lunes, abril 30, 2007
COMENTAIOS SOBRE LA PAGINA
Mis sinceros agradecimientos a todas las personas que han leido esta pagina y han manifestado sus comentarios, los cuales se convirten en fortalezas para continuar con mucho ardor esta forma de Evangelización según los principios que hereamos de nuestro Fundador Francisco María de la Cruz Jordán.
Algunos de ellos publico a continuación:

Luis Alfredo Escalante SDS.
Estimado Laueano,
Mil felicitaciones por esta magnífica iniciativa. Muy
salvatoriana en cuento a la creatividad en formas y
medios para evangelizar. Un abrazo. Luis Alfredo.

Salvatorianos España
LAUREANO GARCIA MUENTES
Hemos recibido tu mensaje. Muchas gracias por contactar con nosotros.

psiconexion
Para: lgarciasds1@hotmail.com
Gracias por mostrarnos el poder transformador de Dios en la vida de una persona y la de su familia.
No hay nada mas precioso y de tanto valor que experimentar su amor y que por medio de nuestras vidas otros se arriesguen a conocerlo.
Gracias papi, por tu ejemplo de amor.
Tu hijo
Fernando
 
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domingo, abril 29, 2007
CRISTO NOS CONDUCE HACIA LA ESPERANZA
Quienes creemos que Cristo es el camino, la verdad y la vida, disfrutamos una vida con sentido. Por qué caminar con Cristo es caminar en la esperanza de encontrar a plenitud el amor. Y ese amor, se busca y se vive en medio de la experiencia de la salvación que se percata mediante la liberación del miedo, del egoísmo y el dejar la vida sin sentido.

La vida es un camino por donde todos los hombres transitamos. Y mientras dure ese caminar, nos surgen muchas preguntas, muchos porqués y paraqués que no alcanzamos muchas veces a descifrar.
La gran preocupación de muchos es conocer el futuro y las cosas que les deparan, en medio de tantas dudas e incertidumbres. Entonces, recurren a brujos, horóscopos y adivinos, para que le vaticinen lo que les va a suceder con su vida, su trabajo o situación económica. Se niegan en descubrir todo lo bueno que hay en su ser y en la vida.

Dar sentido a la vida, es darle un norte y una orientación. Por ello, la esperanza es la base fundamental que le da sentido a la orientación y ella solo la logramos cuando confiamos en Dios y creemos que Cristo es el Salvador.

Una de las principales virtudes del ser humano que le ayuda a solidificar y darle forma al sentido de su vida, es vivir a plenitud el amor. El amor le da la absoluta paz a su vida y consigo mismo. Cuando el hombre no logra impregnarle amor y esperanza a sus cosas, vive en constante zozobra, en lo absurdo y entonces la frustración se adueña de su ser.
Por eso es importante que nos tracemos objetivos en la vida y que la construyamos basada en nuestra propia lista de cualidades y en proyectos realizables, cimentados con esas pautas que nos enseñan las Santas Escrituras y los valores con que Jesús nos educó.

La esperanza para el cristiano tiene fundamento en las palabras que el mismo Jesús pronuncio y que están escritas en el Evangelio de San Juan Cáp. 14. 1-6 y también en la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos Cáp.6, 3; 8-9; 8, 10-11; 16-18, citas que te invito a leer y meditar.

Quien vive la experiencia de Cristo, vive una vida desinteresada, apasionada, en paz y llena de esperanza.

“EN LA CRUZ RENACEN LA VIDA Y LA ESPERANZA”
P. Francisco María de la Cruz Jordán
 
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jueves, abril 26, 2007
LA FELICIDAD : SER LLAMADO
¿Cuántos de nosotros nos hemos emocionado cuando escuchamos que nos llaman por nuestro nombre? ¿Cuántos dejamos todo lo que estamos haciendo y salimos presurosos a atender a quien nos llama? ¿Cuántos estamos deseosos que nos llamen? o ¿Cuántos esperamos que nos inviten a asistir o a servir de algo, o para desarrollar alguna labor o un buen trabajo?

