jueves, mayo 21, 2015
¿ABRIGAMOS LA FIDELIDAD EN EL SEGUIMIENTO DE JESUS?


Para comprobar que en nosotros hay fidelidad en el seguimiento que hemos optado por Jesús, hoy les invito a que nos cuestionemos con estas preguntas:
¿Somos creyentes que Jesús ha venido de Dios? ¿Quien es Dios para mi? ¿Creo qué Jesús es el Señor? ¿Qué le amamos fiel e incondicionalmente? ¿Que lo que dijo es verdad y que su Palabra es para todo tiempo? ¿Creemos en El realmente?"¿A partir de mi decisión he sentido que he recibido el Espíritu Santo? ¿Le siento y palpo cuando decido escuchar sus Palabras?
La respuesta para quienes le somos fieles en el seguimiento es: SI, porque, durante el bautismo recibimos la plenitud de la presencia de Dios. Y el Espíritu Santo es la presencia de Cristo nuestro Salvador dentro de nosotros, que nos guía, nos nutre de sus gracias y nos acompaña.
Pero... ¿creemos esto realmente?
Hay una diferencia entre recibir el Espíritu de Dios por el sacramento y vivir en el Espíritu como un creyente lleno de fe.
Vivir de fe totalmente requiere estar plenamente comprometido con un estilo de vida Cristiano, confiando en que el Espíritu Santo nos ayudará a ser más y más santos cada día, purificándonos continuamente, para estar cada vez más unidos a la plenitud de Dios a través de los dones de todos los sacramentos y de la comunidad Eclesial.
Los verdaderos creyentes tienen una relación de confianza con Dios. Se arrepienten de sus pecados y se dan cuenta que han sido perdonados por lo que Jesús hizo el Viernes Santo (morir en una cruz por nosotros). Comprenden que este perdón los capacita para ir al cielo por lo que Él hizo en la Pascua. Quieren imitarlo ofreciendo sus vidas por los demás en el servicio amoroso. Nada de esto es posible sin el Espíritu Santo.
¿Cómo sabemos que el Espíritu Santo está activo en nosotros? Ello sólo es posible cuando confiamos en El.
Perdemos la paz cuando confiamos en nuestros propios recursos y nuestras percepciones limitadas de los problemas que enfrentamos.
La fe, la esperanza y la paz interior surgen de confiar en el Espíritu de Cristo, que es el Poder Máximo detrás de todos nuestros éxitos, y quien vive dentro de cada uno de nosotros como una fuente de gracia esperando ser liberada.
El Padre Francisco Maria de la Cruz Jordán, fundador de nuestra Comunidad Salvatoriana, en su Libro Espiritual, escribió para todos sus hijos e hijas espirituales estas palabras: “La verdadera humildad es la llave con la que puedes abrir los tesoros celestiales de la gracia”, “No te canses, caminante, ni te desanimes, pues el Altísimo te dará valor y te protegerá en el difícil y peligroso y peligroso viaje hacia el paraíso eterno”, “ Levántate con ánimo, oh peregrino,  cuando tropieces en el camino hacia la vida; dirige tu mirada al cielo y camina sin vacilar, hasta que llegues a las puertas de la vida eterna” 1.895. Cap.. 1.41-43.
Pidámosle a nuestro Buen Dios, que nos guie y acompañe a través de su Espíritu para que con sus siete dones podamos alcanzar la perfección que nos ofrece.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:48 a.m. | Permalink | 0 comments
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