domingo, abril 01, 2007
UNA VIDA CON SENTIDO
En estos días que vivimos la pasión, muerte y resurrección del Salvador, me he puesto a pensar cuan valiosa es la vida que tenemos y como ha sido preciosa la gratuidad de Dios con nosotros.
Cuantas cosas buenas nos dejo Jesús que nos dan la posibilidad de descubrirnos como seres valiosos. Su manera de vivir nos enseño que es posible vivir de una lógica diferente a lo que hoy el común la gente piensa.
El sueño que muchos tenemos hoy, nos va impidiendo un desarrollo normal como personas y se nos va olvidando cada día más la dignidad y la vocación como hijos de Dios. Estamos expuestos al excesivo consumismo que se erige como una promesa de vida y de felicidad: La posesión de bienes materiales y el dominio del hombre sobre si mismo.

Cuantos han seguido este juego por mucho tiempo y por el transcurrir de largos años, ya cansados y agobiados, no solo se han dado cuenta que no han logrado nada, sino que se sienten solos, vacíos y quizás con sus familias destruidas. Y se dicen para sí insistentemente, dándose inclusive golpes de pecho: ¡Cuánto tiempo he perdido!, ¡Cuanto daría por devolver el tiempo y no volver a caer!

No se trata que vivamos resinados a la miseria, a la mediocridad o a la dejadez, ¡NO!, Una comunidad cristiana no puede existir mientras sean unos pocos los que tienen el poder, el dinero o sean dueños de las riquezas, de la cultura y de la justicia social.
La codicia por el poder, el dinero y por el ser “superiores” a los demás, no los dejará descansar y les hará cerrar las puertas para que puedan vivir un verdadero encuentro con Dios.

Amigo lector, que el propósito que nos deje ésta Semana Santa, sea el obtener lo esencial y lo que nos hace falta, más no lo que nos ofrece la vida o el mundo.
Preguntemonos: ¿Qué he de hacer? El Evangelio de San Lucas nos trae una parábola de Jesús donde un rico proyecta construir unos graneros grandes y amplios para su beneficio personal y no para ayudar a los otros, a los necesitados, a los que no tienen nada y mueren de hambre. (Lee LC. 12, 13-21), ¿será que estoy dispuesto a continuar mi vida de esa misma manera? Esta invitación nos da la luz para construir una vida con sentido, que consiste en CAMBIAR NUESTROS COMPORTAMIENTOS.

Si te dispones a cambiar los comportamientos iras sembrando caminos de justicia y de paz, tejeras unas buenas relaciones sociales, se construirán tus sueños e ilusiones, habrá abrazos, sonrisas, mañanas calidas y noches tranquilas. Solo basta tu decisión.

Necesitamos pues:

CRISTIANOS LLENOS DE DIOS PARA DISFRUTAR UNA VIDA CON SENTIDO
 
posted by Laureano García Muentes at 6:01 a.m. | Permalink |


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