jueves, abril 29, 2010
LA HUMILDAD EL VALOR QUE JESÚS NOS TRANSFIRIÓ

Humildad es reconocer nuestras debilidades, cualidades y capacidades y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo.

El valor de la humildad ayuda a las personas a contener la necesidad de decir o hacer gala de sus virtudes a los demás.

Una personas que vive la humildad hace el esfuerzo de escuchar y de aceptar a todos. Cuando más aceptamos, más se obtendrá el cariño y reconocimiento, porque una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras agradables.

Humildad es aceptar las cualidades con las que nacemos o desarrollamos, desde el cuerpo hasta las posesiones más preciadas. Por tanto, debemos utilizar estos recursos de forma valiente y benevolente.

Ser humilde es dejar hacer y dejar ser, si aprendemos a eliminar la arrogancia, reconocemos las capacidades físicas, intelectuales y emocionales de los demás. Por tanto, el signo de la grandeza es la humildad. La humildad permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable.

En la medida en que somos humildes, adquirimos grandeza en el corazón de los demás.

El éxito en el servicio a los demás proviene de la humildad; cuanto más humildes, mayores logros obtendremos. No puede haber beneficio para el mundo sin la humildad.

Una persona humilde puede adaptarse a todos los ambientes, por negativos que éstos sean; nunca dirán “no era mi intención decirlo”, según la actitud, las palabras reflejarán eso, entonces debemos cuidar nuestras palabras para no lastimar sin desearlo. Cuando expresemos una opinión debemos hacerlo con el corazón y mente abierta para aceptar las particularidades, la fortaleza y la sensibilidad de uno mismo y de los demás.

Para ser humildes, necesitamos ser realistas, conocernos a nosotros mismos tal como somos. Únicamente así podremos aprovechar todo lo que poseemos para obrar el bien. Siempre encontramos cosas en nuestra propia persona que no nos gustan, capacidades que no estamos aprovechando o cualidades que no estamos desarrollando. Lo importante es aceptar la situación e intentar luchar por superarse día a día.

SEÑOR, ENSEÑANOS CADA DÍA A SER MANSOS Y HUMILDES DE CORAZÓN.
 
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sábado, abril 24, 2010
LA TERNURA DE DIOS ESTÁ A NUESTRO LADO PARA QUE NADA NOS DESTRUYA

Hoy como quisiéramos escuchar esas palabras que Jesús les pronuncio a sus discípulos cuando montados en una barca y lejos de la tierra, las olas de un mar embravecido y con un viento en contra, les golpeaba duramente: “¡ Calma soy Yo, no tengan miedo!” Mt. 14. 27).

Hoy estamos llenos de temor y llenos de miedo; vamos a diario navegando en un mundo tenebroso por tantas cosas que suceden a diario. Enfermedades, deudas, conflicto con las personas que amamos, guerras, suicidios, desplazamientos forzados, etc. Que parecen destruir nuestra barca y hasta zozobrar en este mar embravecido.

Cuantos quisiéramos escuchar esas palabras que con autoridad y salidas de la boca de Jesús, llegasen a nuestros corazones para darnos paz y serenidad. No queremos temer, pero tanta circunstancia adversa nos estremece con sus olas fuertes que nos amenazan con destruir en mil pedazos la frágil barca de nuestra existencia.

De verdad, cuanto nos asusta, parece que no hubiese escapatoria alguna.

El Resucitado nos habla hoy, sus Palabras y su presencia viva, doblegan todo mal. Por ello, nos atrevemos a asegurar que su ternura está a nuestro favor y que Él no hará que nada malo nos destruya.
Sus Palabras nos devuelven la serenidad, tal como ese día, cuando al aparecer caminando sobre ese mar embravecido, calmó el viento y las olas. ¡Si! Solo esas Palabras pueden devolvernos la serenidad y con ella en nuestros corazones, seguiremos con paso firme nuestro caminar por la vida.

Escuchémoslo y dispongamos a acoger su voz, con seguridad iremos a ver y notar que esos sentimientos de miedo y pánico que alteran nuestras vidas, van a desaparecer. Veremos con nuestros ojos que todo va a cambiar y que vamos a estar preparados con su Voz a continuar sin afanes el ritmo de la vida.