Quienes hemos recibido la llamada de Jesús, sin temor o dudas, hemos acudido a Él con plena libertad; experimentamos una felicidad incomparable de ser unos privilegiados y abanderados para realizar la misión que cumplieron nuestros antecesores los apóstoles, quienes siguieron a Jesús y a quienes Él, les confió la acción de expandir su palabra por todo el mundo, para que todos hombres sin excepción, aprendieran a discernir y responder con valentía a su propia renovación. O ese llamado, que han percibido a través de sus ministros Religiosos, Religiosas o Laicos, quienes igual que los apóstoles, han venido difundiendo a través de los años y siglos, por todo el mundo, el mensaje de salvación.

Si. Así como nosotros que nos hemos identificado con la misión de Jesucristo, que acogimos su llamado y nos hemos comprometido a ser testigos ante el mundo de su resurrección; hay también hoy muchos hombres y mujeres que siguiendo carismas diferentes, en su medio, trabajo y profesión, proclaman el Evangelio de la salvación por mandato Divino.

Ellos. Como nosotros los Salvatorianos que seguimos tras las huellas de nuestro Padre Fundador Francisco María de la Cruz Jordán, hemos sido enviados en el nombre y la gracia de Cristo, como apóstoles, a cumplir la misión que se nos ha manifestado en Jesucristo, de tal manera que, a través de actividades apostólicas y uniéndonos a los pobres, vamos por todos los lugares del mundo utilizando todos los medios que el amor del Señor nos inspire, proclamándole como Único y verdadero Dios que nos lleva por los caminos de la perfección.

Que gozo y felicidad sentimos al ser llamados SALVATORIANOS seguidores de Salvador. Que dicha es comunicar a los hombres en forma actualizada los valores del Evangelio, y que compromiso ineludible tenemos de ser promotores de liderazgo.

ME SIENTO ORGULLOSO DE SER HIJO ESPIRITUAL DE
FRANCISCO JORDÁN
 
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martes, abril 24, 2007
A SER DUEÑOS DE SI MISMO
En el artículo anterior platicábamos sobre el Reino que Jesús nos ofrece y como Él, con su testimonio de vida, nos enseñó a que nos relacionáramos con nosotros mismos respondiendo así, a esa identidad que Dios ha querido que tengamos: Ser personas.

Indicaba igualmente, que para vivir la plenitud del Reino de Dios, teníamos que aceptar vivir de acuerdo a la escala de valores que Él proclamó y enseñó, desprendiéndonos de todo lo que poseemos en nuestro interior y de esos comportamientos y actitudes que tanto nos aferran al mundo y que nos mantienen alejado de Dios (vicios, poder, dinero, egoísmo, odio, rencor, envidia, etc). Además, a que nos realicemos como personas poniendo nuestra vida al servicio de los más necesitados.

Ser imagen y semejanza de Dios es ser dueño de si mismo. Es decir, responderle a Él positivamente y aceptarle la invitación de salirnos de si mismo, para tomar la iniciativa y la acción de ser libres y solidarios con los demás.

Tengamos pues presente, que Dios se manifiesta en nosotros, cuando nos decidamos que Él nos interpele y provoque la conciencia. Así, continuamente nos motivará e incitará a que vivamos a plenitud, mediante el ejercicio de la libertad.

Se es feliz, a la medida en que nos ajustamos al diseño que Dios nos planteo ha cada uno. Entendamos que la libertad es la capacidad que tiene la persona para conseguir de si misma su plena realización durante toda la vida.

Seremos dueños de si mismo, libres y responsables en la medida que desliguemos nuestros propios intereses y estemos abiertos al servicio de los demás, construyendo con ellos, la fraternidad, el amor, la justicia, la paz y la solidaridad, reforzando en forma constante la relación con Dios.

“El cristiano es libre, no tiene espíritu de esclavo, sino de hijo muy unido al Padre Dios, del que es heredero”
Rom. 8,15; Gal.4,7
 
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domingo, abril 22, 2007
EL REINO QUE JESÚS NOS OFRECE
Cuando Jesús anunciaba la buena nueva, entusiasmaba a mucha gente, por que respondía a las necesidades más apremiantes que tenía el pueblo y a los deseos y esperanzas de todos aquellos quienes tenían amenazada su vida y su dignidad.

Su anuncio era un Reino que iba en contraposición a la esclavitud, como una realidad presente y operante entre nosotros, que penetra y transforma.

El Reino de Dios no se fundamenta en el sometimiento a la ley, sino a la liberación del sufrimiento, de la indignidad y de la muerte, es decir, cuando las relaciones humanas se realizan desde la fraternidad, la justicia y el amor.

