A través de los
tiempos, de la historia, de las distintas culturas, religiones y razas del
mundo, la mujer ha representado siempre la fecundidad, la consecución y la
permanencia del género humano sobre la faz de la tierra. Sin la existencia de
ella no se hubiera podido lograr y consolidar el crecimiento y desarrollo de la
humanidad.
María de Nazaret, una
mujer escogida por Dios para ser madre; esa mujer que por la gracia de Dios, de
manera libre y valiente; perseverante a la decisión humana, superó y venció el
pecado en la lucha de la vida diaria. "Ella, que pertenece a los humildes
y pobres del Señor", respondió a Dios "con todo su YO humano, femenino": ¡¡¡AQUÍ ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD!!! .
¡María de Nazaret
le marca un nuevo rumbo a la mujer! Una mujer llena de Dios que no duda en
tomar la decisión y responder: He aquí
la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra… Engrandece mi alma
al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la
bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas
las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su
nombre, y su misericordia es de generación a los que le temen”, Lucas 1:38,
46-50. Esta respuesta es de una mujer de una Fe inquebrantable, una mujer capaz
de enfrentar sus propios retos, una mujer consagrada, una mujer maternal que se
alegra inmensamente con la noticia que va a ser Madre.
Cuando María y José llevaron a Jesús al
templo, para que fuera circuncidado, Simeón le profetizó: “Y una espada traspasará
tu misma alma” (Lucas 2:35). María, como madre, sabía lo que pasaría con Jesús
y, seguramente, sentía tristeza al pensarlo.
Cuántas mujeres al igual que María de
Nazaret también les ha tocado vivir situaciones semejantes cuando sienten que
son muchas las espadas le atraviesan sus corazones al ver las injusticias que a
diario se cometen por falta de igualdad, falta de trabajo, falta de
oportunidades; familias que pasan hambre, que sufren la muerte de los hijos en
combate, segando sus esperanzas.
Cuántas mujeres le toca defenderse
solas para sacar sus familias adelante. A las mujeres campesinas les toca más
duro aun, muchas veces les toca salir a trabajar haciendo oficios poco dignos y
siendo maltratadas y oprimidas por los patronos.
Si bien es cierto en los últimos años
el papel de la mujer dentro de la sociedad ha ido en aumento y con aceptación
por parte de la comunidad masculina, aún existe el maltrato, la desigualdad en
cuestión a salarios y puestos de trabajo por el simple hecho de ser mujer.
En
países como el medio Oriente se da casos
de maltrato hacia la mujer, donde algunas mueren lapidadas como parte del
castigo que merecen por delitos en contra del varón, entre ellos la
infidelidad. En otros como África, miles de niñas son castradas como parte de
la cultura del país. En China, las mujeres son una carga para la familia. Por
lo que muchas niñas son dejadas morir desde el momento de nacer y más aún por
la ley de dos hijos por familia, donde sí se debe escoger, se prefiere al varón
que a la niña.
En nuestro país Colombia, aún existen
comunidades donde las mujeres viven en el ayer, donde son vendidas al mejor
postor desde niñas a cambio de licor o ganado. Donde no tienen derecho más que
servir en el hogar y tener hijos.
Haciendo la preparación de este tema
que para mí como hombre me conmueve y me siento pequeño ante las capacidades y
fuerza de espíritu que tienen las mujeres, pienso también en la mujer que por
alguna manera ha sido violada u obligada a vender su cuerpo, y pienso en esas
niñas que salen embarazadas a temprana edad y se enfrentan al sufrimiento, y
algunas que abortan a sus hijos por huirle
a la responsabilidad.
La mujer tiene un gran tesoro en su
corazón para dar vida, dar ternura, dar paz y alegría y ese se llama: “EL AMOR”.
María es, pues, nuestra Madre y la
Educadora en el camino de la fe. Ésa es su misión: la de buscar conformarnos a
su Hijo, la de dar a luz a Cristo en nuestros corazones. De ahí que todo hijo
de María está llamado a colaborar con Ella, desde su propio puesto, en su tarea
apostólica de llevar a todos los hombres hacia el encuentro con su Hijo
Jesucristo.
Que dice
SS el Papa Francisco de la Mujer
El Papa Francisco decía en una ocasión:
“La mujer tiene una capacidad para dar vida y ternura, don que no tenemos los
varones. Ustedes son mujeres de Iglesia. La Iglesia es femenina, es como María.
Ése es el lugar de ustedes. Ser Iglesia, conformar Iglesia, estar junto a
Jesús, dar ternura, acompañar, dejar crecer”.
“Ustedes mujeres, son aspirantes a
consolidar con su vida la ternura y la fidelidad en sus hogares y dentro de la
sociedad donde viven, se forman y comparten. Ustedes están sobre el camino de
esas mujeres que seguían a Jesús, en las buenas y en las malas”.
Hermanos y Hermanas, que este momento
que estamos viviendo hoy sea para todos nosotros el momento indicado para tener
un nuevo encuentro con Jesús resucitado. ¡No tengamos miedo! ¡Miremos a Jesús,
miremos a María y vayamos hacia adelante! ¡No importa que seamos pecadores o
pecadoras. Él con su gran amor lleno de una gran misericordia nos perdona todas
nuestras culpas y nuestras faltas y nos señala el Camino para ir hacia ese
ideal que nos ofrece: Nuestra Perfección.
Que nuestro servir a Jesús, el Cristo
Salvador y a María la mujer que fue
capaz de aceptar los designios de Dios nos ayuden a comprender como ha de ser
nuestra misión de ser parte de la obra Salvadora de Dios para este mundo de hoy
que va cada día olvidando su presencia entre nosotros.
Les invito a que recemos a nuestra
Madre Celestial, la Santísima Virgen María, el Ave María.