viernes, mayo 28, 2010
DEJEMOS QUE EL ESPÍRITU SANTO SE ADUEÑE DE NOSOTROS

Cada uno de nosotros necesita la efusión del Espíritu Santo para poder ser verdaderos testigos de la presencia de Dios en el mundo, y así con Él, seguir encendiendo corazones y entendimientos igual que los apóstoles.

¡Si!, unos testigos que brindan al mundo la verdadera felicidad, que asumen y aceptan como un servicio la misión a la cual hemos sido llamado por el Salvador. Unos testigos del Reino de Dios, que conviven en sana paz y que se sienten capaces de prosperar a través de los diferentes proyectos que articulan todas esas versatilidades de aquellos que requieren de nuestra guía; los más pobres y débiles por las injusticias humanas y que demuestran el poder de Dios en todas las circunstancias y sus acciones diarias.

Hombres y mujeres testigos de Jesucristo, que dan testimonio con sus vidas de los valores que Él proclamó y de su resurrección.

El mundo de hoy nos necesita. Necesita obreros para trabajar en la viña, hombres y mujeres decididos y llenos de valentía que hagan arder el corazón de los demás, para que viendo lo que hacemos, se animen y sean también testigos del Reino.

¡Si!, hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo que solamente sabe hablar de Jesucristo y que no centra en sí su atención.

Miren, Cuando una persona o una comunidad está realmente animada por el Espíritu Santo no se olvida de Jesús. El Espíritu Santo es el primer evangelizador, el primer catequista. Es la memoria viva en la Iglesia.

Estemos siempre animados y contagiemos a otros de esta gracia que nos regala Dios. Él nos ha seleccionado de entre mucha gente para que seamos fieles testigos de su presencia en el mundo, por ello, nos ama tanto, por que somos sus predilectos.

Centremos hoy todas nuestras oraciones en el Espíritu Santo y démosle nuestras gracias por su presencia permanente en medio de nosotros, digámosle: Ven Espíritu Santo bondadoso y lleno de amor a nuestros corazones y enciende en nosotros el fuego del compromiso para convertirnos en verdaderos testigos de tu Reino en toda la faz de la tierra.

SEÑOR, TE DAMOS INFINITAS GRACIAS POR SER TAN BUENO Y MISERICORDIOSO, POR ELLO, TE AMAMOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 1:56 p.m. | Permalink | 0 comments
martes, mayo 25, 2010
ABRÁMONOS A LA GRATUIDAD DE DIOS

Dios actúa en la historia, sabe lo que necesitamos y lo que es mejor para nosotros. Cuando nos entreguemos de lleno a Él y nos abramos a su gratuidad, podremos decir como San Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Si, Él estará siempre junto a nosotros llenándonos de fuerzas y alegrías a pesar de nuestros errores y equivocaciones.

Miren, cada segundo que vivimos es una gracia de Dios y es una nueva oportunidad que Él nos regala para no seguir haciendo lo mismo.

De verdad, si no apreciamos la gratuidad de Dios continuaremos encerrándonos en nuestros orgullos y envidias, nos concentraremos en la rutina y al pasar los días, meses y años, notaremos que el amor por vivir, la pasión y las ganas de luchar, se han desvanecido y así, sumidos en un encierro, vamos perdiendo el sentido de hacer las cosas y de rehacer nuestra vida y actividades.

Cuando muchas de las cosas están mal en nuestras vidas es porque las hemos vivido con algo de superficialidad, no le hemos dado el valor que merecen o nos hemos conformado por hacerlas solo hasta lo que nos toca hacer.

No podemos entrar nunca en la rutina. Miren cuantos problemas se presentan en las relaciones de parejas, en el trabajo, con nuestros hijos y en general con todas esas actividades que nos han de llenar, solo por caer en la rutina.

Necesitamos darnos cuenta que cada experiencia nueva aporta algo de esa gratuidad de Dios para con nosotros y que tenemos que vivirla con mucha alegría, con mucho optimismo, mucha confianza, seguridad y sobre todo con mucha fe de que Dios nos ama y quiere que seamos felices.

Hoy nos regala Dios estos momentos para reflexionar y evaluar como estamos haciendo las cosas y que valores son los que nos están motivando y moviendo para hacerlas. Estos cuestionamientos nos han de ayudan a vivir con profundidad, actuar decididamente y sentir que Dios está llenando cada instante de nuestra vida de ánimo y fuerzas para seguir ese itinerario que nos ha señalado.