La misión de Jesús como el Hijo de Dios, es la de salvar y liberar a la humanidad de toda esclavitud que la oprime y que le impide el encuentro con el Padre. Durante su vida entre nosotros, nos enseño a realizarnos como personas mediante el servicio y el amor desinteresado a todos nuestros hermanos. Por consiguiente, vivir la plenitud del Reino de Dios, implica a cada hombre y mujer, aceptar la escala de valores que Jesús practicó y nos enseñó, además a desprendernos de todo lo que poseemos que nos aferra y nos mantienen alejado de Dios (vicios, mujeres u hombres, poder, dinero, egoísmo, odio, rencor, envidia, etc).

El Reino de Dios no consiste en dar limosnas en las Iglesias, sino distribuir en forma equitativa todas y cada una de las pertenencias materiales. Es decir, COMPARTIR lo que tenemos.

Como Salvatorianos comprometidos y como cristianos seguidores del Salvador del mundo, tenemos la obligación de ayudar a comprender en que consiste el Reino de Dios y saber explicarle a todos los que nos rodean que compromisos exige la liberación de toda esclavitud material, mediante obras y acciones que den muestra de un verdadero testimonio del encuentro con el Resucitado.


CONSTRUYAMOS JUNTOS EL REINO DE DIOS.
COLABOREMOS PARA QUE CREZCA Y SE DESARROLLE ENTRE NOSOTROS A PESAR DE TODAS LAS DIFICULTADES
 
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jueves, abril 19, 2007
NUESTRA FE ESTÁ CIMENTADA EN JESUCRISTO
La fe que hoy profesamos ha sido producto de la tarea evangelizadora que el mismo Jesús les encomendó a sus apóstoles y discípulos constituyéndose en un don que nos regala Dios.
Ellos, a través de los tiempos de generación en generación han venido hablando de la persona de Jesús, nos han revelado sus experiencias de vida, sus anhelos, ilusiones e incluso sus temores después que lo vieron clavado en la cruz. Mediante la fe y las gracias recibidas por el Espíritu Santo, han podido superar todas esas angustias, pesares e incertidumbres que le allegaron cuando Él mismo, después de su resurrección, se ha manifestado al mundo como el Dios vivo.

Todas estas experiencias nos han llegado hoy al conocimiento de una forma oral y escrita. Es por ello, que no podemos decir que nuestra fe se fundamenta únicamente en el conocer aspectos y conceptos de textos o en el repetir ciertas formulas, o más, en el cumplimiento estricto de ciertas normas, ¡NO! Nuestra fe se cimienta en la persona de Jesucristo vivo y resucitado.
Es a Cristo a quien tratamos de seguir, es en Él en quien tenemos que confiar, es a Él a quien tenemos que obedecer, es Él el que nos ha dicho:”El que me ve a Mi, ve al Padre”.

Muchos nos equivocamos y por el hecho de seguir al Maestro, nos creemos los importantes y predilectos, dudamos y nos mostramos inciertos en aceptar muchas veces los testimonios que nos dan personas que han sentido y hecho de una forma visible la resurrección en el Señor. Hay quienes quieren por si mismo cerciorarse de esa verdad y como Santo Tomás dudan y quieren ver por sus propios ojos. ¿Cuantos le queremos exigir a Dios que se nos haga presente en medio de nuestras dificultades y enfermedades y le pedimos con exigencias que se haga visible con un signo o que cumpla lo que yo quiero?

Nuestra fe ha de estar sujeta a un crecimiento continuo basada fundamentalmente en la Palabra de Dios escrita en las Sagradas Escrituras (Biblia) y en la oración constante pidiéndole al Espíritu Santo que nos fortalezca y aumente nuestra fe.

La fe como camino que nos conduce a la salvación implica abandono, confianza y obediencia al Señor

Debéis ser hombres de fe y tener por tanto una gran confianza. La esperanza nace de la fe. Si queréis hacer grandes cosas por la gloria de Dios y por la salvación de las almas, debéis poseer una fe fuerte y sólida, unida a una gran confianza"
P. Francisco María de la Cruz Jordán P. y E.
 
