viernes, junio 20, 2014
¿SOMOS EL SABOR DEL AMOR DE DIOS?

Como cristianos, hemos sido creados con sabor, es decir, tenemos dentro de nosotros la plenitud de la vida del Espíritu Santo de Dios. 


El cristiano útil es aquel que evangeliza agregándole el sabor del amor de Cristo a las vidas de las otras personas. ¡Pero ten cuidado con esforzarte demasiado! ¿Qué sucede cuando la comida está con demasiada sal? Sabe horrible. No importa cuán buenas puedan ser nuestras intenciones, si insistimos demasiado, hacemos más daño que bien.

Las personas son más propensas a acercarse a Jesús si primero experimentan Su amor a través nuestro. Necesitan descubrir que Él los ama tal como son, que es amable y sincero cuando los invita a crecer, y que los atiende en sus necesidades. 


Nosotros, los que estamos vivos en el Espíritu Santo, estamos llamados a dar sabor a sus vidas con este amor.

Para dar sabor a las vidas de otros con el amor de Jesús, debemos dejar que Su luz brille en nosotros. Debemos estar tan iluminados por Cristo que los demás no puedan dejar de notarlo. 


El cálido brillo de Jesús, debería ser lo que otros vean cuando nos miran. Esto sucede cuando los amamos incondicionalmente, pacientemente, llenos de amabilidad y preocupación, mientras que no escondemos nuestra relación con Jesús.

¿Qué obstruye la luz de Cristo que brilla dentro de ti?

Si las personas no están encontrando a Jesús a través nuestro, necesitamos preguntarle al Espíritu Santo por qué. ¿Qué están viendo entonces? ¿Es algo que necesitamos cambiar dentro nuestro?


A medida que el Señor nos vaya revelando las obstrucciones, los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía nos llenarán con las gracias que necesitamos para permanecer en la luz.

Además, Jesús dice debemos ser una "comunidad". No podemos evangelizar solos. Una comunidad es un grupo de cristianos: una parroquia, una familia, una organización eclesial. Ser cristiano significa estar en una comunidad.


Cuando nuestra luz se une a la luz de otros, nuestro brillo colectivo es mucho más efectivo al revelar el amor de Cristo al mundo. ¿Por qué? Porque los no creyentes aprenden que el amor de Cristo es real cuando nos ven vivir amándonos unos a otros (ver Hechos 2, 42.47).

Ser una comunidad también es necesario porque es como nos convencemos que somos amados verdaderamente. Somos la luz de Cristo entre nosotros. Somos Su amor entre nosotros. Somos el sabor entre nosotros.Follow us on Twitter Sin cada uno de nosotros, nuestra luz disminuye, nuestro sabor se extingue, y nos convertimos en inútiles para el reino de Dios.

Reflexiones para el Alma.


SEÑOR, PERMITE QUE EL SABOR DE TU AMOR SEA PARA NOSOTROS EL MAS PRECIOSO Y BELLO TESORO Y COMO PORTADORES DE EL, PODAMOS ENTREGARLO AL MUNDO PARA QUE TE CONOZCAN, TE AMEN.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:00 a.m. | Permalink | 0 comments
miércoles, junio 11, 2014
PARA AMAR COMO JESÚS NOS HA AMADO

“Como Yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. Por el amor que se tengan los unos a los otros reconocerán todos que son discípulos míos”.
Juan 13, 34-35

LA PALABRA DE DIOS NOS INDICA QUE EL AMOR ES EL MAYOR DE LOS MANDAMIENTOS Y QUE:
·  Tener amor es saber soportar, es ser bondadoso, es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta. Es no enojarse ni guardar rencor. Es no alegrarse de las injusticias sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.
1 Corintios 13, 4-7
·  “Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios. Y todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios mandó al mundo a su Hijo único, para que tengamos vida por medio de Él”.
1 Juan 4, 7-9
·  “Este es mi mandamiento: Que se amen unos a otros como yo los he amado. El amor más grande que uno puede tener es dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.
Juan 15, 12-14

·  “Si alguno dice: «Yo amo a Dios», y odia a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y nosotros hemos recibido de él este mandato: Que el que ama a Dios, ame también a su hermano.”
1ª. Juan 4, 20-21
·  “Llénenme de alegría teniendo unos mismos sentimientos, compartiendo un mismo amor, viviendo en armonía y sintiendo lo mismo. No hagan nada por rivalidad o por vanagloria; sean por el contrario, humildes, y consideren a los demás superiores a ustedes mismos. Que no busque cada uno su propio interés, sino el de los demás. Tengan, pues, los sentimientos que corresponden a quienes están unidos a Cristo Jesús.” Filipenses 2, 2-5
 
posted by Laureano García Muentes at 8:57 a.m. | Permalink | 0 comments
viernes, junio 06, 2014
RECIBIR EL PENTECOSTES ES ACOGER CON ALEGRÍA LA GRACIA DE DIOS QUE NOS PROMETIÓ A TODA LA HUMANIDAD (Hch.2,17).

El Espíritu Santo ha suscitado firmeza y decisión a quienes hemos optado por seguir a Jesús; El nos guía, nos enseña y nos fortalece  para que podamos servir con eficiencia y sin temor en la misión que le fue legada por Cristo a la Iglesia.
Jesús nos exhorta a través de sus Palabras que llenan de vida equipándonos con el poder de su Espíritu Santo, para lanzarnos a la gran comisión. El así nos lo dice: " Id y evangelizar el mundo con el poder del Espíritu Santo, Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo". Mt.28.19-20
Y es que la Efusión del Espíritu Santo NO es un Sacramento. Es sencillamente la actualización de los Sacramentos de la iniciación cristiana. Es la gracia que se nos da para "liberar". Es, en otras palabras, una experiencia a nivel personal, donde se nos da el encuentro con Jesús vivo, para recibir de Él, la capacidad en el uso de los dones y carismas dados por el Espíritu Santo a los creyentes, para la edificación de la Comunidad Cristiana, para el bien de los demás y para potenciar la evangelización.

Es bueno que tengamos presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo; y que el Espíritu Santo es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.
Con motivo a esta celebración llenémonos de gozo y renovemos con su aliento nuestro espíritu para aumentar con Él nuestra fe y abrir cada día el camino que hemos emprendido como discípulos de Jesús. Les exhorto a que nos consagremos al Espíritu Santo y mediante este modelo de oración:
Espíritu Santo, divino Espíritu de luz y de amor, te consagro mi entendimiento, mi corazón, mi voluntad y todo mi ser, en el tiempo y en la eternidad. 
Que mi entendimiento este siempre sumiso a tus divinas inspiraciones y enseñanzas de la doctrina de la Iglesia católica que tu guías infaliblemente.

Que mi corazón se inflame siempre en amor de Dios y del prójimo.

Que mi voluntad este siempre conforme a tu divina voluntad.

Que toda mi vida sea fiel imitación de la vida y virtudes de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él, contigo y el Padre sea dado todo honor y gloria por siempre.

Amen.

 
posted by Laureano García Muentes at 9:28 a.m. | Permalink | 0 comments
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