La
actitud del discípulo de Cristo en un ambiente hostil ha de ser de cautela y de
prudencia para no actuar con ingenuidad ante los demás, procurando no ser falso
en palabras y en actitudes.
Es
importante que tomemos conciencia que también hacemos parte de la misma
sociedad injusta que margina y explota; y que por esas falencias, somos muchos
los que hoy vivimos en una sociedad sin armonía y cargada de desigualdades.
La
sencillez no debe confundirse con la ingenuidad ni con la ligereza. Y… en ellas, somos
muchos los que allí caemos.
Miren,
la sencillez es transparencia, lealtad y sinceridad y la sagacidad es prudencia:
Esta última, con la ayuda del Espíritu de Jesús nos permite valorar las situaciones y nos abre a discernir entre el bien y el mal
en un servicio a Dios y a los hermanos, sin dejarse llevar por la doblez y el
deseo de poder, dominio o explotación.
En
el pasaje del Evangelio de Mateo 10: 16-23 Jesús predice todo tipo de
persecuciones que van a tener sus discípulos al involucrarse a una acción pastoral
popular de evangelización, cuando nos dice: “Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos; por eso, sed sagaces como
serpientes y sencillos como palomas…Os entregaran a los tribunales y os
azotaran por mi causa”.
Contemplemos
que es el mismo Jesús quien nos envía a combinar la prudencia de las serpientes
con la sencillez de las palomas.
Ser
verdadero seguidor de Jesús no es fácil como lo vemos, pero el nos pide que
seamos perseverantes y que no decaigamos
en nuestros intentos de ubicar nuestras acciones pastorales con miras a cambiar
la mentalidad obstruida de la sociedad que solo se basa en las seguridades que
le ofrece el mundo. Eso, también nos los pide Él cuándo nos exhorta a
perseverar hasta el final para así alcanzar la salvación que nos ofrece.
No
podemos mirar las cosas que nos suceden como un fracaso, ni el motivo para
salir huyendo de la sociedad ni de aquellos que más necesitan de nosotros; sino
que estas situaciones difíciles las tomemos como el camino que Dios nos ha
marcado para alcanzar el éxito.
La
fe ha de afirmarnos y nos ha de fortalecer para no ser pesimista a pesar de lo
duro del camino.
San
Pablo en su carta a los Hebreros 12,1 y siguientes. Nos exhorta con estas palabras: “Corramos la carrera que nos toca, sin
retirarnos, fijos los ojos en el que inicio y completa nuestra fe: Jesús que
renunciando al gozo inmediato, soporto la cruz sin miedo a la ignominia, y
ahora está sentado a la derecha del Padre”.
Hagamos
pues nosotros lo mismo en las adversidades de la vida diaria. Construyamos
nuestra vida sencilla, alegre y servicial para así, poder testimoniar a todos
los que stan a nuestro alrededor nuestra fe y esperanza a base de la comprensión,
la solidaridad y la comunión de vida con nuestros hermanos.
SEÑOR, QUE TU PALABRA NOS HAGA SENCILLOS Y SAGACES PARA QUE NO CLAUDIQUEMOS EN LA MISIÓN QUE TU NOS HAS SEÑALADO REALIZAR