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martes, abril 17, 2007
HAY QUE CREER PARA VER
”Solo viviendo la experiencia de la fe podemos ser testimonios del Resucitado”, nos proclamaba el domingo en su homilía el padre Hugo Jaramillo, Religioso Salvatoriano, cuando exhortaba a toda la comunidad de Manga a demostrar con hechos y acciones una vida autentica y coherente a los principios del Evangelio.

Su frase me dejó ansioso. Y ya en casa, luego de leer y analizar el Evangelio de San Juan Cáp. 20. 19-31 que correspondió para este día, pude comprender que muchos hombres y mujeres de hoy viven con la misma duda que Santo Tomás manifestó a sus amigos al poner como incierta la resurrección de Jesucristo. Vemos pues que aún exteriorizan su vacilación y declaran esa frase: “Ver para creer”.

Ante esas dudas, repetimos con insistencia ciertas manifestaciones ante las situaciones donde debemos poner de manifiesto nuestro deber y compromiso de cristianos. Es así, que damos muestra de esa debilidad que tenemos de nuestra fe y de como es de incierta su consolidación.

Nos mostramos inseguros y temerosos, nos vamos cerrando a vivir aislados y encerrados, llenos de miedo, nos angustiamos y no encontramos los medios necesarios para asumir de verdad nuestro reto y nuestros compromisos de bautizados, seguidores de Jesucristo.
Aún estamos demostrando al mundo la desorientación y el recelo que vivieron los discípulos cuando Jesús fue crucificado y más aún, la incredulidad de Santo Tomás.

No nos reunimos en comunidad de fe para orar y compartir acontecimientos y hacerle frente a las situaciones que se vivencian en el mundo actual, sino que las evadimos y ni siquiera nos interesamos en descubrir en esas situaciones y circunstancias actuales, los signos que Dios nos da como mensajes para salir de ese encierro y proclamar la vida, la esperanza y la misericordia que despierten, levanten y hagan resurgir a muchos a salir de su encerramiento para recibir la fuerza del Espíritu Santo, que fortalece y enseña con sus gracias como expandir por el mundo entero la misión que el mismo Cristo nos entregó como Discípulos: “Dar a conocer al único y verdadero Dios y a su enviado Jesucristo como el Salvador en todo tiempo y lugar donde su amor nos inspire”.

Solos no nos podemos salvar a pesar de que vivamos la cultura del individualismo. Los cristianos tenemos el compromiso ineludible de ser signos de esperanza y de amor.

“Dichosos los que crean sin haber visto” Jn.20.29
 
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lunes, abril 16, 2007
LO FASCINANTE DEL ENCUENTRO CON EL ALFARERO
Caminaba por el paseo peatonal y escuchaba en mi pequeño radio la Emisora Minuto de Dios. Sonaba en ella, una linda canción llamada “El Alfarero” cuyo canta – autor es la Hna Glenda, una Religiosa que ha gravado varios CD.
En la medida que percibía su mensaje, me dejaba conmovido y embelesado porque en se iba vivenciando la forma como Dios mantiene una relación constante y perseverante con los hombres. Él, como buen alfarero, modela la arcilla con la que estamos siendo formados; haciendo que su obra quede cada vez más perfecta.

Dios como un gran maestro, quiere y se agrada en modelar a su gusto, sin ligereza, sin afán, con mimos y muy despacio a cada hombre, sin ningún distingo de raza o condición social. A cada cual, lo hace a su manera y de una forma distinta el uno del otro, únicos e irrepetibles.

¡Que hermosa canción!, cada estrofa me dejaba pensativo y fascinado por tanta gracia que denota el alfarero.
¡Que grande e indescriptible es reconocerse hijos de Dios Padre! Somos el fruto de su trabajo, de su dedicación, de su sudor, de sus manos manchadas de barro pero de una textura suave y delicada, de ese dolor de cabeza para dejarnos perfectos, de ese malestar en su espalda de tanta inclinación para recoger la arcilla y de esa piernas cansadas de mover la inmensa rueda de su torno de alfarero. En fin, de ese duro pero dichoso trabajo por hacernos semejantes a Él y modelo para muchos.

