jueves, febrero 16, 2017
UNA PROPUESTA HECHA VIDA

Hace 26 años un grupo de inquietos jóvenes impresionados  por la impactante realidad que vivía el país (Colombia), decidió con el apoyo de unos Religiosos y Religiosas Salvatorianas, crear un Movimiento Cristiano Católico, que siguiendo los ideales que soñara el Padre Francisco María de la Cruz Jordán, fundador de la Sociedad del Divino Salvador, fueran capaces de convertirse, dentro de la Iglesia y la sociedad, en un ejército de hombres y mujeres empeñados en promover  y expandir en todo tiempo y lugar el Reino de Dios., utilizando todos los medios que el amor por Cristo les impulsase.

La idea de multiplicar el sueño del Fundador en crear una comunidad de Laicos se expandió en varias Parroquias Salvatorianas, fue así, que en Cartagena, Medellín, Cali y Bogotá se lograron reunir cerca de un centenar de jóvenes quienes se interesaron y se conmovieron con la idea  Jordaniana.

La semilla del Padre Jordán floreció. Fue entonces cuando en el  Consejo Provincial Colombiano se cristalizó la iniciativa de seguir las pautas fundamentadas dentro del Capítulo General de 1975 en las que se impulsaría la idea de crear una comunidad de Laicos Salvatorianos en Colombia. Salió entonces la idea de convocar una  reunión en Bogotá con la asistencia de Jóvenes que realizaban diversos trabajos apostólicos en dichas Parroquias.

Más que tarde, con la presencia y participación de los Padres Ignacio Madera Vargas SDS y Wilson Zabalsa Negrete SDS se logró realizar la primera convivencia en la Finca Santa Cruz en la población de Sasaima (Cundinamarca), los días 16 y 17 de Febrero de 1991 y en ella, se le dio forma a la estructura de la Asociación y su carácter legal como Entidad sin Ánimo de Lucro.

Participaron en ella además de los Religiosos Salvatorianos, 12 jóvenes de Bogotá que plantearon su intención de proyectarse como laicos capaces de incidir desde su liderazgo en la vida de la Iglesia y la sociedad,  para hacer de ellas, instituciones que respondan a las exigencias de los nuevos tiempos y que fueran capaz de  manifestar la ternura y la misericordia de Dios a los más necesitados. 

Por eso hoy, después de 26 años de haberse creado nuestro Movimiento Salvatorianos Laicos de Colombia, le damos gracias a Dios por tanta generosidad para con todos y cada uno de nosotros sus integrantes de Cartagena y de Colombia; por ello ante todos ustedes como signo de nuestra lealtad al movimiento nuestra Comunidad de Cartagena renueva el Compromiso al Servicio en bien de la transformación de la sociedad y con un amor preferencial a los más pobres y necesitados del amor de Dios.


Que con la guía del Espíritu de Dios nos sigamos extendiendo en el mundo como las estrellas del cielo y las arenas del mar, hasta la eternidad.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:34 a.m. | Permalink | 2 comments
miércoles, febrero 08, 2017
LOS TIEMPOS DE DIOS SON SIEMPRE PERFECTOS.

En cada prueba hay una lección importante que Dios nos quiere enseñar. Las escrituras nos piden que veamos nuestras pruebas como una disciplina de Dios. La palabra "disciplina" tiene la misma raíz que "discípulo" -significa recibir entrenamiento o educación que corrige, moldea y construye carácter. Sin embargo, creemos que la disciplina es una forma de castigo por lo que hacemos mal y por eso recurrimos a las reacciones de nuestra infancia, cuando tratábamos de retorcernos y hacer trampa y de ser encantadores para desentendernos de los castigos que nos merecíamos.

La disciplina parece ser causa de dolor y no de alegría, pero luego nos trae "la fruta pacífica de la justicia". Murmurar y quejarnos significa que no confiamos lo suficiente en Dios. Nos sentimos olvidados por él, pero en realidad somos nosotros los que olvidamos. ¡Nos olvidamos de que Dios sufre con nosotros, que Jesús sufre el castigo junto a nosotros! No lo disfruta más que tú. Se preocupa por tus sentimientos mucho más que tú, pero él ve el panorama completo. Él sabe que un atajo hacia el final de la prueba podría causar más sufrimiento, no menos, a largo plazo.

Los tiempos de Dios son siempre perfectos. Él nos salva de nuestras pruebas tan pronto como sea posible, siempre y cuando cooperemos con él en vez de empeorar las cosas.
Saber esto de Dios debería fortalecer nuestras rodillas débiles y nuestras manos vacilantes. De no ser así, nuestras manos vacilantes raspan los nudillos a lo largo del camino duro y accidentado. Se rasguñan y hieren, y en nuestra frustración agarramos piedras para tirárselas a los viajeros cercanos quienes lamentablemente están andando por el mismo camino.

Enfadarse ("doblarse") no hace que la prueba se termine con más rapidez. Sólo cuando abrazamos la disciplina descubrimos la sanación que Dios nos ha preparado.



NO NOS PREOCUPEMOS POR NADA PORQUE DIOS ESTA A NUESTRO LADO Y EL ES DIGNO DE CONFIANZA. 
 
posted by Laureano García Muentes at 8:36 a.m. | Permalink | 0 comments
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