martes, marzo 27, 2007
NUESTRA OPCIÓN ES POR LOS POBRES
Me encuentro en estos días en la capital Colombiana acompañando a mi hija menor quien ésta a punto de dar a luz. Es este su primer bebe y a quien llamará Andrés Felipe. Un grande acontecimiento para toda nuestra familia, quienes estamos unidos y dichosos en torno a ella. Él, es el quinto de nuestros hermosos nietecitos.

Al salir unas de estas mañanas a caminar, después de pasar una noche lluviosa y de mucho frío, en un parque cercano encontré sentado en unas de las bancas a un niño de aproximadamente 13 años, a su lado dos bolsas negras grande cargada con un sin número de papeles y desperdicios, latas, botellas, cartones y cajas, elementos que según parece, había recogido por los lugares donde transitó. Se encontraba cabizbajo, triste y con mucho frió a pesar de que estaba cubierto de unas cobijas sucias y partidas.

Me le acerque, le pregunte por su nombre y por lo que le sucedía. Y... con mucha nostalgia me respondió: “Me llamo José, no se mis apellidos ya que no se quienes son mi papá y mi mamá, ni se verdaderamente cuantos años tengo, ni en que fecha cumplo años, ¿cuanta desgracia, no es así señor?”. Le dije: ¡Que cosas tiene la vida! Mira, tú no eres el único que vive estas condiciones, hoy en Bogotá, en Cartagena y en ciudades de Colombia y del mundo, muchos niños, niñas, adultos hombres y mujeres están viviendo en la calle y no saben su procedencia familiar, ni su lugar de nacimiento. Pero, ¿sabes una cosa? El Señor, no los abandona, como tampoco abandona a todos aquellos que sufren y lloran, los que están hoy tristes y abandonados en la calle como tú.

Me dijo entonces: “Mire señor, ¿por qué se me acerco usted a mí?”, Le respondí, que quería ayudarle y comunicarle que somos muchos en la sociedad los que vivimos amándolos y los que estábamos en condiciones de ofrecerle apoyo. Entonces, le pedí que me contará un poco de su vida, y fue así como con una mayor confianza empezó a describir su conmovedora historia:

“Me cuentan quienes me recogieron en la calle cuando aún no sabía andar y pasaba cargado, que siempre me acompañaba una mujer alta y de tes morena quien me enseño a caminar y alimentarme. Ella, luego de un tiempo desapareció, no se quien fue, ni se donde se encuentra ahora. A pesar de todos mis esfuerzos, no la he localizado y eso, que la he buscado afanosamente, pero nadie me da razón de ella.
Me alimento con lo que me dan o lo que saco de las canecas de basura, muy raras veces como pan o frutas y cuando las compro, es con lo poco que me dan en las calles. La ropa que uso me la regala la gente por allí, pero no tengo como lavarla, así, que la uso siempre así, sucia. Estas cobijas que ve, las he sacado de las basuras, ya que los ricos no quieren saber de nosotros, cuando tocamos las puertas de sus casas, nos echan los perros o nos la tiran por las ventanas o si no, las encontramos en las canecas cuando las botan a la basura. Por lo general ya están muy viejas y rotas.
Cuando no tengo suerte y no las consigo, no encuentro más remedio que tomar periódicos viejos y me envuelvo con ellos evitando así el frió fuerte que hace por las noches”.
“¿Señor, usted cree que esto es vida?, Yo, que aún me siento lleno de vida y joven, pero… me siento defraudado porque no he encontrado sino problemas, vicio, y el desprecio de mucha gente. ¿Ahora que será de esos viejos que están ya enfermos y siguen arrastrados en las calles sin encontrar una ayuda?

Su historia me paralizó. Que palabras de un menor de 13 años que ha recorrido ya un mundo y que saborea el abandono de la sociedad y de los gobiernos. Con cuanta frialdad contó paso a paso su historia. Menores abandonados, pobres y necesitados, pordioseros y mendigos que podemos encontrar en nuestras calles, en puertas de grandes edificios, en iglesias, almacenes, en las esquinas y hasta en los edificios de despacho gubernamentales tendiendo la mano y pidiendo ayuda.
Muchos de esas personas que suelen decir “ser grandes” y “con poderes” los pisan, los escupen, los desprecian y hasta le echan la policía, solo porque su aspecto no les gusta y lo consideran hampones o desechables.

¿Será que este caso nos conmueve a todos los que queremos seguir a Jesús? ¿Será que nos estamos preguntando que el Evangelio que predico Jesús no ha tenido la convicción necesaria para que el hombre no sea indiferente ante tanta injusticia social?, ¿Será que la justicia social y el amor al prójimo proclamado por Jesús ha fracasado?, ¿Será que podremos llamarnos cristianos?
Estas y otras series de preguntas podremos hacernos y cuestionarnos nuestro verdadero ser cristianos, y veremos que aún distamos mucho de lo que quiere Dios de nosotros.
Cuando leemos el Evangelio de San Lucas Cáp.4, 14-22 vemos como Jesús en Nazaret ante judíos y fariseos proclama su misión que consiste en la liberación total de las cosas materiales para que no siguiéramos siendo cómplices, callados o ciegos de las situaciones del hombre en el mundo. Sus palabras y gestos despertaban a un pueblo que se encontraba paralizado ante tanta injusticia. “El Espíritu del Señor está sobre mi. El me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor” ¿Qué podríamos hacer entonces para poner en practica de verdad todas esas enseñanzas que nos entrego Jesús?
Cuando leemos los Evangelios nos quedamos admirados de las palabras que decía y de esa autoridad que demostraba como Hijo de Dios, Al leer el texto de San Lucas nos podremos cuestionar con esta pregunta: ¿Será que la profecía de Isaías se esta cumpliendo en nosotros? Cuántos cristianos habemos en el mundo que le dan gracias a Dios porque en nuestra época existen aún los pobres, lo que les ayudan a hacer “caridad” y “ganarse el cielo”.

Amigo lector, he querido estremecer tu corazón y ayudarte a buscar una manera diferente de mirar la realidad que existe no solo en Colombia, sino en muchos países del mundo. Quiero que comprendas que nuestro trabajo por los pobres aún esta en pañales y que si de verdad nos proclamamos seguidores de Jesús debemos actuar conforme a sus enseñanzas que están consignadas en sus Santos Evangelios.


CRISTIANOS:

COMPROMETÁMONOS A DAR SEÑALES DE QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ EN NOSOTROS, ACOJAMOS Y PROMOVAMOS A LOS POBRES Y OPRIMIDOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:32 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>