Se vino entonces a mi mente el recuerdo del SI que le di ese día que me encontré de verdad frente a frente con Él. Cuando le dije que mi vida le pertenecía, que le seguiría y que le aceptaba su propuesta y su plan de remodelarme en su taller durante toda mi vida. Resonaba en mi mente, ese día que acepté que soplara insistentemente sobre mí, para que así, recobrara la vida, que me diera el aliento y la fortaleza suficiente para seguir junto a Él hasta que el aire de su boca penetrara en mis pulmones y la fuerza de su Espíritu, me hiciera vivir de una manera diferente, constituyéndome en un verdadero testimonio de su resurrección.

Pude darme como razón de nuestra existencia, la obra que Dios realiza a cada momento en cada hombre, como una respuesta a la identidad que Él mismo ha querido sembrar en cada uno, es decir, hacernos cada vez mejores a pesar de todas las dificultades que se nos presenten.

¡Que gran compromiso tenemos con el alfarero! Al hacernos a su imagen y semejanza significa que debemos responderle positivamente y en forma constante, a dejarnos modelar, transformar y renovar, es decir, a dejar que germine en nosotros el desprendimiento de todo lo que nos ata, para que libres y fortalecidos con las gracias del Espíritu, tomemos la acción definitiva de actuar como sus discípulos por el amor que Él nos inspira hacia los demás, de ser solidarios y de colocarnos en la fila de los que quieren ser sus servidores.

¿SABES UNA COSA?
DIOS ESTÁ PRESENTE EN TI, TE INTERPELA Y TE INCITA HACIA LA LIBERTAD.
 
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jueves, abril 12, 2007
SER UN PROTAGONISTA
Quienes nos hemos fijado en Dios y lo hemos puesto como centro de nuestras vidas, trabajamos todos los días sin descanso por la perfección de nuestro ser y soñando irradiar al mundo la dicha de nuestra felicidad. Felicidad que se complementa contagiando a muchos de los que nos rodean, para que también ellos, sean protagonistas y busquen la manera de transformar su vida y la de los demás.

Nos sentimos libres y capaces de elegir lo bueno y lo que es perfecto entre lo malo que existe, preparados para gobernarnos así mismo y para lograr esa felicidad añorada que nos ofrece Dios. Es decir, ser como Dios quiere que sea, haciendo su voluntad.

Quienes nos unimos fielmente a Dios, hemos podido desatarnos poco a poco y con mucha decisión de todo lo que nos amarra y enreda. Es decir, nos esforzamos en trabajar por ser independientes buscando en forma persistente y constante nuestra resurrección en Cristo Salvador y siendo un protagonista de nuestra historia.

Cuando se vive unido a Dios, se tiene como visión, el ideal de en ser fieles a su seguimiento, somos coherente con lo decimos, hacemos y actuamos, se es conciente de tomar como razón de que todos somos hijos del mismo Padre y por tanto, los que nos rodean y con quienes compartimos la vida, son nuestros hermanos.

Por ello, nuestro protagonismo no consiste en quedarnos aislados y solos con nuestra propia libertad; sino que tenemos la obligación de Cristianos bautizados y comprometidos de trabajar con insistencia, en todo tiempo y lugar para que muchos sean los que logren transformar sus vidas, sean libres y contribuyan en la construcción de un mundo nuevo y diferente, donde se viva el amor, la justicia, la paz, la solidaridad y la fraternidad.

Cuando alcanzamos a ser protagonistas vivimos la alegria, somos festivos, nos relacionamos con todos, amamos y soñamos, despertamos cada día llenos de gozo, entusiasmo y somos para el mundo buenas noticias. Es decir: Somos portadores de felicidad.

La clave para lograr ser un protagonista, es, la de responder positivamente a la llamada de Dios y la de trabajar para que cada día sea el mejor, orando con insistencia para ir sintiendo que por nuestras venas corre la vida de Dios.


SE FELIZ SIENDO PROTAGONISTA DE TU VIDA AL LADO DE DIOS
 
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martes, abril 10, 2007
NUESTRA PASCUA
Durante la cuaresma y en la Semana Santa, hemos vivido tiempos de reflexión y de una profunda meditación sobre lo que ha sido y ha de ser nuestra vida como cristianos seguidores fieles de la misma misión de Jesús.

Un tiempo donde hemos descubierto con sinceridad, que no hemos dejado actuar con fuerza al Espíritu Santo en nuestras vidas y que no hemos sido capaces de enfrentar con decisión y con furor los abatimientos que aboca la sociedad actual que se mueve dentro de un ritmo acelerado de corrupción, dejadez, envidia, olvido de Dios y de disociación familiar y social.