SEÑOR, TU NOS AMAS, CONOCES NUESTRAS VIDAS Y TODO LO QUE NECESITAMOS. TE PEDIMOS QUE OBRES CON PODER Y GRANDEZA DANDONOS LUZ EN MEDIO DE NUESTRAS OSCURIDADES.
 
posted by Laureano García Muentes at 2:04 p.m. | Permalink | 0 comments
sábado, mayo 22, 2010
VAYAMOS AL ENCUENTRO DE JESÚS, EL VIVE EN NUESTROS CORAZONES

Una sirena nos llama a la atención y cuando suena cerca de nosotros buscamos a nuestro alrededor que pasa y gracias a ello, cuando existe una emergencia, corremos y ayudamos a otros a salvar la vida.

La Palabra de Dios es algo así como una sirena que llama nuestra atención para que salvemos la vida. Sí, para que vivamos y vivamos felices. Vivamos en paz. Vivamos, no sin dificultades, pero con la respuesta que Dios nos da para resolverlas y dar respuesta inmediata.

El hombre sin amor no sería capaz de vivir. El hombre sin amar jamás podría ser verdaderamente feliz, porque estaría negándose la cualidad que le es más propia. Pero también el hombre sin confiar, tampoco sabe vivir. Y esto sí es un hecho que constatamos cada día. Lo constatamos frente a la inseguridad ciudadana. Lo constatamos frente a los grandes planteamientos de la vida, incluso en la vida política, porque parece que ahí no confía nadie en nadie.

Y es que el hombre sin confiar es incapaz de vivir. Y cuando vive sin confiar, vive mal. Vive mal porque interiormente vive siempre con resquemores, con miedo, con inseguridad.

Amor y confianza son como dos componentes inseparables de una misma sustancia, como el oxígeno y el hidrógeno del agua. El hombre que no confía no puede amar. Y el hombre que ama, confía necesariamente.

Cualquier cosa que ocurra en nuestra vida no es desestimada ni sesgada por la mano del Señor. El problema quizás se plantea cuando nosotros no convivimos con Dios y lo consideramos como el amigo fiel en quien confiar.

La lectura asidua de la Palabra de Dios, la puesta en práctica de esa palabra de Dios, es nuestra garantía de vida. San Lucas (11, 28)nos dice:: «Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica».

Por ello, hoy quisiera que nos unamos y vayamos al encuentro de Jesús que habita en nuestros corazones; con absoluta confianza lo encontremos como ese amigo que no nos engaña y que nos enseña a superar todas y cada unas de nuestras dificultades. No lo busquemos en las nubes, Él está en nosotros y más en el hermano que sufre y es despreciado por la sociedad.

SEÑOR, TU ERES EL AMIGO FIEL, EN TI CONFIAMOS, GUÍA CADA UNO DE NUESTROS PASOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:17 p.m. | Permalink | 0 comments
lunes, mayo 17, 2010
EL MISTERIO QUE SE ENCERRABA EN DIOS

Jesús nos ha desvelado el misterio que se encerraba en Dios. Muchas veces nos habló del Padre de los cielos, nos enseñó como debemos rezarle, nos recordó su preocupación por todos y cada uno de los seres humanos. También nos habló de la relación que le unía a Él, con ese Padre de los cielos y de su igualdad con Él.

Al final de su vida, cuando se acercaba el momento de su Pasión y de su muerte y también después de su resurrección Jesús insistió, en numerosas ocasiones que, cuando él faltará, enviaría al Espíritu Santo para que nos confortara, para que nos recordará lo que él nos había dicho, para que entendiéramos el sentido y el significado de los hechos que habían vivido juntos.

Miren, todos los cristianos de todos los tiempos estamos llamados a vivir conscientes de este misterio que nos envuelve, el Misterio que Jesús nos desveló, a orar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por separado o a la Santísima Trinidad en su conjunto de manera sincera y con sentimientos que salgan de lo más profundo del corazón.

Cuando comenzamos el día, en las horas de cenar, cuando salimos a la calle, cuando nos reunimos como familia o en comunidad, cuando iniciamos cualquier labor, en momentos de riesgos o peligros, etc. Casi sin darnos cuenta, lo hacemos. Siempre invocamos a Dios Padre o a su Hijo para que en el nombre de la Trinidad seamos acompañados y guiados por su Espíritu, se nos perdonen nuestros pecados y nos unamos a Él.

