domingo, septiembre 18, 2016
JESUS NOS PIDE QUE NOS DETENGAMOS Y LE ESCUCHEMOS
Jesús es la razón de nuestra esperanza, no las circunstancias o las personas de que existen alrededor de nuestra vida. Dios es más grande que tu peor problema y ojo, tú le importas.
Si, Él realmente se preocupa por ti, por mí y por todos los hombres sin distinción de raza, religión o clases sociales. Pero muchos nos equivocamos y lo creemos UN MAGO.¡¡¡Y nos equivocamos!!! Él no tiene una varita mágica para hacer que todo de repente se convierta en fácil, agradable y feliz. Les pregunto: ¿Qué santidad aprenderíamos de eso? ¿Y cómo las personas que nos están causando problemas ganarían humildad?

Si pudiéramos visitar el lejano futuro y detenernos a ver todo lo ocurrido hacia atrás; todos esos momentos que atravesamos a través de nuestra vida; y ver las rutas opcionales - una en la que Dios nos lleva por un atajo hasta el final de nuestros problemas y, otra, en la que caminamos todo el trayecto a través del valle de sombras al lado de Jesús - sin duda preferiríamos la segunda. ¡Hay tanto que podemos obtener! bendiciones, triunfos, crecimiento espiritual, beneficios. Y también para los que están en el viaje con nosotros, más ministerio que brota de él para que podamos hacer una diferencia grande ayudando a los demás y, así, sucesivamente.

Sin embargo, morir a nuestro deseo de que todo sea fácil, agradable y feliz en este momento es, para nosotros, una muerte difícil. Vamos a llorar, pero el duelo nos va a ayudar a llegar más allá de la alegría de la resurrección que surge de las penurias.

Todas nuestras muertes (nuestros sufrimientos, humillaciones, rechazos, persecuciones, falsas acusaciones contra nosotros, pérdida de las personas que amamos, etc.) siempre resultarán en resurrecciones si seguimos de cerca a Jesús. Pero en medio del desaliento y la depresión parece imposible, ¿verdad? Eso es porque, antes de que ocurra la resurrección, no podemos imaginar cómo Dios va a convertir nuestras muertes diarias en una nueva vida.

Para que Jesús sea nuestra fuente de esperanza tenemos que colocarlo directamente frente a nosotros y debemos mantener nuestros ojos en Él. Tenemos que dejar que bloquee nuestra visión de lo que está mal y lo que tememos que podría salir mal.

Tenemos que dejar que su crucifixión absorba el dolor que estamos sintiendo. Cuando conectamos nuestros sufrimientos al sacrificio de Cristo, también conectamos nuestras vidas a su resurrección.

Como dice San Pablo en 1 Corintios 15, 12-20, ¿cómo puedes decir que no habrá resurrección para ti? Si no hay resurrección, Cristo mismo no ha resucitado y nuestra fe es inútil, sin sentido.

En lugar de ver la evidencia del sufrimiento y la muerte y usarlas como prueba de que nuestras vidas no van a mejorar, tenemos que esperar el tiempo perfecto de Dios para la nueva vida que comienza. Al confiar en Él y seguir su guía en cada paso del camino, podemos cantar como el salmista "¡Señor, cuando tu gloria aparezca, mi gozo será completo!"  



SEÑOR, TU MISERICORDIA ES GRANDE. ENSEÑANOS A ESPERAR EN TI
 
posted by Laureano García Muentes at 7:48 a.m. | Permalink |


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