Creo oportuno que en este tiempo de la Pascua de Resurrección que nos transporta al Pentecostés, nos comprometamos de lleno a seguir tras las huellas de aquel que nunca ha sentido la grandeza del poder, del dinero, de la avaricia; sino que con profunda humildad, lleno de amor, caridad y servicio dio el mayor de los ejemplos: Brindar el amor a Dios y al prójimo.

Así como Jesús logró convocar a los doce que lo acompañaron y a quienes les entrego la misión de darlo a conocer como el salvador; Él mismo, vivo entre nosotros, nos llama a hombres y mujeres sin distingo de raza y condición social, para que nos entreguemos hasta el extremo de morir en una cruz y de ser capaces de transmitir ese mismo mensaje con amor y justicia, en todo tiempo y lugar donde su amor nos inspire pero con especial interés, en medio de la gente que se siente olvidada, alejada y desplazada por los que tienen el poder y dinero.

La Iglesia requiere de personas que den testimonio del encuentro con el resucitado, que demuestren con hechos y con palabras que son coherentes en el seguimiento pleno y verdadero de Jesús y sean capaces de actuar en medio de las injusticias de la humanidad.
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Hoy he querido transmitir a ustedes el mensaje que para esta ocasión ha realizado el Padre Ignacio Madera Vargas Superior Provincial de Colombia quien lo publicó en ACONTECIMIENTOS DE LA PROVINCIA correspondiente al mes de Abril-07, para que lo meditemos y lo tengamos presente como practica tanto individual y colectiva y que son como píldoras para ayudarnos a alcanzar nuestra resurrección.

“Por ello, es tiempo de realizar la resurrección en nuestra vida personal y comunitaria, cuando:
Recuperamos el sentido de nuestra oración personal y comunitaria y a pesar de todo lo que nos agobia de actividades y compromisos, somos capaces de entrar en la vida de Dios para sanar la nuestra. En nuestra oración, retiros, momentos de soledad en la intimidad con Aquel que conoce lo que hay en la profundidad de nuestro corazón.

Nos sentimos urgidos a reunirnos periódicamente, como comunidad fraterna, para asumir nuestro plan de Evangelización y misión cristiana; a fin de programar, monitorear y evaluar nuestras acciones personales y de comunidad

Luchamos por encontrarnos como hermanos, en la conversación espontánea y alegre, sobre todo lo que construye, recrea, corrige y dinamiza, superando decepciones y desencantos. Descansamos sanamente y sabemos desarrollar el gozo por vivir, por estimular la alegría y la bondad de los demás y recrear la nuestra con entereza y valentía.

Sabemos equilibrar nuestro trabajo y nuestra vida consagrada, de manera que ninguna de las dos instancias sea victimaria la una de la otra. Portadores de un sano equilibrio nos lleve a la serenidad y la tranquilidad de saber, que no somos necesarios sino filamentos en las manos de Dios; por ello identificamos cada día, que el único absoluto y necesario es Dios y en función del descubrimiento de esta verdad, para cada persona que se encuentra con nosotros, estamos y vivimos.

Lo de Francisco Jordán nos apasiona y la meditación de sus palabras está unida a la fascinante aventura de ser seguidores de Jesús en un país necesitado de hombres de Dios generadores de vida”

RESUCITEMOS EN CRISTO Y SEAMOS INSIGNIAS PERENNES DE SU AMOR
 
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domingo, abril 08, 2007
NUESTRA FE Y NUESTRA ESPERANZA
Nuestra fe de Cristianos esta basada fundamentalmente en la resurrección de Cristo, con ella, se nos abre la puerta de la vida nueva, la permanente pascua, la esperanza de vivir como Jesús ha querido y buscar en forma permanente la perfección de nuestro ser y de ir alcanzando una vida abundante, llena de gracia, como Dios nos lo prometió.

Alegrémonos, ¡Jesucristo nuestro Salvador ha resucitado! Y con su resurrección venció la muerte.

Muchos se alegraron cuando condenaron a Jesús al suplicio, por qué según ellos, profanaba la ley de Moisés y proyectaba concebirse como el hijo de Dios. Pretendían destruir la naturaleza que su Padre le había otorgado y la misión especial que detallaba el mensaje de la salvación universal, para que los hombres recobraran su verdadera libertad.

