martes, julio 31, 2007
EDUCAR ES ACOMPAÑAR

Los jóvenes como los niños son como unos globos vacíos que hay que llenar con un volumen grande de aire. Los padres tenemos la obligación de ir colmando sus cabezas y el corazón, para moldearlos a que sean unos ciudadanos de bien, basándonos en unas normas morales y éticas. Sabemos por naturaleza, que todos los hombres tienden a ser libres, a pensar y decidir, a expresarse, a creer y crecer individualmente, pero todo dentro de un conjunto de prescripciones que se han determinado dentro de la sociedad, fundadas en experiencias vividas.

Cuantas veces nos hemos equivocado cuando a nuestros niños le complacemos en todo y los llenamos de regalitos para que sean felices. Los paseamos y le damos todos los gustos, pero caemos en el error, porque ellos no son bolsas vacías que llenamos con objetos. Ellos son seres humanos y como tal, están llenos de posibilidades, cualidades y particularidades y no podemos intervenir para cambiarlos sin guiarlos.

Cuando criamos, educamos y educar es acompañar. Educamos para que ellos descubran sus cualidades e inclinaciones y todas sus riquezas interiores. Así se cumple el ciclo normal de la crianza y crecimiento personal.
Educar, no es enseñar a hacer que ellos aprendan a concebir las cosas que nosotros los adultos sabemos, como subir una escalera, caminar, etc. ¡NO! Educar es el arte más difícil de todos los artes y para ello hay que contar una gran dosis de paciencia y desprendimiento, admitiendo que los niños logren formar su propia personalidad.

Recuerdo con lo expuesto, un caso que sucedió un día cualquiera al dialogar con una amiga quien me explicaba que su hija mayor, había escogido una carrera profesional que para ella, no le veía futuro. Que varias veces la había regañado haciéndole ver lo peligroso y arriesgado que era, porque podía llevarla a la perversión. Me comentó que le ha pedido muchas veces que cambie su profesión por una de mejor futuro personal y profesional. Pero que sus intentos habían sido vanos, por ser su hija una joven inexperta y que no había comprendido aún que su futuro no estaba en lo económico sino su crecimiento personal. Pero que ante su solicitud se mostraba indiferente y rebelde.

¿Como pensaríamos hoy nosotros para ayudarla a que ella entienda lo que desea su hija? ¿Será necesario disponer un momento de dialogo y que ambas expongan sus pensamientos y de común acuerdo lleguen a un entendimiento compartido?
Reflexiona cual sería tu posición al respecto. Tus ideas y aportes servirán para cuando en nuestro caminar, se presenten casos similares.

“En cualquier parte que estuviereis, considerad siempre como una de las obras principales de la Sociedad el trabajar en la formación de buenos elementos para sus propias filas. Esta es la esperanza de la Sociedad, la esperanza de la Iglesia”
P. Jordán Cap.37.1
 
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domingo, julio 29, 2007
ABRE EL CORAZÓN Y SE ACABARÁ TU SOLEDAD

Cuando nos cerramos en la soledad, nos sentimos solos y se nos viene a nuestras mentes muchas cosas que nos agobian y nos entristecen. Entonces todos esos momentos que vivimos y anhelamos junto con muestras alegrías y felicidades desaparecen. Nos invaden las nostalgias y lo más peligroso de todo, es que no logramos conectarnos con nosotros mismos, ni con los demás.

Pero muchos somos los que aprovechamos este tiempo y nos adentramos en nuestro interior y recorremos lo que ha sido nuestra vida. Analizamos nuestras cosas buenas y malas proponiéndonos a superarlas y hacer de ellas un conjunto de experiencias que sirvan a otros para un mejor mañana y de una manera atractiva. Ocupamos el tiempo libre en actividades que de verdad nos llenen y nos realicen como verdaderas personas en el medio, nuestra familia y la sociedad.

Cuando nos entregamos a algo que nos gusta, nos volvemos incansables y hasta nos señalan de fastidiosos, pero persistimos en nuestro afán de continuar nuestros proyectos con mayor decisión, colocándolos en las manos de Dios. Oramos y pedimos misericordia y perdón por las faltas cometidas, nos arriesgamos y consagramos todo nuestro tiempo libre a las actividades que nos llenen hasta el punto, que las horas se nos van volando y la soledad se diluye como el agua.

Al vivir esta experiencia ya no sentimos que estamos solos, sino al lado de Dios y buscamos la manera de relacionarnos con los demás. Hacemos amigos e ingresamos a grupos y comunidades que nos ayuden a encontrar el verdadero camino de la felicidad.

En esos grupos y comunidades nos forjamos en crecer y a encontrarnos con verdaderas amistades que nos ayuden a saber convivir y compartir experiencias, algunas personales que nos fortalecen y otras que aportan ayuda y desarrollo.

