martes, septiembre 30, 2008
DIOS NOS DA A TODOS LO QUE ES IMPORTANTE PARA VIVIR

Tenemos la seguridad de que en cada instante de la vida, Dios nos llena de bendiciones de manera infinita y nos ama de tal manera, que nos regala la vida para que vivamos llenos de una fuerza interior que nos de la paz, la serenidad y la tranquilidad en medio de tantos momentos difíciles.

Dios nos bendice hoy y siempre; y cada vez que nos ponemos en su presencia, se nos abren las puertas de los cielos para que vivamos llenos de salud, prosperidad, unidad familiar y tengamos capacidad para luchar sin temor a nada.

Cada oración y reflexión que hacemos es una bendición porque Dios nos abre la inteligencia para pensar y analizar nuestra vida, nuestro crecimiento espiritual, nuestra fidelidad a Él, el amor hacia los demás y como hemos asimilado su Palabra.

Estar unido a Dios es vivir la vida y la esperanza, es existir y dar la verdadera felicidad, es experimentar en nuestro corazón el gozo de haberlo encontrado y aceptado con un “si” para seguirle, dejando a un lado todo lo que nos ataba.

Dios es la presencia renovadora en nuestras vidas, Él nos da a todos por igual lo importante para vivir: Jesús como modelo constructor y guía.

Hoy es necesario darle gracias por sus infinitas bondades que nos regala y porque nos llena de sabiduría y capacidades para desarrollar el valor de la alegría en nuestros corazones a fin de hacerla viva en nuestra vida diaria, en nuestros hogares y en los diferentes sitios donde compartimos con los demás.

Cada día Dios pone en nuestras manos su Palabra, ella, para que con ella nos alimentemos y nos constituyamos en verdaderos signos de su amor, para que no cedamos al desaliento, ni tratemos de dar un paso atrás a nuestras decisiones por seguirle.

Dios no nos abandona, el comparte cada instante en la construcción de nuestra historia, ayudándonos a que edifiquemos un proyecto de vida que nos llene de esperanzas de ser triunfadores y donde todos estemos fortalecidos con una relación cercana a Él.

SEÑOR, HOY BENDICE A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES DEL MUNDO, AYUDANOS A ENCONTRAR CADA DÍA LA PLENITUD DE TU AMOR.
 
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sábado, septiembre 27, 2008
¿BUSCAMOS HONORES Y PRESTIGIOS?

Hoy día la humildad no es bien apreciada por la sociedad porque son muchos los hombres que la ven como la actitud indigna que hace frente a la idolatría que hemos creado de nuestras propias imágenes y que, solo promueven la obtención de prestigios y dignidades ficticias debido a esas ansias por ocupar los primeros puestos en todas las actividades que desarrollamos en la vida.

Cuando solo amamos a quien nos ama e invitamos a quienes nos invitan nos posesionamos de actitudes de grandeza y despreciamos a los demás, nos vamos alejando de los planes de Dios y en la mirada de muchos, nos constituimos arrogantes y orgullosos porque aparentamos u ostentamos un amor fingido que solo va encaminado a nuestros propios intereses.

Nos equivocamos, porque la verdadera grandeza del hombre se mide por la riqueza interior y humana, es decir, por su capacidad de amarse a si mismo y a los demás.

Jesús nos propone no solo normas de educación y comportamiento sino que nos forma como buen alfarero para que vayamos viviendo la gratuidad y la generosidad siendo conscientes que todos somos un regalo del amor de Dios.

Jesús critica el comportamiento de los hombres que no tienen cabida dentro de la sociedad, a aquellos que solo buscan honores y prestigios valiéndose de los demás y nos dice: “Todo aquel que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido” y en escala de puestos establece que el primero es el último y el último será el primero.

Dios “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”. Dentro de este grupo se encuentran los pobres, los lisiados, los desplazados y todos aquellos que vemos a diario por las calles de nuestros barrios y ciudades acostados entre basuras o viviendo en casas de cartón abandonados por la sociedad de hoy.

Él con insistencia nos viene invitado a que nos hagamos pequeños ante las grandezas humanas y ha que nazcamos de nuevo renovando nuestro espíritu y nuestro ser. Así, alcanzaremos conquistar el esplendor de Dios junto con sus favores.
Nunca entendamos que la humildad es masoquismo sino el justo conocimiento de si mismo para ocupar exactamente el propio lugar y el poder para entrar con pie derecho en el reino del gozo que no tiene fin.