Solo te decimos: ¡ Animo ¡ Jesús nos asegura que es Dios, que está a nuestro lado y que no tenemos por que temer, por que nada ni nada podrá dañarnos ese amor y esa ternura que se hace presente en nuestros corazones.

SEÑOR, HOY SENTIMOS TU PRESENCIA A NUESTRO LADO, TU NOS FORTALECES Y NOS ENSEÑAS A VIVIR.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:54 a.m. | Permalink | 0 comments
miércoles, abril 21, 2010
CON UNA FE FIRME VENCEREMOS TODO MAL Y TEMOR

Nada en la vida va ha ser más fuerte que Dios. Dios está por encima de todo y Él, como Ser Supremo y Padre Nuestro, nos salvaguarda de todo mal. Por ello, tenemos que confiar en Él y demostrarle que en nosotros existe la firmeza de la fe y de una oración que nos sale del corazón.

Él no nos defraudará y nos responderá siempre a nuestro favor. Tengamos esa certeza, pero no olvidemos que su tiempo no es igual al nuestro y que todo lo que Él realiza, lo hace de acuerdo a su voluntad.

Miren, el mal tiene muchas estrategias y una de ellas consiste en atacar y acabar al hombre llenándolo de miedo y de inseguridades. Lo entristece y lo arrincona, lo amilana y encierra hasta ocultarlo en un lugar donde nada ni nadie lo pueda encontrar. Le hace creer al hombre que no puede más y que ya es demasiado tarde mostrar sus esfuerzos por superarlos; según él, ya no tiene nada que hacer, porque ha vencido todas sus fuerzas.

Tengamos presente. Cuando sintamos que el miedo y el temor toca nuestras puertas, mantengámonos con una fe firme y unas oraciones llenas de toda franqueza, así, Dios sabrá que salen del corazón; y con toda seguridad; en Él, vamos a encontrar el apoyo y la fuente de toda convicción para detener y frustrar su intento.

Él nos regalará su Espíritu, que con un ímpetu combatiente nos llenará de fuerzas, animo y valentía para luchar y seguir adelante.
Por ello es necesario que hoy tomemos conciencia en la necesidad que tenemos de llenarnos todos los días de Él.

Un ejemplo claro nos lo mostró Jesús al vivir en medio de nosotros. Él, fue atacado, maltratado, escupido, juzgado y asesinado, pero siempre tuvo claro que el Padre Dios no lo iba a abandonar pasara lo que pasara.

Ello lo debemos tener muy claro; para seguir erguidos y siempre adelante de la mano del Resucitado; para enfrentar toda situación y si es el caso, tener una misma muerte en cruz como la que tuvo Jesús, es necesario tener firmeza en la fe y no titubear de ella, porque es allí, donde nos llenamos de inseguridades y caemos.

Esta meditación ha de quitarnos todo miedo y temor. En estos días próximos al Pentecostés, pidámosle al Espíritu Santo las fuerzas necesarias para tener el valor de enfrentarlo todo por su amor.

SEÑOR, FRENTE A TI RECIBIMOS LA FUERZA DE TUS BENDICIONES QUE NOS LLENAN DE PAZ Y SERENIDAD.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:13 a.m. | Permalink | 0 comments
viernes, abril 16, 2010
DIOS NO NOS DEJA SOLOS EN NUESTRAS LUCHAS DIARIAS

La vida todos los días trata de hacernos conscientes de nuestras debilidades y fragilidades; vemos como a diario nos atacan los problemas y en medio de ellos, surgen los dolores y situaciones difíciles que tenemos que sufrir; pero llenos del Espíritu de Dios, como unas fortificaciones creadas por Él, los podemos descollar gracias a esa fuerza y ese poder que nos fortalece y nos llena de valentía para enfrentar como guerreros las asechanzas que nos deparan.

Creemos en Dios y tenemos su fuerza y su poder para salir adelante. Dios no nos deja solos en nuestras luchas diarias, siempre está actuando en nuestro favor. Siempre está llenando nuestros corazones de todo eso que nos hace falta para poder continuar.