En esos grupos nos integramos y vivimos verdaderamente los valores de la vida y nos consagramos en el afán de trabajar todo el tiempo por los pobres y marginados y aquellos que aún no conocen el camino de Jesús.

Cuantas cosas buenas podemos realizar en nuestros ratos libres y en medio de nuestras soledades, cosas beneficiosas para el mundo, que abarcan todo el tiempo y no nos hacen sentir solos.

La bonita experiencia de encontrar a Dios en la Soledad. Ha sido y seguirá siendo el significado de mi trabajo para mantener esta página. Por ello, cada día sueño compartir en mis escritos las experiencias vividas.
Durante el primer año de este portal, he hallado la bondad de Dios, a Él, Elevo una plegaria por proveerme la capacidad, la inteligencia y la sabiduría para realizar mis escritos y al Padre Francisco Jordán, por ser mi guía espiritual y haberme enseñado a conocer, amar a Dios y poder transmitir al mundo lo que significa el carisma Salvatoriano.
 
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jueves, julio 26, 2007
CONSTRUIR PARA TRANSFORMAR EL MUNDO

Las dificultades, problemas y persecuciones, forman parte de la vida y se constituyen como fragmento en la historia del hombre. Ellas, se van compilando como memorias ejemplares para las futuras generaciones junto con las alegrías y tristezas, los momentos de éxito y fracasos.
Así se construye la historia a través de los tiempos y muchas de las experiencias que se van reuniendo, ayudan en la conformación de las comunidades, con guías y orden.

La comunidad cristiana se inicio así; cuando Cristo convocó a sus apóstoles y discípulos entregándoles la misión de anunciar en todos los rincones del mundo el mensaje de la salvación, muchos fueron los hombres y mujeres que lo siguieron, algunos le creyeron y otros lo señalaban como el intruso y violador de los principios que existían para esa época. Cuando ocurrió las muerte de Jesús, se desató una gran persecución contra sus seguidores, porque los creían apostatas y renegaban la Ley de Moisés; lo que los obligó a salir a muchos sitios y ciudades a divulgar con fe, la buena nueva de la Salvación.

Cuantas dificultades sortearon en muchos pueblos, cuantos fueron sacrificados por la causa del Reino y cuantos perseguidos por el hecho de divulgar la doctrina de un hombre que había sido condenado y muerto como el peor de los malhechores. Pero en medio de todas las dificultades, el mensaje de Jesús tuvo una gran acogida entre la gente pobre, que permitió extenderse por todo el Imperio y en todo el mundo.

Aún nos hallamos hoy inmersos en un cúmulo de conflictos que nos impiden muchas veces, realizarnos como persona, viviendo situaciones que nos alejan del plan de salvación y así, muchos son los que optan por vivir el ateismo práctico.

Para edificar, tenemos que ser concientes que todos los hombres somos hijos de Dios, que somos padres, hermanos, tíos, cuñados y amigos, que todos tenemos un vínculo familiar y que solo unidos a un mismo fin, podemos aportar en la construcción de un mundo nuevo como lo quiere el Señor.

La voluntad de Dios se enmarca en el desarrollo de nuestras potencialidades y en la común unión con nuestros hermanos, viviendo así, la plenitud del amor. Por ello, Él, nos mueve e invita insistentemente a pedir como lo hizo el ciego en Jericó llamado Bartimeo, quien se puso a gritar al paso de Jesús: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”.Mc.10.47.

En medio de las dificultades, es necesario recurrir a Dios con la sola disposición de querer liberarse de las condiciones materiales que nos aprisionan, para que Él con su ayuda y nuestro desprendimiento, podamos construir la historia de la transformación del mundo.

"Deseo ardientemente que todos vosotros estéis penetrados del espíritu de la Sociedad. De esto depende muchas cosas, quizás la salvación de millares y millones de almas". P. Jordán P y E. Cap.29.1.
 
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martes, julio 24, 2007
¿AYUDAMOS A NUESTRO PRÓJIMO?

Los cristianos de hoy, tenemos que hacernos preguntas sobre la manera como estamos sirviendo al hermano que se acerca a nuestro lado y que espera que lo oigamos, lo defendamos y le brindemos nuestras manos y nuestro corazón.
A todos, les propongo que interioricemos el Evangelio de San Lucas Cap.10.25-37 y reflexionemos sobre la manera como estamos realizando nuestro compromiso de seguidor de Jesús, en medio de una sociedad donde impera el egoísmo y los intereses personales. Descubrámonos con preguntas como estas:
¿Estaremos siendo sordomudos ante aquellos que nos plantean sus problemas de manera sincera y humilde? ¿Serán quizás sus necesidades poco importantes para nosotros? ¿No entendemos que las necesidades, sus problemas y sufrimientos que nos exponen, las manifiestan por creer ellos que somos el signo del amor de Dios?