Hoy cuando hacemos mención a esta fiesta que estamos por celebrar, debemos recordar que Dios es comunidad de personas unidas por el amor. Por ello, es bueno que todos juntos le pidamos por esa unidad que tantas veces rompemos los seres humanos y que tanto daño hace a la convivencia fraterna y de amor de hermanos que Él nos enseñó, para vivir como parejas, en familias, en grupos y comunidades, en nuestras sociedades donde hoy se vive la violencia feroz por el poder, el dinero, la fama, etc. Y por la Iglesia que vive amenazada por los incredulos.

Confesemos y profesemos sin temor nuestra fe y llenos del Espíritu Santo venzamos el miedo y salgamos a proclamarlo entre todas las gentes como un Dios que vive en medio de nosotros.

SEÑOR, TU NOS FORMAS EN COMUNIDAD DE AMOR PARA SER SIGNOS DE UNIDAD.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:38 a.m. | Permalink | 0 comments
miércoles, mayo 12, 2010
¡ CRISTO ESTÁ VIVO ! CREEMOS EN ÉL CON TODA CERTEZA Y CON TODA SEGURIDAD

Cristo, nos mereció el don del Espíritu Santo con su muerte y su resurrección. A través de Él creemos con toda certeza y seguridad en Jesucristo vivo y presente en el mundo, en la historia y en su Iglesia; no lo podemos ver como lo vieron los doce apóstoles, pero gracias a la luz del Espíritu Santo, estamos seguros y ciertos de su presencia viva en medio de todos nosotros, su pueblo.

El Espíritu Santo es el Maestro interior que nos ayuda a entender para qué vinimos a este mundo, Él nos ayuda a comprender cuál es nuestra meta y destino y nos enseña a superar todas las dificultades y contrariedades que por nuestra condición de peregrinos en esta tierra, tenemos que asumir y padecer.

Gracias al Espíritu Santo, la palabra que escuchamos no es una palabra vacía del pasado, sino que la palabra que nos dice Jesús cobra todo su realismo, su poder y verdad: Así nos lo dijo : “Él les recordará todo lo que yo les he dicho”.

El Espíritu Santo nos recuerda cuánto nos ama Dios, nuestro Padre y nos advierte cuál es el destino que nos tiene preparado,. Tan cierto es, que ese amor del Padre se hace presente cuando nos da su Hijo, para que nos manifieste su amor al entregarse por nosotros y morir en una cruz.

“El Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, Él les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho”.

¿Cuántos motivos tenemos para experimentar zozobra y para sentirnos cobardes?, ¿cuántos aspectos de la realidad nos paralizan y nos acobardan? Y Cristo nos dice: “No pierdan la paz, ni se acobarden”.

Él dijo a sus discípulos: “En el mundo van a tener dificultades, pero sepan que yo ya vencí al mundo”.

Cristo, con su resurrección, ha vencido la muerte, el mal y el pecado; ha vencido al mundo, como la fuerza opuesta al amor y a la obra de Dios. Cristo resucitado nos participa su Espíritu para vencer toda dificultad sin acobardarnos.
El Espíritu Santo es la fuerza de lo alto, la presencia viva de Dios, es la garantía del cumplimiento de aquella promesa que Cristo nos hizo: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.

Que no se turbe nuestra paz y que no nos acobardemos. El Señor nos colme de su amor y fortaleza, para seguir adelante con la misión de anunciarlo como un Dios vivo en medio de todos los hombres.

SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS POR TU GRAN AMOR Y BONDAD. EN TI CONFIAMOS HOY Y SIEMPRE.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:45 a.m. | Permalink | 0 comments
sábado, mayo 08, 2010
LA CONFIANZA EN DIOS NOS AYUDA A VENCER

¿Cuanto hoy nos hace falta para descubrir el poder de la fe? Interesante pregunta. ¿No?

¡Si!, De verdad, si de ese conjunto de preocupaciones y situaciones que vivimos a diario las pudiéramos enfrentar de una mejor manera, teniendo bien claro, que creer en Dios nos llena de seguridades y certezas para realizar mejor nuestras vidas, todo nos sería diferente.

Es preciso tener la certeza de que Dios no nos abandona y que no va a dejarnos salir destruidos o vencidos en nuestras luchas. Miren: Creer en Dios nos hace estar seguros de que podemos asumir cada situación con firmeza interior y entusiasmo.

Si nos ponemos a meditar los diferentes Libros que componen nuestra Biblia, podemos concluir que los protagonistas en ellos, por tener fe, creer y confiar en las gracias de Dios, se enfrentaron y lucharon con decisión a tantos obstáculos y vencieron.