SEÑOR, ENSEÑANOS A SER HUMILDES Y SENCILLOS DE CORAZÓN.
 
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miércoles, septiembre 24, 2008
EL AMOR PREFERENCIAL POR JESÚS

Una de las exigencias que Jesús nos hace a todos los hombres para seguirle es muy especial y muy radical; me decía ayer una señora al caminar por la bahía. Él nos pide “dejar” al padre, la madre, la esposa, los hijos y hasta uno mismo, ¿como es eso?
A lo que, yo le dije: Jesús pide que seamos auténticos; y para tener un amor preferencial por Él, es dejar a un lado todo lo que nos pueda impedir la libertad de seguirlo.
No se trata de aborrecer a nadie o despreocuparnos por la familia y amigos sino que nos pide valorarlos a la luz de la decisión que hemos optado por Jesús.

¿Pero, como es eso de dejar todo a un lado?, ¿será que tengo que deja todo tirado y seguirle? Le seguí comentando y aclarando.

Mira quien opta por seguirle, asume su vida. Me respondió: ¿Cómo así? Le dije: La opción que tomamos por ser su seguidor ha de ser como una fuente que irriga todo el terreno de la vida. Si yo me entrego del todo y doy todo lo que soy y dispongo todo mi corazón para Dios, Él me va a ir ayudando a amar a los otros de la misma manera como Él nos ama.

¡Caramba! Me decía admirada. Cuando Jesús en su Palabra nos dice: “El que quiera seguirme, que tome su cruz y me siga”. Nos quiere decir que la cruz es todo aquello que se asume o a lo que se renuncia para asimilarse más y seguir más de cerca quien se ama.
La cruz es fidelidad en el amor, es afrontar con coraje los conflictos y la agresión de aquellos que se sienten seguros de si mismos, es vivir el perdón, es ayudar a llevar la cruz de los demás, es aceptarnos como somos y tratar de dar a los demás lo mejor de si, tratándolos como hermanos.

Le seguí diciendo: Que maravilloso sería que hoy nos sentaremos dejando a un lado nuestros afanes y meditáramos con la ayuda del Espíritu Santo, si estamos siendo realistas y sinceros con la fidelidad al seguimiento a Jesús.
Pensemos y tengamos muy claro que ser un discípulo de Jesús es muy serio. No significa decirle “Si” y después dejar todo tirado a la vera del camino.
Como cualquier proyecto que construyamos, es necesario que miremos los pros y los contras y así, decidir en consecuencia examinando nuestra realidad personal, para cambiar la vida. Eso no es fácil, para ello es necesario el don de la sabiduría que nos enseña hacer todo de la mejor forma.
Para seguir a Jesús, no se requiere que todo lo hagamos a la ligera y sin pensarlo. Él nos invita a elegir lo mejor. No obliga, solo ofrece.

La señora se despidió de mí, entendiendo que renunciar a todo no era despreciar a nadie, sino que era la decisión apropiada por el amor a Jesús.


SEÑOR, PERMITE QUE ASIMILEMOS TUS PALABRAS Y BAÑAMOS DE TÚ AMOR A LOS DEMÁS.
 
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domingo, septiembre 21, 2008
QUIEN VIVE CON ESPERANZA TOMA EN SERIO SU VIDA

La esperanza es la actitud fundamental de la existencia de todo hombre, pues ella solo es posible cuando alcanzamos de verdad y con todo vigor, la liberación sobre el estado de inconsciencia a la que nos tiene sometido el mundo y aprendamos a vivir de manera justa, lucida y responsable.

Para un cristiano de verdad, el proceso de transformación permanente ha de ser su ideal; pues con ella, se hace frente al temor, al embotamiento, al vicio, a la ambición, la codicia y la maldad, antivalores que se van adentrando tanto en el corazón que seduce a ser pecador.

Jesús durante su vida fue un creador incansable de esperanzas y nunca se cansó de contagiarla a todos aquellos que le rodeaban. Hoy gracias a Él, el hombre y las mujeres tienen fortaleza y respuesta ante la vida y la muerte, ante el amor y la violencia.

Quien vive con esperanza en todo momento quiere tomar en serio su vida, no se instala en esta, creyendo solo en ella y en lo que da el mundo como definitivo. Al contrario, piensa y considera siempre que la vida hay que construirla a cada momento y para ello se hace necesario estar unido a Dios.

