han de tomar los antiguos ritos y   preceptos. Ellos inquietos, le preguntan: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?” Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!” Mc 2,18-22.

Jesús les da a entender que las leyes que practican quedaron caducadas con su venida y por lo tanto, se hace necesario cambiar de mentalidad ya que, ante todo, debe prevalecer el Amor. 

La respuesta que da Jesús va dirigida a quienes le quieren seguir sus pasos pues no se han de distinguir por sus prácticas religiosas sino por su estilo de vida que cada día ha de crecer centrada en su enseñanza con la guía del Espíritu Santo. 

"¡A vino nuevo, odres nuevos!" nos dice Jesús hoy. Y con ello se inaugura un nuevo tiempo para vivir en el que ya no hay espera ni promesas. 

Hermanos, que nuestra alegría sea la de sentirnos hijos amados y llamados por Dios. Un Padre que nos brinda su amor en todos los momentos de la vida. Que el "vino nuevo" de su Hijo Jesús de un sabor nuevo siempre a nuestra existencia. 

Señor, ayúdanos a crecer espiritual y apostólicamente para poder ofrecerte una vida nueva marcada por el amor a Ti y a nuestros hermanos. Que tu Espíritu Santo, santificador, nos guíe para que con una absoluta confianza en tu providencia infinita logremos tu deseo de ser perfectos.

 
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