viernes, enero 26, 2024

"Misericordia, Señor, hemos pecado"...Salmo 51.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 26 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

La sencillez de Dios es un gran y hermoso misterio. Un misterio que parece siempre ir en contra de la forma en que vivimos. Una vida en donde el tiempo no espera; donde parece no haber tiempo para la paciencia. Nos acostumbramos a una seguridad que sólo llega cuando presionamos el botón de «enviar» seguido de la confirmación «listo»… sólo así nos envuelve la paz. La sencillez de Dios nos lleva por el camino de la confianza… de la paciencia y de la esperanza. Hacemos y no vemos; no vemos y desesperamos. Jesús nos dice, haz y aunque no veas… sigue haciendo… confía. Paciencia, que aquello que se siembra en tierra buena tiende a crecer. Esperanza, pues la cosecha será más de la que puedes imaginar. Nos invita a confiar en la grandeza de su amor. Nos invita a esperar, no pasivamente, sino movidos por ese mismo amor. Nos invita a no olvidar que aquél que cree en Él tendrá vida eterna. Nos invita a no olvidar que aquél que permanece en Él, ése verdaderamente dará fruto, y fruto en abundancia. Nos invita a creer en la sencillez de su amor. A creer aun cuando no veamos… a esperar lo que se nos será dado… a amar… simplemente a amar.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 4, 26-34, Jesús utilizando dos parábolas  invita a todos sus discípulos a trabajar en la construcción del Reino de Dios sin estar ansiosos de los éxitos o de las inmediatas respuestas de nuestros esfuerzos. 

Y les dice: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. MC 4, 26”. También decía: “¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra”. Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo". Mc 4, 30-34.

Hermanos, hoy el Evangelio nos invita a reflexionar sobre el Reino de Dios y cómo este se desarrolla en nuestras vidas. 

Miremos: En la primera parábola, Jesús compara el crecimiento de una semilla con el crecimiento del Reino de Dios en nosotros y ello nos enseña que aunque no podamos comprender totalmente el proceso, debemos confiar en que la semilla crecerá y dará fruto.

En la segunda parábola, Jesús describe el Reino de Dios como una semilla de mostaza, la cual es una de las más pequeñas, pero crece hasta convertirse en un árbol grande. Esto nos muestra que incluso cuando parecemos insignificantes o nuestras acciones parecen pequeñas, podemos tener un impacto poderoso y transformador en el mundo.

Por lo tanto hermanos animémonos y confiemos en nuestros trabajos pastorales y de evangelización que realizamos pues en ellos el crecimiento de la semilla del Reino de Dios se va reflejando en los demás en la medida en que nuestras vidas vayamos reconociendo el poder de Dios aunque muchas veces nos parezca limitado. Por ello estamos invitados hoy a seguir adelante cultivando la semilla de la fe y el amor, sabiendo que, con el tiempo, estas puede dar frutos abundantes y llevar a la  transformación no solo a  nosotros mismos sino también de muchos que estén a nuestro alrededor.

Te damos gracias Dios por tu compañía, por tus enseñanzas, por su fuerza...Te pido que nos ayudes a vivir de acuerdo con el Evangelio.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:18 a.m. | Permalink |


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