miércoles, febrero 08, 2017
LOS TIEMPOS DE DIOS SON SIEMPRE PERFECTOS.

En cada prueba hay una lección importante que Dios nos quiere enseñar. Las escrituras nos piden que veamos nuestras pruebas como una disciplina de Dios. La palabra "disciplina" tiene la misma raíz que "discípulo" -significa recibir entrenamiento o educación que corrige, moldea y construye carácter. Sin embargo, creemos que la disciplina es una forma de castigo por lo que hacemos mal y por eso recurrimos a las reacciones de nuestra infancia, cuando tratábamos de retorcernos y hacer trampa y de ser encantadores para desentendernos de los castigos que nos merecíamos.

La disciplina parece ser causa de dolor y no de alegría, pero luego nos trae "la fruta pacífica de la justicia". Murmurar y quejarnos significa que no confiamos lo suficiente en Dios. Nos sentimos olvidados por él, pero en realidad somos nosotros los que olvidamos. ¡Nos olvidamos de que Dios sufre con nosotros, que Jesús sufre el castigo junto a nosotros! No lo disfruta más que tú. Se preocupa por tus sentimientos mucho más que tú, pero él ve el panorama completo. Él sabe que un atajo hacia el final de la prueba podría causar más sufrimiento, no menos, a largo plazo.

Los tiempos de Dios son siempre perfectos. Él nos salva de nuestras pruebas tan pronto como sea posible, siempre y cuando cooperemos con él en vez de empeorar las cosas.
Saber esto de Dios debería fortalecer nuestras rodillas débiles y nuestras manos vacilantes. De no ser así, nuestras manos vacilantes raspan los nudillos a lo largo del camino duro y accidentado. Se rasguñan y hieren, y en nuestra frustración agarramos piedras para tirárselas a los viajeros cercanos quienes lamentablemente están andando por el mismo camino.

Enfadarse ("doblarse") no hace que la prueba se termine con más rapidez. Sólo cuando abrazamos la disciplina descubrimos la sanación que Dios nos ha preparado.



NO NOS PREOCUPEMOS POR NADA PORQUE DIOS ESTA A NUESTRO LADO Y EL ES DIGNO DE CONFIANZA. 
 
posted by Laureano García Muentes at 8:36 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>