Una verdadera esperanza no es un sueño inalcanzable que embota y adormece. Ella, tomada en serio y con todo vigor nos desinstala y nos pone en pie de lucha frente a la injusticia y a la desigualdad. La esperanza hace que el hombre viva de manera justa e igual en la sociedad.

Hoy en muchas partes escuchamos gritos de alerta que nos dicen: “Levántense, alcen la cabeza, tengan cuidado, etc”, pues no hemos caído en cuenta que con muchas de nuestras actitudes frente a la vida estamos matando la esperanza. Y es que sin pensarlo, con esas apetencias exageradas y esas ansias desordenadas por el poder y el dinero vamos creando en nuestro interior murallas que nos encierran y nos limitan; y solo pensamos en nuestro disfrute.

Y es que ya palpamos nuestro deterioro: Nos mostramos insensibles y hasta no nos mueven las injusticias, ni las muertes violentas de personas inocentes, ni los desplazamientos forzados de los pobres donde les quitan sus pertenencias y sus tierras. Seguimos viviendo la vida adormecida ante el dolor de muchos.

La Palabra de Dios ha de ser para nosotros la fuerza que nos conmueve el alma y nos hace estar a la espera vigilante, paciente y activa para el encuentro nuestro y con los demás. Cristo es quien nos libera y orienta hacia sus caminos, haciéndonos peregrinos permanentes de la justicia y de la esperanza.

SEÑOR, SE TÚ FUENTE DE NUESTRAS ESPERANZAS Y ORIENTADOR PERMANENTE DE NUESTROS CAMINOS.
 
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jueves, septiembre 18, 2008
JESÚS FUENTE DE ESPERANZA Y DE SEGURIDAD

Los seres humanos nos vamos llenando el corazón de preocupaciones, equivocaciones, miedos, errores y dificultades; situaciones que nos adjudicamos porque vivimos en un mundo que se mueve entre las diversidades y las complejidades que oscurecen nuestro ser. Ellas, influyen de tal manera, que nos enturbian y en muchas ocasiones nos hacen marchar hacia atrás, impidiéndonos ver la luz de la verdad que irradia Jesús, que fortalece y da seguridad.

Cuando tenemos firmes los propósitos para mejorar y dejar a tras todo aquello que nos cautiva y nos hace daño, vamos torneando junto a Jesús Maestro y alfarero, una vida nueva colmada de esperanzas.

Jesús es fuente de confianza y de certidumbre para todos los hombres; Él ayuda a superar todas nuestras dificultades y esas grandes tribulaciones que martirizan nuestros corazones. Es el agente perfecto que llena de bienestar nuestro espíritu y cuando nos apresuramos por estar a su lado, tiende sus brazos, nos acoge, transforma y redime como a sus hijos predilectos, llenándonos de sus gracias y de su poder redentor colmándonos de su misericordia para sanarnos y salvarnos

Hoy los invito a reflexionar y entender las cosas que forma parte de la vida, también de aquellas que nos hacen tanto daño. Pesemos que estamos de frente a Jesús y que Él nos brinda su apoyo incondicional para recomponerla como buen Arquitecto.
Pero, ¿sabes una cosa? Ante todo se hace necesario tener fe y creer que somos capaces de romper todos esos esquemas construidos en la arena y sobre bases superficiales. Con su ayuda y de esas capacidades, talentos y dones que ha puesto en nuestras manos, caminemos seguros y confiados que vamos a salir más que vencedores.

Hoy más que nunca tenemos que abrirnos a la experiencia de Dios y dejar que su amor se manifieste en nuestras vidas en forma de ánimo y de fortalezas. Ellas, nos darán la esperanza y las seguridades que requerimos para vencer el dolor, las tristezas y esas grandes tribulaciones, abriéndonos al amor.

Unámonos a los amigos cercanos y a los familiares para que nos apoyen a confiar en nuestros esfuerzos; ellos, son una fuerza y un poder para salir adelante. Acoplémonos a su presencia.

SEÑOR, NO DEJES QUE NADIE NOS QUITE LA OPORTUNIDAD DE VIVIR Y SENTIR TU PRESENCIA, Y JUNTO A NOSOTROS, LLÉNANOS DE TU AMOR.
 