Y lo condenaron a muerte en una cruz. Pero esa cruz que llevó en sus hombros, la que le pesaba, la que le maltrataba, no fue lo último en la vida de Jesús; La muerte allí fue vencida, así como todo argumento de aquellos que pensaron que con ella, desaparecía la voluntad del Padre.

Este ejemplo de nuestro Salvador es el que hemos retomado quienes hemos querido morir al pecado y vivir una vida libre de ataduras, venciendo el odio, el rencor, la violencia y la muerte. Nuestra vida tiene que ser transformada y renovada viviendo en constante ofrenda al Padre, para que como verdaderos signos de resurrección proclamemos a los hombres la misión que nos fue confiada por Jesús: “Que todos conozcan a Dios como único y verdadero y a su enviado Jesucristo como el Salvador” Jn.17-3.

Miremos la cruz como el signo donde nace el amor, la esperanza, la valentía, la alegría, nuestro espíritu solidario (la generosidad, la fraternidad) y se vislumbra el optimismo.

¡JESUCRISTO, EL SALVADOR HA RESUCITADO!
¿POR QUÉ BUSCAN ENTRE LOS MUERTOS
AL QUE ESTA VIVO?
 
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jueves, abril 05, 2007
ECHAR A UN LADO EL MIEDO Y LA TIMIDEZ
Expresiones como estas: “Estamos desanimados”, “Estábamos esperando pero…”, “Él era la promesa, en quien teníamos puestas nuestras esperanzas, pero… lo mataron”. “Nos quedaremos encerrados en casa a esperar que acontece”, las hemos escuchado con mucha frecuencia en calles, buses, esquinas, almacenes, iglesias, etc. Ellas, suelen ser expresadas por personas que han tenido puestas sus esperanzas en algo, pero que de un momento a otro, se sienten derrumbadas y por tierra, entrando en un estado donde denotan miedo o timidez.

La vida parece perder su sentido cuando nos dejamos vencer por la cruz del Viernes Santo y allí con ella, muchos nos hemos quedado acongojados y vencidos, huimos y nos escondemos por no salir al frente de las cosas y darle la solución a los tantos y tantos problemas que se nos presentan en la vida.
Cuando apostamos a la esperanza y pensamos en la posibilidad de un domingo de resurrección, salimos al encuentro de la luz que vuelve a disipar las tinieblas y ese horizonte oscuro que nos ha llenado de temor. Se vuelve a irradiar todo con la claridad y el triunfo de la vida se entrevé en un mundo claro y perfecto.

El Evangelio de San Lucas Cáp.24. 13-35, nos presenta un caso patético sobre el miedo y la timidez que mostraron los discípulos cercanos de Jesús quienes habían puesto sus esperanzas en alguien quien había demostrado ser poderoso en obras y palabras y quien sería el libertador de su pueblo.
Esto mismo nos pasa ahora, somos cristianos creyentes y llenos de fe, pero dejamos ver nuestras impaciencias, nuestros temores, nuestro miedo y somos tímidos para enfrentar nuestras realidades, no solo en nuestras comunidades cristinas sino en nuestra familia, con las personas que tenemos cerca, en nuestro barrio y en esa vida social donde estamos involucrados y nos movemos.

Es importante que como cristianos y verdaderos seguidores de Jesús, seamos signos de resurrección, es decir, que todos aquellos con quien compartimos nuestra vida y que están a nuestro alrededor, nos reconozcan como poseedores de la luz de Cristo y podamos brindarles la oportunidad de que sientan nuestro corazón ardiente y lleno de su presencia, para que así nuestro testimonio atraiga y convenza de que Él es el camino, la verdad y la vida.

Perdamos el miedo y el temor y digamos como los discípulos de Emaús

“ES VERDAD, ¡CRISTO HA RESUCITADO!”
 
