sábado, mayo 22, 2010
VAYAMOS AL ENCUENTRO DE JESÚS, EL VIVE EN NUESTROS CORAZONES

Una sirena nos llama a la atención y cuando suena cerca de nosotros buscamos a nuestro alrededor que pasa y gracias a ello, cuando existe una emergencia, corremos y ayudamos a otros a salvar la vida.

La Palabra de Dios es algo así como una sirena que llama nuestra atención para que salvemos la vida. Sí, para que vivamos y vivamos felices. Vivamos en paz. Vivamos, no sin dificultades, pero con la respuesta que Dios nos da para resolverlas y dar respuesta inmediata.

El hombre sin amor no sería capaz de vivir. El hombre sin amar jamás podría ser verdaderamente feliz, porque estaría negándose la cualidad que le es más propia. Pero también el hombre sin confiar, tampoco sabe vivir. Y esto sí es un hecho que constatamos cada día. Lo constatamos frente a la inseguridad ciudadana. Lo constatamos frente a los grandes planteamientos de la vida, incluso en la vida política, porque parece que ahí no confía nadie en nadie.

Y es que el hombre sin confiar es incapaz de vivir. Y cuando vive sin confiar, vive mal. Vive mal porque interiormente vive siempre con resquemores, con miedo, con inseguridad.

Amor y confianza son como dos componentes inseparables de una misma sustancia, como el oxígeno y el hidrógeno del agua. El hombre que no confía no puede amar. Y el hombre que ama, confía necesariamente.

Cualquier cosa que ocurra en nuestra vida no es desestimada ni sesgada por la mano del Señor. El problema quizás se plantea cuando nosotros no convivimos con Dios y lo consideramos como el amigo fiel en quien confiar.

La lectura asidua de la Palabra de Dios, la puesta en práctica de esa palabra de Dios, es nuestra garantía de vida. San Lucas (11, 28)nos dice:: «Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica».

Por ello, hoy quisiera que nos unamos y vayamos al encuentro de Jesús que habita en nuestros corazones; con absoluta confianza lo encontremos como ese amigo que no nos engaña y que nos enseña a superar todas y cada unas de nuestras dificultades. No lo busquemos en las nubes, Él está en nosotros y más en el hermano que sufre y es despreciado por la sociedad.

SEÑOR, TU ERES EL AMIGO FIEL, EN TI CONFIAMOS, GUÍA CADA UNO DE NUESTROS PASOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:17 p.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>