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martes, septiembre 16, 2008
ATREVÁMONOS A ASUMIR LA CRUZ DE CRISTO

Quisiera invitarlos hoy a meditar sobre la cruz, tomando el modelo de Jesús; y a partir de allí, iniciar nuestros propósitos de cambio que poco a poco se nos irán dando por la iluminación y la fuerza del Espíritu Santo, que nos motiva para continuar los caminos del encuentro, sin mirar atrás.

Miremos la cruz y a Jesús sin dejar en ningún momento que el dolor, el sufrimiento y el desespero nos quiebren las piernas y caigamos a tierra; rodando en ella con la facilidad abismal que socava el pecado.

Coloquemos a Cristo centro en nuestras vidas y pongamos en Él todas nuestras miradas; tengámoslo como el modelo perfecto y como ese ser a quien queremos seguir e imitar con todo deseo y plena voluntad.

Les comento, que cuando Jesús asumió la cruz depositó en ella toda su confianza en Dios y obró con la certeza de que nos salvaría de la muerte del pecado. Cuando iba camino al calvario estuvo siempre motivado por ese ideal que soñó y que le legó su Padre: Morir en una cruz por la redención de todos los hombres.
Se llenó de fuerzas y en cada paso que daba estuvo confiado que nos daría el mejor de los ejemplos: Soportarlo todo hasta morir si fuese necesario clavado igual que Él en una cruz, dejándolo todo, resistiendo los momentos duros y difíciles de la vida y pensando en el triunfo que se lograría al resucitar a una vida nueva llena de esperanzas.

¿Y sabes una cosa? Para asumir la cruz de Jesús es necesario que exista en cada uno de nosotros esa voluntad personal y con ella, las fuerzas que nos de su Espíritu la que requerimos para poder vencer el dolor y el sufrimiento. Solo nos basta ir asumiendo la vida con entereza, siendo coherente consigo mismo y colocando toda nuestra confianza a la voluntad de Dios.

El Evangelio de San Mateo en el Cáp. 10.38 nos dice textualmente lo que el Señor quiere de nosotros y no solo eso sino que exhorta a los indecisos a que lo sigan diciéndoles: “El que no toma su cruz y me sigue, no merece ser mió”.

Jesús nos pide como sus amigos, sus allegados próximos, sus seguidores, los que decimos ser cristianos, que asumamos la cruz como nuestra bandera e insignia que nos guía y nos lleva a la plenitud.

Dios a cada uno de los hombres nos da unas cruces a las que hay que apropiarse como medio para alcanzar la salvación; ellas tomada como nuestro pedestal que da sombra, nos fortalece la decisión, la dignidad, la valentía, la honestidad, la sinceridad, el compromiso y el sacrificio, para manteniéndonos firmes en la fe y para ser fieles a sus principios.

SEÑOR, HAS QUE APRENDAMOS A LLEVAR NUESTRAS CRUCES Y CON ELLAS, ALCANZAR LA ESPERANZA QUE NOS PROMETES.
 
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jueves, septiembre 11, 2008
¿SERÁ QUE VAMOS EN CONTRAVÍA?

Los que vamos detrás de Jesús por haber creído en sus propuestas y que, de manera radical, hemos dejado todo a un lado del camino; nos sentimos preocupados por las actuaciones y demostraciones de muchos hombres y mujeres que pregonan llamarse “cristianos” y que no asumen con valentía los valores que el Maestro va enseñando, sino que se muestran contrapuestos a sus preceptos y simulando estar distraídos, se distancian cada vez más del plan de salvación que Dios Padre nos ofrece.

Parece ser que en el pensamiento humano existe una confrontación de intereses, entre lo que ofrece el mundo y lo que nos ofrece Jesús.

Somos muchos los que estamos solo ansiosos por sobresalir en el medio que vivimos y ser los mejores. Nos sentimos anhelantes por el placer, el poder, el dinero y todas esas comodidades que nos ofrece el mundo y descuidamos que además de ser personas con un cuerpo, poseemos un alma.

Dios quiere para cada uno la salvación mediante un plan de vida que nos ofrece a través de Jesús, donde se afecta todo nuestro ser en toda su dimensión y relación.
Para ello, se hace necesario transformar el pensamiento humano que va en contravia de lo que Dios quiere y de esa manera, convertidos en verdaderas fortificaciones, cimentemos una sociedad fraterna y solidaria que vive el amor y la misericordia con los más pobres y necesitados.