Así nos lo confirma San Pablo cuando le escribe la carta a los Hebreos (Cáp. 11. 33-34) “ Por la fe conquistaron países, impartieron justicia, recibieron lo que Dios había prometido, cerraron boca de leones, apagaron fuegos violentos, escaparon de ser muertos al filo de la espada, sacaron fuerza de flaquezas y llegaron a ser poderosos en la guerra, venciendo los ejércitos enemigos”

Vean, hasta lo más difícil que creamos se puede conseguir si vivimos con fe. Lo importante y más grande en nosotros ha de ser la confianza absoluta en Dios.

Desde hoy los invito a que no tengamos miedo y no nos demos por vencido ante toda dificultad que vivamos. Coloquemos en las manos misericordiosas de Dios, nuestro Padre, el desanimo, las angustias, las preocupaciones y nuestros grandes problemas que nos agobian. Pidámosle con fe y con oraciones sinceras que salga de lo más profundo de nuestros corazones, que nos ayude a triunfar y seguir adelante. De verdad, Dios nos va a bendecir y nunca nos va a dejar abandonados. Eso tenemos que creerlo y hacerlo vida.

No podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando que las cosas se nos den. ¡Así no lo quiere Dios!, tenemos que esforzarnos en buscar soluciones a nuestros problemas, pero seguros de que Dios va a nuestro lado.
Si estamos llorando, sequémonos nuestras lagrimas con nuestras propias manos y levantemos la mirada hacia delante y mostrémosle al mundo que somos más que triunfadores. ¡Si se puede!.

SEÑOR, HOY TE DAMOS GRACIAS POR QUE JUNTO A TI NOS PODEMOS SUMERGUIR FACILMENTE EN LO MÁS PROFUNDO DE NUESTRO SER, PARA SACAR DE ALLI, ESAS PREOCUPACIONES QUE NO NOS HACEN VIVIR FELICES.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:02 a.m. | Permalink | 0 comments
martes, mayo 04, 2010
DIOS SIEMPRE ESTÁ DISPUESTO A DARNOS TODO LO QUE NECESITAMOS

Caminaba por una calle de mi barrio, cuando se me acerca un joven indigente al que he visto siempre en el atrio de la Iglesia a la espera que le regalen una moneda. Con mucha ansiedad, me pregunta:
”¿ Oiga señor, como es el amor de Jesús”?. Al notar su inagotable intranquilidad, le dije: El amor de Jesús es inmenso e infinito. Que lo invitaba a pensar en el mar y a ese mar le quitara las playas.

Me miró con asombro y sin que mediar palabra comenzó a pensar.
Le continué diciendo: Mira, el amor de Dios supera todo conocimiento y dimensión geométrica. No hay nada que se pueda parecer al amor de Dios en tamaño. Él me miró y me dijo, ¿Cómo así?

Yo le continué diciendo: El amor de Dios es fuerte y firme como eso que hace pegar al concreto; nada ni nadie puede separarnos de ese amor, tampoco hay nada que lo destruya.

Dios nos ama tanto, que a cada instante nos llena de sus gracias y sabidurías para que alcancemos la felicidad. Su amor es alegre y apasionado.

Jesús nos ama con todas las ganas y con todas sus fuerzas. Míralo en ese camino doloroso que vivió y soportó por todos los hombres, cuando lo fueron a crucificar. Su gran amor es misericordioso porque a pesar de nuestros errores, nos perdona y nos da nuevas oportunidades. Solo basta que nos demos cuenta de ellos y nos arrepintamos.

Él asombrado de lo que le decía, me miraba como maravillado. Yo le dije: Mira hoy tienes una oportunidad: La de ser una persona feliz. Que Jesús lo amaba a él como a mi. Que lo acogiera y lo amara también. Su amor no tiene limites ni fronteras. Con su inquietud disipada, tomó sus cosas y se fue.

Con esta reflexión quiero invitarlos ha que a cada instante es preciso iluminarnos de Dios y a esperar en Él, confiando plenamente en su misericordia. Su amor es bendito y distinto a los que nos ofrece el mundo.

Pensemos que no somos una casualidad, somos seres que hemos sido amados desde antes de nacer por Dios. Que Él nos formó en su corazón y luego por su amor nos permitió formarnos en el vientre de nuestras madres. De verdad, todos somos el producto del amor de Dios.

SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS POR LA VIDA Y ESE AMOR QUE NOS REGALAS A CADA INSTANTE.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:10 a.m. | Permalink | 0 comments
<body>