Es por ello, que hoy tenemos que tomar conciencia no solo de nuestras fragilidades sino del poder y ayuda que nos ofrece Dios.
Vean, esa doble toma de conciencia nos capacita para hacernos fuertes y enfrentar las diferentes situaciones de la vida con valentía y seguridad.

Confiemos plenamente que Dios está siempre a nuestro lado y desea derramar en nuestro interior todas las bendiciones necesarias para que podamos ser más que triunfadores frente a los diferentes escollos de la vida.

Si tenemos claro que la ayuda que Dios nos brinda es importante para vivir, vamos a estar siempre animados y dispuestos a enfrentarnos a todos los retos de la vida.

Tengamos claro que la vida se hace feliz desde el mismo momento que nos hagamos conscientes que podemos enfrentar las situaciones y triunfar alcanzando así los objetivos y metas que nos hemos trazado.

Recuerda, la felicidad es la suma de los momentos felices y la consecuencia de las buenas decisiones que hemos tomado.

Tengamos animo porque estamos con Dios y con la seguridad que con Él a nuestro lado vamos a alcanzar los mejores logros y triunfos.

SEÑOR, CUANDO LLEGAS A NUESTROS CORAZONES NUESTRAS VIDAS SE ILUMINAN, GRACIAS POR EXPERIMENTAR TU PRESENCIA.
 
posted by Laureano García Muentes at 12:51 p.m. | Permalink | 0 comments
lunes, abril 12, 2010
SIGAMOS SOÑANDO Y LUCHANDO POR AQUELLO QUE HEMOS QUERIDO ALCANZAR

Cuando vivimos sin ilusiones, la vida se nos amarga y se hace una tragedia. El no tener sueños, ilusiones que nos hagan señalizar la vida es terrible, por que así vivimos en la nada y encerrados en nuestros propios egoísmos.

De verdad, es terrible que cada día nos levantemos y no tengamos un norte a donde encausar nuestra barca, o en otros términos, soñar e ilusionar emociones que nos hagan vibrar nuestro corazón. El que vive así, lo hace como aquel que va cayendo en un abismo muy profundo y que a pesar de sus pocos esfuerzos, no se detiene ante la amenaza de estrellarse contra algo muy doloroso.

Si, no nos digamos mentiras. Quienes experimentan esta vida, no saben que hacer y sienten que con el paso de las horas y de los días, sus vidas se hallan en un gran vacío, una inseguridad y perciben que a cada instante, se les agota.

Nuestra sociedad actual vive bajo la conjetura de lo económico y se aparta cada vez más de la presencia viva del Resucitado. Se ha olvidado del hombre que vive, sueña y tiene ilusiones. Para ella, estos que viven así, ya están devaluados y pertenecen a otras épocas.

Vean. Estamos frente al gran imperio del dinero y de lo mundano. No nos percatamos que frente a ellos, nuestras vidas se revuelcan y nos lanzan al dolor. Es esté el imperio de lo vano, de lo superficial, de lo vacío; de él emerge un valor intrínseco que vuelve loco a la gente: él que lo posee, es el más importante y el más trascendental.

¡Cuanto nos cuesta dejarlo todo y creer! ¡Como nos dejamos engañar y arrastrar por las cosas del mundo!. Si, las dudas de mirar hacia delante nos opacan y no nos dejan levantarnos y ni soñar, eso es lamentable. Veamos. A pesar de notar que a nuestro alrededor existen evidencias que son irrefutables de cambios, de sueños, ilusiones y esperanzas, tenemos miedo al riesgo y a enfrentarnos a nuestras realidades. Nos hacemos los orejas sordas, escasos de amor y hasta aislados de la comunidad, solo porque le tenemos miedo y temor del cambio.

Hoy todos estamos llamados a soñar y luchar por aquello que siempre hemos querido alcanzar. Miren, tenemos la necesidad de vivir la fe, no solo como personas, sino como comunidad. Para ello, se hace importante orar con constancia a Dios y colocar en Él toda nuestra confianza a pesar de que hoy vivamos la cultura del individualismo.

SEÑOR, PERMITE QUE TODOS SEAMOS SIGNOS DE ESPERANZA Y DE TU AMOR EN EL MUNDO DE HOY.
 
posted by Laureano García Muentes at 9:20 a.m. | Permalink | 0 comments
miércoles, abril 07, 2010
DEJARNOS ENCONTRAR POR CRISTO

Cristo recorre los caminos del mundo y busca hoy, como lo hizo hace 2010 años, corazones heridos, corazones hambrientos, corazones necesitados, corazones vacíos.