Jesús vino al mundo a pregonarnos un plan de vida ideal, que el hombre ha de continuar asumiéndolo con plena libertad y decisión. Ese plan nos exige la vivencia concreta de nuestra fe y decisiones que fortalezcan nuestro ser y que nos haga capaces de responder a las interpelaciones y llamadas de los otros, como seres solidarios y no individualistas.

Ser cristianos significa ser más humanos; y el Evangelio es una propuesta de vida para todo hombre sin distingo alguno de raza, religión o clase social, allí se nos invita a vivir un plan de vida ajustado a los deseos de Dios de acuerdo a una nueva visión de la vida, de la esperanza y de ser hombres que aman la caridad y la misericordia para hacer el bien a los demás.

Recordemos que Dios no quiere siervos sino hijos libres que asumen con responsabilidad y dignidad la vida, que seamos dadores de esperanzas y que asuman libremente la voluntad de su hijo Jesús.

“SI DIOS ESTÁ CON NOSOTROS, ¿QUIEN PODRÁ ESTAR CONTRA NOSOTROS?” Rom. 8, 31-39
 
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domingo, septiembre 07, 2008
SEAMOS CAPACES DE CONSTRUIR LA FRATERNIDAD

El actuar ideal en un cristiano ha de estar enmarcado siempre en el fortalecimiento de la fraternidad y de la solidaridad, no como signos de admiración, sino para hacerlos una realidad visible entre todos los hombres y en el medio donde se convive y comparte la vida, para motivar su imitación y atraer a muchos a su practica.

Jesús hizo del amor al prójimo el símbolo de la identidad para todos aquellos que desean seguir sus pasos y como la prueba fidedigna de la fidelidad.

Un verdadero seguidor del Salvador, se pone en los zapatos del otro, vive sus dolores, alegrías, dificultades. Reconoce los momentos que vive y se ofrece como su servidor, su amigo, su allegado, su confidente, para vivir y compartir si es necesario hasta la muerte en una cruz.

Ser fraterno es hacer el esfuerzo para salir de uno mismo, dejar el camino rutinario, liberarse de perjuicios, egoísmos, envidias, raza, religión y clases sociales para entregar parte del tiempo y bienes materiales para aproximase al otro en medio de su cultura, sus mentalidades, necesidades y pobrezas.

Para aprender a amar al prójimo es necesario que elijamos procesos de entrenamiento sobre todo en aquellas situaciones que nos son difíciles y que requieren de un mayor esfuerzo; como por ejemplo: el de amar a todos, descubriendo que somos hijos de Dios, que todos somos iguales, que soportamos desavenencias y perjuicios reconociendo en el otro, sus riquezas y fragilidades humanas, haciéndolas propias.

Jesús nos ha encomendado llevar la paz al mundo, no una paz como la da el mundo, sino una paz que sea como el fuego purificador, que destruye lo viejo y renueva las mentalidades antiguas (Jn.20, 19-33 y Lc. 12, 49-50).

Él, nos pide ser fraternos y solidarios auténticos, sin dar limosnas para que nos vean los demás, sino para que actuemos de manera comprometida arrancando de nosotros mismos esas simplicidades que nos da el mundo, para hacernos solidarios con las necesites y la pobreza de aquellos quienes necesitan de nosotros.

Ser primeros en amar significa, vencer el egoísmo, el orgullo para ir en busca de las necesidades, sufrimientos y alegrías del otro.

SEÑOR, DANOS UN NUEVO CORAZÓN PARA AMAR Y SERVIR A LOS DEMÁS.
 
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viernes, septiembre 05, 2008
¿QUÉ ESTOY HACIENDO CON EL AMOR?

Una pregunta que nos ayuda a reflexionar: ¿Qué estamos haciendo con el amor que Dios nos dio?
Cuestionar nuestra vida y nuestro actuar junto a los demás es muy importante y más hoy, cuando somos muchos lo que nos dedicamos a malgastar el amor en vez de donarlo a otros y forjar con ellos su multiplicación entre los hombres.
Pero de verdad estamos siendo egoístas; hacemos todo lo contrario, creamos sufrimientos y malestar a los demás sin necesidad; y en muchas ocasiones, hasta nos alegramos de ello. Olvidamos que el amor es un don que Dios que nos dio para compartir con los demás y hacer junto a ellos, una vida más agradable.