Muchos de nosotros aún no hemos sido capaces de detenernos a escucharles y brindarles nuestra voz de aliento, ayudándolos con consejos y experiencias de vida, a la luz de la palabra, con gestos y acciones al estilo de Jesús.
El mandamiento del amor nos compromete a todos y cada uno a ser misericordiosos, generosos y bondadosos con aquel qué se acerca a nosotros o con aquel a quien nos acercamos, además nos invita, ha amarlo como nos amamos nosotros, es decir, volviéndonos prójimo.

Cuando nos detenemos, los escuchamos y actuamos de manera desinteresada entregando nuestro ser, dones y carismas sin intereses; estamos siendo coherentes y universales, es decir, expandimos el Reino de Dios por el mundo; siendo consecuentes con ellos, haciendo obras de misericordia ha esos hermanos que necesitan el amor de nosotros.

Las obras y acciones de caridad ayudan a que superen sus dificultades y con nuestro gesto humanitario, puedan conocer y amar a Dios y a Cristo Salvador. Es en este terreno grande y fértil, donde tenemos que trabajar unidos, porque en él, muchos son los hombres y mujeres que aún no conocen a Dios y son numerosos los que sufren y están llenos de calamidades y miserias, por falta de amor.

Hoy estamos invitados a continuar la caridad que nos enseño Jesús y sin ir muy lejos, promovámosla en nuestros hogares, sitios de trabajo o con todas aquellas personas que se relacionan con nosotros, practicándola a través de la corrección fraterna, la tolerancia, el perdón, gestos que dan un testimonio fiel al compromiso de ser cristianos que enseñan al hombre a ser sensible con sus hermanos.

PRACTICAR LAS OBRAS DE MISERICORDIA, ES UNA MANERA DE EVANGELIZAR.
ACTUAR POR AMOR A JESÚS HA DE MARCAR LA DIFERENCIA.
 
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sábado, julio 21, 2007
CULTIVAR EL AMOR

Al leer y meditar la palabra, podemos palpar en ella el aliento de Dios que nos impulsa y llena de su Espíritu para que como unas fortificaciones, enfrentemos los obstáculos que comprimen el camino y podamos continuar vigorosos los pasos del Salvador entre tantas astillas y cizañas.

En el Evangelio de San Juan Cap.13. 2-17, Jesús en la última cena nos hace un gesto muy expresivo, cuando al ponerse de rodillas se dispone a lavar los pies a sus discípulos. Nos propone a los que queremos seguirle e imitarlo, que también hay que tomar esas actitudes de sincera humildad: Dar de si todo lo que podamos y aceptar al mismo tiempo lo de los demás, con amor.

Es necesario entonces, saber con claridad que todo lo que el hombre posee proviene de Dios y que nada de lo que tenemos es nuestro. Dios nos dio como sus hijos, la facultad de seguir su obra creadora en el mundo, realizándola de manera desinteresada, cultivando en ella su amor. Es así, que nuestro ser y actuar han de ser coherentes a la ley de Dios, compartiendo mutuamente lo que tenemos, sin exclusividades y sin egoísmo.

Serviciales no serviles o falsos. Ser cristiano es estar comprometido en dar a conocer al Salvador del mundo sin renunciar a su dignidad. Ve en el otro a Jesús como su hermano, sirve con amor y busca construir en medio de la desesperanza una comunidad fraterna y solidaria.

Jesús, supo rebajarse haciéndose servidor de todos, sin buscar intereses personales, ni el poder. Plantó al servicio de todos sus dones y talentos, enseñando a los que estaban a su alrededor que ante todas las cosas hay que servir gratuitamente y con amor.

Quien lo acepta y se propone a seguirle, reconoce que la tarea del Maestro no es algo reservado para unas cuantas personas, las más “espirituales” que otras… ¡No!, Toda persona tiene la obligación de seguirle a partir del bautismo para obtener lo que gratuitamente Cristo nos donó a todos por igual.

El Padre Fundador deseaba siempre que la Sociedad realizara grandes obras para la gloria de Dios y decía: “Sed vosotros activos como las hormigas y las abejas. Imitad más bien a estas que aquellas aves que sólo tienen apariencia exterior, y en las cuales se halla algún encanto, pero que son de poca utilidad”. P y E. (Vida y acción según el espíritu de la Sociedad. Cap.20. 14).


AMEMOS AL ESTILO DE JESÚS Y CON ESE EJEMPLO, AYUDAREMOS A SUPERAR LAS DERROTAS Y LOS FRACASOS.
 
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jueves, julio 19, 2007
¿ SOMOS INSEGUROS ?

