viernes, abril 19, 2024

"Vayan por el mundo entero y anuncien el Evangelio"...Salmo 117.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 19 de Abril del 2024

INTRODUCCION:

El pan del que habla Jesús se hace ahora carne que hay que comer. Los judíos discuten cómo puede ser eso, y él responde que es necesario comer la carne del Hijo del hombre y beber su sangre. Jesús no explica el cómo, sino que reafirma la necesidad de este pan y los efectos que produce: la vida eterna y la resurrección en el último día. La insistencia en el comer y el beber son afirmaciones claras de comunión personal con Jesús. No se trata, solo de aceptarle como un Maestro que hay que seguir, sino que se tratar de entrar en comunión vital y existencial con Él. Por medio de la comida y de la bebida uno vive en el otro. Esto sólo puede entenderse desde la experiencia del Resucitado y desde el Espíritu que conducirá a los discípulos a la verdad plena. Jesús es el único capaz de saciar al ser humano, frágil y vulnerable; sólo él, su carne y su sangre, dan vida en plenitud porque apangan el hambre y la sed de toda persona.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6, 52-59 vemos a Jesús aclarar a los judíos cuando, cerrados en sí mismo,  discutían a cerca de esa afirmación que hizo Jesús en la sinagoga de Cafarnaún cuando se declara así mismo como Él Pan de Vida.

Ante tal alboroto de los judíos, Jesús les reafirma lo dicho y les explica, diciéndoles: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida". Jn 6, 52-55.

Los judíos empezaron a cuestionar sus palabras y se decían unos a otros: "¿Cómo este hombre puede darnos su carne para comer?"

Como lo vemos, Jesús les habla sobre la necesidad de tener con Él una comunión profunda, no solo físicamente, sino espiritual; y los Invita a que entiendan el verdadero significado de sus palabras con un corazón abierto y una mente dispuesta a crecer en el conocimiento de Dios.

Hermanos, Jesús hoy nos promete una vida eterna alejada de los signos de muerte y tristeza donde el disfrute será de total felicidad. Ya sabemos que el camino para disfrutar de la vida eterna  es necesario que tengamos una vida en unión con Él, caminar con Él y dejar que Él tome posesión de nuestros corazones para dejarnos guiar por Él. 

Seamos fieles testigos de este regalo de Jesús y salgamos a todos los lugares del mundo a proclamarlo como Él Salvador. 

Señor, gracias por ser nuestro pan, porque te dejas comer por nosotros, porque nos ofreces tu vida entera para que vivamos por tu Amor, como Tú vives del Amor del Padre. Danos, cada día, sabiduría y humildad, para no vivir de nosotros y de nuestras  vanidades.

 
posted by Laureano García Muentes at 7:05 a.m. | Permalink |


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