Cuando utilizamos a los otros, los manipulamos y les mentimos arrancamos de su corazón el amor, botamos a la basura sus sentimientos y para mayor vergüenza, somos nosotros los capaces de quejamos por el abandono a que los hemos sometido.
Queremos sentirnos como ingenuos cuando ni siquiera pensamos lo que está a punto de suceder por optar comportamientos equivocados.

Un amigo me decía en cierta ocasión: “Muchos somos los que vivimos añorando esos bellos tiempos de las cometas, pero ahí nos quedamos, ni siquiera se nos cruza por las mentes elaborarlas o comprarlas con perfectos detalles para aprovechar los vientos buenos; y si alguna vez lo hacemos, nos quejamos por que ya ha pasado la época del viento y nadie ya las eleva” que anécdota extraordinaria.

Cuantas veces nos equivocamos al amar demasiado a las personas que no son capaces de comprender la grandeza de nuestros sentimientos y lo particular de todo, es que creen que ellos son merecedores y de mucho más; ni siquiera se dan cuenta que el amor es gratuito y que hay que cuidarlo. Cuando se cuida y se valora jamás se agota.

Hoy los invito a que apreciemos y tomemos conciencia de esa gran bendición que Dios: El Amor. Él nos lo da y con él, nos hace ser capaces de contar con muchas personas para compartir la vida. Ellas que nos enseñan también a amar con sus manifestaciones y sentimientos.
No olvidemos que es este el mandamiento principal que Dios nos ha enseñado y que San Pablo nos manifiesta en sus cartas: “Amémonos unos a otros con amor, ya que el amor proviene de Dios”.


SEÑOR, GRACIAS POR REGALARNOS TANTO AMOR, AUNQUE NO LO MERECEMOS Y VALORAMOS.
 
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martes, septiembre 02, 2008
LA PALABRA DE DIOS NOS ANIMA, DA SEGURIDAD Y FUERZA

Todos los hombres estamos llamados ha aprender que la Palabra de Dios es un alimento espiritual que nos anima y nos llena de fortalezas para luchar y seguir adelante.

Cuantos hoy se dedican a pensar que somos incapaces para enfrentar tantas situaciones difíciles y en medio de tanta desesperanza, se van olvidando de Dios. Creen que ya todo está perdido y hasta magnifican los problemas y las dificultades.

A todos les comento que son muchos los pasajes que podemos leer en las Sagradas Escrituras, donde Dios nos enseña que está en todo momento a nuestro lado, que Él es el aliento para continuar el camino, que nos fortalece y enseña la verdad y la vida. Y nos dice: “Al reconocerlo y aceptarlo, nada ni nadie podrá contra nosotros”.

Que importante es no sentirnos menos que nadie, que en todo momento estamos dispuestos para descubrir a Dios. Que, cuando padecemos las más terribles angustias, las más temidas dificultades, Dios se hace presente a nuestro lado, como les ocurrió a los discípulos de Emaús, y a los discípulos que con Él navegaban en la barca, para salvarnos y aplacar el mar embravecido y los vientos impetuosos.
Recordemos que Dios se acerca a los más débiles, al menos fuerte.

Que interesante sería que hoy nos sentemos a mirar con detenimiento todas esas situaciones que poseemos en lo más profundo del corazón que muchas veces nos hacen sentir débiles e incapaces para luchar y de seguir adelante.
Tomemos la Biblia e inspirados por la luz del Espíritu Santo, leamos con detenimiento y con profunda fe algunos de estos pasajes: Gedeón (Jueces 6) o Romanos 8, 28-39.

Relee una y otra vez; detente en esas frases que te fueron impactantes y siente que Dios allí te llama a vivir de verdad su plenitud; y desea que te sientas bien junto a Él.

Te invito hoy a tomar esa disposición desde ya; se que tú eres capaz. Él te ha dotado de toda inteligencia y sabiduría para que puedas hacerlo y ser feliz. Prepárate y disponte. El Espíritu Santo está contigo. Tú eres uno de los que Dios ama y junto a ti saldrá al campo de batalla para ayudarte a ganar. ¡Animo!

Cuando te sientas que has calmado todas esas ansias que te han provocado desordenes y te quieren llevar a esas profundidades oscuras, agradécele a Dios todo lo que hace por ti y dile: Padre, no quiero que te separe un solo instante de mi lado, quiero salir más que vencedor.

SEÑOR, LLENA NUESTRAS VIDAS DE ESPERANZAS PARA CONTIGO, HACER LO QUIERAS
 
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