Tener confianza en si mismo y en Dios, es fundamental para quien pretenda iniciar la organización de su vida, por qué quien se decida a ello, ha de apostar mucha valentía para frenar los impulsos y desafiar las cosas que han de venir. Quien tenga duda y se sienta incapaz, es posible que tenga su interior débil, es inseguro de si mismo y puede perder su tiempo arriesgándose.

En la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos Cap. 8. 5-17 encontramos una exhortación a los que quieren seguir avanzando con estos propósitos, “el Espíritu Santo guía y conduce hacia el encuentro definitivo con el Padre”.
También, en la 1 Carta a los Corintios Cap.9.24-27 nos dice a los que iniciamos la carrera del encuentro, “pues cada uno debe imponer su régimen estricto para lograr la corona deseada”. Y en el Cap. 15.20-23 de esa misma carta, nos muestra la esperanza y la seguridad que se nos da al vivir al lado de Cristo.

Somos muchos los que nos consideramos “prepotentes” y creemos que estamos siendo coherentes y convincentes con nuestras actitudes y que con ellas, podemos convencer a los demás, pero nos engañamos, por qué son muchos los que están a nuestro alrededor viendo nuestras inseguridades frente a los cambios. Cuando nos sentimos descubiertos, negamos los defectos, nos mostramos miedosos de si mismo y nos turbamos. Dando muestras que aún persisten nuestras inseguridades y debilidades; y cuando algo nos sale mal, resolvemos las cosas sin vacilación y desesperadamente para no dar sospechas de las faltas. Somos débiles y tímidos interiormente, aunque externamente demostremos lo contrario. Fingimos que “estamos haciendo las cosas bien” y para contradecir las cosas, le echamos las culpas y las responsabilidades a los que están a nuestro alrededor.

Habemos otros que somos “tímidos” y como los “prepotentes”, mostramos también nuestras inseguridades, conocemos muy de cerca nuestros aspectos negativos y no sabemos cuantos de ellos nos revelan las debilidades personales. Somos insuficientes y no sabemos cortejar. Cuando se nos presenta un dialogo somos difíciles, nos quedamos callados y no expresamos nada, nos cerramos en si mismo, y nos creemos inferiores a los demás. Es la timidez pues, una inseguridad y quienes la poseemos tendemos a no permitir que nadie se nos acerque para darnos consejos. Los tímidos se vuelven pesimistas.

A ambos hoy Jesús les dice: “¿Por qué son ustedes tan mentirosos?, ¿Todavía no tienen fe? Mc.4.40, “¡Quien quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y que me siga, porque el que quiera asegurar su vida la perderá; en cambio, el que pierda su vida por mí y por el Evangelio se salvará!”. Mc.8. 34-35.
 
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lunes, julio 16, 2007
MI FAMILIA, UNA INVERSIÓN QUE VALE LA PENA

Muchas son las expresiones que escuchamos en la calle y que valen la pena resaltar sobre lo que verdaderamente ha de ser una familia.
Algunos no lo consideran así, y hasta hablan de ello, como si fuese el matrimonio un martirio. Se nos platica muchas veces de rentabilidad y de términos financieros, pero al fin de cuentas, lo que vale es la familia y la unión familiar.

Cuando hablamos o escuchamos a alguien referirse al término inversión, inmediatamente se nos viene a la mente que estamos describiendo algo económico, lucrativo e inclusive a un mercado de capitales. Nunca se nos ocurre pensar que también ese termino lo podríamos relacionar con la familia.

La familia, como cualquier negocio se inicia con una pequeña inversión la cual en el transcurrir de los tiempos, se revierte en algo productivo, que nos permite obtener la solidez y la seguridad que buscamos.

Se constituye una familia mediante la unión de dos personas, hombre y mujer que se aman y que juran ante Dios y la comunidad vivir unida para toda la vida, soportándose y entendiéndose el uno al otro y proponiéndose permanente amor. De esa unión provienen los hijos y se instituye así, la familia.

Padre y madre dan lo mejor de sí, para educarlos, vestirlos y brindarles una excelente formación personal y familiar. Inversión que se verá reflejada en el tiempo y en el espacio, cuando ellos ya adultos, culminen sus estudios e inicien la conformación de sus hogares.

La mejor inversión de una pareja que se ama y se une bajo el vinculo del matrimonio, es formar una familia donde sus miembros se brinden el amor, la fraternidad, la solidaridad, el afecto, la confianza, el buen ejemplo y se estimulan unos al otro para el dialogo y la comunicación.

“Hagan lo que Él diga” fue la frase de la Virgen María que significó el compromiso de la familia para vivir la plenitud del encuentro con el Señor.


BAJO LA SOMBRA DE LA CRUZ NACE Y CRECE UNA FAMILIA TESTIMONIO DE VIDA PARA EL MUNDO.
 