Ofrece amor, regala paz, resucita entregas, provoca santidades. Limpia, sana, dignifica a hombres y mujeres zarandeados por la vida, hundidos en el pecado, abatidos por la tristeza, marginados o rechazados por sociedades llenas de egoísmo y vacías de esperanza.

Nos tiende la mano, nos persigue con “lazos de amor” (Os 11,4), nos libra del poder del maligno, nos viste con una túnica blanca y nos invita al banquete del Reino.

Necesitamos dejarnos encontrar por Cristo, permitirle que entre en nuestras vidas, dejarle las puertas abiertas para que pueda decirnos lo mucho que nos ama.

¡De verdad lo necesitamos! Lo necesitamos desde lo más profundo de nuestra alma. ¿Por que? Por qué “lo que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él. Porque Cristo “no sólo es un ser humano fascinante... es mucho más: Dios se hizo hombre en Él y, por tanto, es el único Salvador” .

Cristo recorre los caminos del mundo. Hoy podemos abrir los ojos para descubrirle, para sentir su mirada de Amigo bueno. Hoy podemos escuchar su voz que serena, profunda y divina, que nos repite: “No te condeno... porque he venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido...” (cf. Jn 8,11; Lc 19,10).

Su susurro es con cariño eterno: “Sí, vengo pronto”. Y hoy le respondemos desde lo más profundo de nuestra alma, con fuerza:: “¡Amén! “¡Amén!, ¡Ven, Señor Jesús, aquí estamos para hacer tu voluntad!” (AP 22,20).
 
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lunes, abril 05, 2010
NUESTRO ENCUENTRO CON CRISTO RESUCITADO

Hoy ante todos los desafíos que nos plantea el mundo, renovamos nuestra fe y proclamamos con alegría a todos los que nos rodean que Cristo ha resucitado, que hemos encontrado en Él el amor y la redención; que está vivo y habita entre nosotros. Qué por Él podemos ser libres del pecado y de toda esclavitud para trabajar en el mundo día a día a fin de que muchos al conocernos encuentren la justicia y el amor fraterno de hermanos.

¡Si!, Jesús nos llama a ser sus discípulos y que vayamos por todos los lugares engrandeciendo su nombre con una fe firme y fortalecida en su Resurrección, Por ello, con gran alegría hoy proclamamos que Él es el Único Camino, la Verdad y la Vida.

Respondiendo a su llamado, le miramos a sus ojos y lo seguiremos paso a paso por los caminos del Evangelio. Escuchamos su Palabra que tiene vida eterna y el acontecer del Reino al que nos llama mediante una conversión firme y decidida. Ella es y será siempre el punto de partida para transformar de la sociedad de hoy que como vemos se encuentra alejada de los ojos de Dios.

Cuando nos identificamos con Jesús, Maestro y Guía nuestra vida se transforma, se impulsa en el amor y el servicio a los demás. Este amor implica una continua opción y discernimiento para seguir fielmente en camino de las bienaventuranzas, por tanto, no temamos a la cruz que supone para cada uno de nosotros la felicidad al seguimiento de Jesús, ya que ella se ilumina por la luz de la Resurrección.

El llamado a ser discípulos de Cristo Salvador en el mundo nos exige una decisión muy clara : Coherencia entre la fe y la vida, sin ella, perdemos la legitimidad; la encarnación de los valores del Reino que son: Amor, Justicia, Paz, Solidaridad y Fraternidad; inserción en la comunidad; y por último ser signos de contradicción y novedad para el mundo de hoy.

El mundo está sediento de espiritualidad, por ello, hoy queremos ser orantes y maestros de la oración, de una oración que nace de la vida y del corazón. Somos fermento del Evangelio, no solo con las palabras sino con nuestra vida.


SEÑOR, COLOCAMOS NUESTRAS VIDAS Y AFANES EN TUS MANOS. CONFIAMOS EN TI PORQUE VIVES Y ESTAS ENTRE NOSOTROS.
 
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