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martes, abril 03, 2007
LA INVITACIÓN ES A SER FIELES
Hemos entrado a la Semana Santa donde celebramos acontecimientos importantes de nuestra historia Cristiana: La vida, la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús. La Iglesia ha convocado a todos los hombres a que vivamos estos días con profunda devoción y en ellos reflexionemos sobre lo que ha sido nuestras vidas y una vez conciente de nuestros errores, cambiarle su rumbo.
Y allí radica nuestra conversión y nuestra fidelidad con Dios, ser coherentes con lo que vivimos y hacemos, es decir, conseguir los medios que nos permitan preservar nuestra vocación de ser sus seguidores.
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Cuantos nos quedamos tristes y acongojados mirando con angustia los acontecimientos que sucedieron y que le han dolido a la humanidad: La forma brutal, cruel y despiadada como trataron y asesinaron a Jesús y como pudo Él aceptar con humildad tanta violencia.
Nos quedamos dormidos a pesar de que a Él lo escuchamos con sus propias palabras en los Evangelios y por aquellos que a diario nos recuerdan que hemos de estar llenos de fe, despiertos y atentos por que Él ha resucitado.

En los cuarentas días que antecedieron la Semana Santa el mundo cristiano ha pregonado el reencuentro con el Señor, es decir, a aceptar nuestras debilidades y flaquezas que nos han impedido vivir de verdad en comunión con Dios. Esto nos quiere decir, que no porque somos ya cristianos somos los mejores, sino que tenemos que demostrar ante el mundo que somos verdaderos seguidores de Jesucristo y que hemos sido encargados de una misión especial: Ser protagonistas del cambio y de la transformación del hombre y de la sociedad.

Recordemos:
Dios nos ha escogido para que seamos fieles y perseverantes, seamos sal y luz en el mundo.

Nuestra fe tiene que notarse con acciones cotidianas y ellas se reflejan fundamentalmente en el servicio a los demás.
 
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domingo, abril 01, 2007
UNA VIDA CON SENTIDO
En estos días que vivimos la pasión, muerte y resurrección del Salvador, me he puesto a pensar cuan valiosa es la vida que tenemos y como ha sido preciosa la gratuidad de Dios con nosotros.
Cuantas cosas buenas nos dejo Jesús que nos dan la posibilidad de descubrirnos como seres valiosos. Su manera de vivir nos enseño que es posible vivir de una lógica diferente a lo que hoy el común la gente piensa.
El sueño que muchos tenemos hoy, nos va impidiendo un desarrollo normal como personas y se nos va olvidando cada día más la dignidad y la vocación como hijos de Dios. Estamos expuestos al excesivo consumismo que se erige como una promesa de vida y de felicidad: La posesión de bienes materiales y el dominio del hombre sobre si mismo.

Cuantos han seguido este juego por mucho tiempo y por el transcurrir de largos años, ya cansados y agobiados, no solo se han dado cuenta que no han logrado nada, sino que se sienten solos, vacíos y quizás con sus familias destruidas. Y se dicen para sí insistentemente, dándose inclusive golpes de pecho: ¡Cuánto tiempo he perdido!, ¡Cuanto daría por devolver el tiempo y no volver a caer!

No se trata que vivamos resinados a la miseria, a la mediocridad o a la dejadez, ¡NO!, Una comunidad cristiana no puede existir mientras sean unos pocos los que tienen el poder, el dinero o sean dueños de las riquezas, de la cultura y de la justicia social.
La codicia por el poder, el dinero y por el ser “superiores” a los demás, no los dejará descansar y les hará cerrar las puertas para que puedan vivir un verdadero encuentro con Dios.

Amigo lector, que el propósito que nos deje ésta Semana Santa, sea el obtener lo esencial y lo que nos hace falta, más no lo que nos ofrece la vida o el mundo.
Preguntemonos: ¿Qué he de hacer? El Evangelio de San Lucas nos trae una parábola de Jesús donde un rico proyecta construir unos graneros grandes y amplios para su beneficio personal y no para ayudar a los otros, a los necesitados, a los que no tienen nada y mueren de hambre. (Lee LC. 12, 13-21), ¿será que estoy dispuesto a continuar mi vida de esa misma manera? Esta invitación nos da la luz para construir una vida con sentido, que consiste en CAMBIAR NUESTROS COMPORTAMIENTOS.

Si te dispones a cambiar los comportamientos iras sembrando caminos de justicia y de paz, tejeras unas buenas relaciones sociales, se construirán tus sueños e ilusiones, habrá abrazos, sonrisas, mañanas calidas y noches tranquilas. Solo basta tu decisión.

Necesitamos pues:

CRISTIANOS LLENOS DE DIOS PARA DISFRUTAR UNA VIDA CON SENTIDO
 
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