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domingo, julio 15, 2007
SER ANUNCIADORES DE LA VERDAD

Aceptar el llamado de seguir a Jesús como su discípulo, significa para el hombre vivir la verdad y convertirse en signo de ella en el mundo, irradiándola en su medio con hechos y acciones coherentes.

Desde que tenemos uso de razón y vamos comprendiendo lo que significa tener fe cristiana, se nos va exigiendo ser íntegros en el cumplimiento de valores, virtudes y en el testimonio de las verdades del Evangelio. Para ello, es necesario aceptar y creer que Dios es único y trino y que Jesucristo es su Hijo, el enviado por Él para liberarnos de la esclavitud del pecado.

Se nos habla, que para vivir socialmente y en comunidad hay que cumplir unas etapas y una serie de preceptos que nos permitirían instruirnos para poder convivir basados en la moral cristiana; la cual nos ayuda a percibir el bien y el mal y de inclinarnos siempre por hacer lo bueno evitando lo malo.

Con esas etapas, se va educando y perfeccionando nuestra conciencia. En el discurso del Santo Padre Benedicto XVI en la Plenaria de la Congregación de doctrinas de la fe, nos dice: “Por eso Jesús dona al hombre la plena familiaridad con la verdad y lo invita continuamente a vivir en ella. Es una verdad ofrecida como realidad que conforta al hombre y, al mismo tiempo, lo supera y rebasa; como Misterio que acoge y excede al mismo tiempo el impulso de su inteligencia. Y nada mejor que el amor a la verdad logra impulsar la inteligencia humana hacia horizontes inexplorados. Jesucristo, que es la plenitud de la verdad, atrae hacia sí el corazón de todo hombre, lo dilata y lo colma de alegría capacitándolo para un amor auténtico”.

La voz de la conciencia nace y muere con el hombre. Una conciencia recta y bien formada nos pide a que obremos siempre con honestidad, con lealtad y sinceridad, siendo coherentes y transparentes, veraces y auténticos.
Cuando no se obedece y se cumplen esas normas primarias se llegan a la mentira y a la hipocresía, se afecta la personalidad y la conciencia, se agrieta y se ahonda en una crisis interior.

En el Cap.18.37-38 del Evangelio de San Juan, Cristo al ser juzgado por el poder político de su época le respondió con una expresión autentica como Hijo de Dios a Pilatos quien le cuestionaba, diciéndole, que en Él residía la realización definitiva de toda auténtica aspiración humana: “Tu lo has dicho: Yo soy el Rey. Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la verdad. Todo hombre que está de parte de la verdad escucha mi voz” a lo que Pilatos le pregunto: ¿Qué es la verdad?, pregunta que no respondió Jesús, porqué ya le había dado la respuesta.

Asumamos sin ningún temor la necesidad de quitarnos los maquillajes que poseemos y tengamos la valentía de erradicar la mentira que corroe nuestro ser, siendo auténticos como realmente somos y debemos ser.


LA MORAL CRISTIANA NOS EXIGE QUE DEBEMOS SER UNOS LEGÍTIMOS PROCLAMADODORES DE LA VERDAD.
 
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jueves, julio 12, 2007
ASUMIR LA CONDICIÓN HUMANA CON SUS LIMITACIONES

Hay en el mundo muchos hombres que no aceptan sus faltas, se muestran desconfiados, corren el riesgo de vivir aislados, se escudan y justifican su encerramiento a las situaciones que le son contrarias y que les salen mal. Son prepotentes y se creen los más perfectos. Cuando algo inesperado les ocurre, culpan de todo lo sucedido ha aquellos que le son más cercanos y que están en su entorno. No miran a los demás con misericordia y se vuelven insoportables.

Viven con el afán de hacer todo a la perfección y creen que nunca se equivocan y cometen errores. Son esquivos a todo, huyen de aquellos que optan por darles consejos y que buscan con ellos, convencerlos de que hay que cambiar y mejorar la manera de ser y actuar.
Sus despotismos frente a toda situación hacen alejar a muchos de su presencia, aludiendo que nada les interesa mejorar, cerrando así, toda posibilidad de crecer. Señalan, que nada tienen que variar ya que lo que hacen lo realizan a la perfección… ¡Como enredan y complican sus vidas sin razón de ser!

A manera de reflexión les propongo que se esfuercen por encontrar el sano equilibrio de las cosas y entren a buscar con tranquilidad y seriedad la perfección, asumiendo la condición humana que nos regala Dios, con sus limitaciones.

Es bueno que hoy nos retiremos y con la palabra de Dios reflexionemos un poco sobre nuestras actitudes y nuestra manera de ser y hacer las cosas. Ya que es posible que nuestros comportamientos y nuestras acciones en el medio que actuamos, sea como las de ese tipo de personas.
Es posible, que con nuestros procederes estamos siendo incoherentes a lo que nos pide Dios e inconcientemente contribuyamos a fortalecer y ahondar más los grandes problemas de convivencia social y familiar, la hermandad e inclusive la vida de comunidad.

¿Será que estaremos perdiendo el tiempo y el disfrute de una vida con sentido junto a nuestros seres queridos, familiares y amigos, solo por el hecho de estar cerrados a nuestras fallas y por no aceptar nuestras debilidades tal como son?

Que importante sería que en este momento con toda sinceridad, tomásemos dos hojas de papel y en una hiciéramos una lista de todas esas cosas que existen en nuestro interior y que solo nosotros conocemos y en otra nos propusiéramos a escribir las formas y medios para mejorarlas, haciéndonos compromisos para forjarnos en hombres nuevos, dispuestos a brindar un ejemplo de vida al mundo, a la luz de la palabra y de la presencia de Dios.

TU LO PUEDES Y LO DEBES HACER PORQUE EL MUNDO NECESITA HOY DE PERSONAS QUE DEN TESTIMONIO DE VIDA.
 
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martes, julio 10, 2007
CIMENTAR NUESTRA VIDA EN LA PALABRA

Una de las exigencias que demanda el Señor a quienes quieren constituirse verdaderos discípulos continuadores de su obra en el mundo, es la de tener fe y confianza de creer y vivir la palabra. Por qué en ella, se fundamenta la vida cristiana, la humildad y la confianza en la Divina Providencia.

Mediante la palabra Jesús nos prepara y nos fortalece en su llamado y nos invita a que aprendamos de Él. Así, una vez instruidos y concientes de la importancia de su Reino, nos envía al mundo para que propaguemos la buena nueva de la salvación entre hombres utilizando todos los medios que nos inspire el Espíritu Santo.

En la palabra está Dios, así lo describe El apóstol San Juan, en el Cap.1. 1-18. En ella, Dios se constituye en el alimento perdurable que ayuda al hombre a que encuentre la santidad. Es la palabra además, la base principal de la enseñanza para el cristiano y donde él descubre los sustentos esenciales para su crecimiento espiritual y doctrinal, que le ayudarán a proclamar la verdad y el camino que conduce al hombre para el encuentro definitivo con Dios.

La Palabra es pues, para los cristianos, la voz de Dios revelada al hombre por la inspiración del Espíritu Santo. Es un libro eminentemente espiritual que habla sobre la historia de la humanidad, su creación, su caída en el pecado y su salvación.
Dios a través de su palabra quiere entablar constantemente una conversación con los hombres, una conversación viva, eficaz y muy seria. Su palabra es como semillas que son colocadas en los corazones para que nazcan, crezcan y produzcan fruto abundante.

En el Evangelio de San Lucas, Cap. 10. 1-12. 17-20, Jesús después de haberles enseñado a sus discípulos con palabras, hechos y acciones de vida, envía a un número de ellos para que le preparasen la visita en los diferentes pueblos donde Él debía llegar, pero, les advierte, que para darlo a conocer, hay que ser humildes, amorosos y sembradores de paz. Y les pide, no llevar nada que les distraiga y le hagan perder el tiempo.

Cuando los cristianos nos acogemos a la palabra, perdemos el temor y somos capaces de dar hasta la vida por Él. Sentimos que el Señor está a nuestro lado, acompañándonos, enseñándonos y protegiéndonos en cada paso que demos, para que la misión que nos ha confiado sea efectiva y exitosa.

DISTANCIÉMONOS DE LOS BIENES MATERIALES Y DE ESAS ESCLAVITUDES QUE NOS OFRECE EL MUNDO Y RECIBAMOS CADA DÍA A JESÚS EN NUESTRA CASA, PARA QUE NOS ENSEÑE UNA VIDA SERVICIAL Y SOLIDARIA, SUSCEPTIBLE DE IMITACIÓN.
 
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domingo, julio 08, 2007
LA VIDA QUE NOS REGALA DIOS ES IGUAL PARA TODOS

Dios persevera tanto al lado de los buenos y de los malos sin que se agote un instante. Con generosidad nos regala la vida y a cada uno le da libertad para que la construya a su manera. Él nos hace libres pero nos marca pautas desde que nacemos, para que la vida, la realicemos dentro de unos parámetros morales y sociales. Por ello, no podemos responsabilizarlo de todo lo que nos sucede.

Muchos hoy cuestionan muchas situaciones que acontecen en el diario vivir y se hacen preguntas como estas: ¿Por qué a los buenos siempre les va mal, a muchos de ellos, les toca sufrir demasiado para alcanzar las cosas; mientras que a los malos les va bien, gozan su vida y disfrutan de los placeres que le da el mundo? Cuanta ironía tiene la vida. ¿Donde está Dios?, ¿Por qué suceden estas cosas?

Ante tanta incertidumbre que existe y entre tantos cuestionamientos y evaluaciones sobre el transcurrir de la vida que nos regala Dios, tenemos que tener presente, que Dios está en cada uno de los hombres, tanto en la vida del bueno, como la del malo. Él no abandona al hombre a pesar de las situaciones que le depara la vida. Está en medio de los sufrimientos, desgracias, gozos y alegrías, amándonos y ayudándonos a seguir adelante.

Si miramos la vida de Jesús, nos daremos cuenta que Él vivió esa misma situación. Recibió el mal a cambio de todo el bien y por todas esas cosas que hoy día nos ayudan a crecer, por ejemplo, el odio lo cambió por amor, las ofensas las convirtió en palabras alentadoras y sanadoras, la muerte en cruz la cambio por una vida abundante, además, nos prometió enviarnos la guía del Espíritu Santo para que perseverásemos y no desfalleciéramos un solo instante en la búsqueda del bien. ¿No te has dado cuenta que Él nunca renegó a nada?

A pesar de que pareciera que triunfan los malos, los corruptos y los inmorales, los buenos siguen haciendo el bien y luchando en expandir el amor de Dios por todo el mundo.

A todos los que así piensan les digo ¡Animo!, nunca cedan, no dejen que el mal les atrape y los acoja como uno de sus soldados. Piensen mucho antes de actuar y hagamos el bien, sin desfallecer.
Y lo mas importante de todo, nunca olvidemos que Dios nos regala una vida igual a cada uno, pero que es necesaria construirla basada en el amor.


LOS BUENOS SIEMPRE SERÁN VICTORIOSOS AL LADO DE DIOS.
EXPANDE SU AMOR POR TODO EL MUNDO.
 
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jueves, julio 05, 2007
COMO ENCONTRARNOS CON DIOS

Hoy en día es necesario que afiancemos la presencia de Dios en cada unas de las situaciones de nuestro diario vivir, para que nuestras acciones y actuaciones tengan un sentido. En Dios encontramos el consuelo, la feliz esperanza, la firmeza y el aliento que nos ayuda a actuar y obrar.

Muchos son los caminos que nos llevan a encontrarnos con Dios, como también son muchas las pistas que nos ayudan a reconocer su presencia entre nosotros, ellas están en nuestro entorno, las palpamos a diario y son: la naturaleza y el aire que respiramos, el corazón, los acontecimientos de la vida, el dolor, los sufrimientos y los gozos.

Si vivimos desde la fe la experiencia de Dios, aprenderemos a vivir como se ama a los demás y a quitarnos de encima todos los elementos que nos restan fuerza para encontrarlo de verdad.

Cuando somos capaces de decir “yo no soy todo”, “yo no soy el dueño de mí ser”, podremos afirmar que creemos en Dios. Y esa fe nos hace fuertes hasta el punto que nos ayuda a que trascendamos a la verdadera felicidad.
Dios es la fuente de la vida y como tal, está en cada uno de nosotros.

Cuando poseemos el deseo de vivir de manera honesta y generosa, cuando nos esforzamos en convivir de una manera justa, equitativa y pacifica, cuando trabajamos por la defensa de la dignidad de todas las personas, cuando sentimos la necesidad de dar y recibir, de tener un acercamiento personal con el hermano de manera servicial y solidaria y cuando sentimos la necesidad de renovarnos y cambiar para vivir una vida nueva llena de esperanzas, vivimos el encuentro con Dios.

En la experiencia de la vida diaria, en el trabajo bien hecho, en el niño que nace, en el disfrute de un paisaje, en la contemplación del mar, en lo frágil y liviano de las cosas, en las añoranzas y anhelos, en la soledad, en las dudas, la confusión, el sufrimiento y en la muerte, está la presencia de Dios.

Dios es amor gratuito, por ello, ¿que mejor camino podría haber para encontrarnos con Dios?, El abrirnos gratuitamente a Él mediante el amor y acompañamiento cercano al pobre y al más necesitado, buscando generosamente el bien del hermano y trabajando de manera desinteresada en construir una sociedad justa y solidaria, cumplimos los deseos de Dios.

“Debéis ser hombres de fe, y por consiguiente tener una gran confianza. La esperanza nace de la fe. Si queréis realizar grandes obras para la gloria de Dios y para la salvación de las almas, debéis tener una fe muy grande y poderosa, unida a una gran confianza”. P. Jordán P. y E. Cap.2.12


DESAFIEMOS Y BUSQUEMOS LA MANERA DE ENCONTRARNOS PARA VIVIR COMO DIOS
 
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martes, julio 03, 2007
¿QUIERES SER LIBRE?

Al ir superando el pasado, es normal que se vengan a nuestras mentes muchas nostalgias. Muchos excavan sus mentes y encuentran aún que muchas son las debilidades que sienten. Y cuando esto ocurre, se les viene la tentación de revertirlas y de buscar la manera de resurgirlas. Se llenan de tristeza y nacen entonces en ellos, los aguijones por retroceder y retomarlas; hasta llegar al punto de ver de qué manera enmendar ese “paso falso dado” y “sin quererlo” vuelven a caer, se llenan de temor, no avanzan y se llenan de peros para seguir adelante.

Jesús en un pasaje le dijo a los que le seguían y a sus discípulos: “Si alguno quiere seguirme, que se niegue a si mismo, tome su cruz y me siga, porque el que quiera asegurar su vida la perderá; en cambio, el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará” Lc.8.34-35.

Jesús nos pide la libertad. Que seamos capaces de dejarlo todo con independencia y que no nos dejemos condicionar por las debilidades. Por ello, habla fuerte y exige en Lc. 9.51-62, al ver que quienes lo siguen les preocupan las cosas del mundo, más no las que Él proclama y les dice con dureza: “El que empuña el arado y mira para atrás no sirve para el Reino de Dios”.

Estas palabras nos permiten reflexionar y definir que para ser un verdadero seguidor de Jesucristo, es necesario tomar actitudes substanciales, ha de hacerse renuncias y sacrificios, ha de ser desprendido y generoso y ha de estar siempre dispuesto a todo por el Señor.

Quien sigue a Jesús no mira hacia atrás, lo imita y concibe que el amor hacia los demás es lo más importante. Ha de ser esa persona que entiende muy claramente que defender a los hombres, es hacer que se cumpla la justicia Divina, así sea, optando por posiciones radicales que lo conduzcan a una muerte en cruz; que es imprescindible, decir la verdad, porque ella, hace parte del compromiso y por tanto, ha de tener como característica principal la revelación de la fraternidad, el servicio, de ser irreconciliable con los errores, no siendo egoísta, ni patrocinador del libertinaje y de la vida sin moral y religión.
En conclusión: Está llamado ha hacer el bien, a proclamar valores al igual que Jesús.

NO DUDEMOS EN SER VERDADERAMENTE LIBRES, CRISTO DA LA VERDADERA LIBERTAD.
 
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domingo, julio 01, 2007
EL DERECHO A VIVIR

Es incomprensible y poco entendible la armonía de los hombres y de los pueblos en estos tiempos. Se viven realidades inadmisibles que afectan la convivencia pacifica. Muchos hombres se masacran y se destruyen producto de una guerra sin sentido, donde el valor y el derecho a vivir, se han hecho cada vez más inadvertido, hasta tal punto, que juzgaría que ellos, ha perdido su mérito.

Son muchos los que mueren en una lamentable calidad de vida y en situaciones infrahumanas, de una forma vergonzosa e indigna. Numerosos son los que en este momento sufren y están pasando por situaciones difíciles de dolor y en medio de desanimo y confusión.

Es entonces el momento para que los cristianos comprometidos asumamos los retos que nos plantean los signos de los tiempos y como instrumentos de paz y justicia, nos unamos todos para vivir y proclamar el mensaje de la salvación, para sembrar en los hombres valores, virtudes y actitudes que fortalezcan y destruyan el egoísmo, el aislamiento, el desprecio a la vida, el miedo, el odio y la venganza, y para cultivar en medio de la desesperanza la tolerancia, la paciencia, el perdón, el dialogo, el espíritu comunitario, la comunión pacifica y el amor.

Como hijos de Dios no podemos desanimarnos y quedarnos postrados sin que nos importen los hechos. Tengamos fe en la expresión de la fuerza que nos da el Espíritu Santo para recuperar esa disposición primera de la unidad que nos permite sembrar en el mundo el amor y la vida fraterna. Por tanto, asumamos este reto que es parte fundamental en la misión que nos dejó Jesús.

Somos los cristianos signos de contradicción donde abunda la mentira, la opresión, la pobreza, la indignidad y la muerte, pero en medio de ellos, somos portadores de luz y de esperanza para el mundo. Al constituirnos símbolos de objeción al asumir este reto dentro del conflicto, no podemos ocultar que somos indicadores de una vida agradable a Dios.

La condición de un seguidor de Jesucristo es adjudicarse su vida como nuestra, por tanto, tenemos la obligación de descubrir su sentido y su orientación para no convertirnos en algo que repite lo que otros han hecho. Nuestra vida ha de testificar a quien nos ve, que en nosotros ya no vivimos, sino Cristo.


Somos salvadores del pueblo de Dios y como tales debemos proclamar la verdad, la justicia y dar esperanzas.
Así, brillará la gloria de Dios en toda la tierra.
 
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