Al terminar el ciclo de secundaría, muchos jóvenes se encuentran inseguros frente a su futuro inmediato y para escoger la carrera apropiada que le signifique su identidad vocacional.
Y viene entonces lo bueno, se cuestionan haciéndose preguntas como estas: ¿Para que estudio?, ¿Para que trabajo? Dando muestra de sus inseguridades que han debido cultivar desde su adolescencia y juventud.

Vale entonces cuestionarles: ¿Cuál es la actitud de ellos frente a la vida?, y ¿Qué motivaciones han tenido para elegir los estudios, oficios o carreras? Seguramente sus respuestas serían: “Tal profesión la escogí porque en casa me lo solían repetir por esa inclinación que tenía”, “Debes escoger tal profesión por qué ella te llevará a lograr una buena posición social y vas a tenerla como medio para ganar mucho dinero”, “Voy a estudiar tal profesión porque todos los que me conocen me han dicho que lo haga”, y como estas, una infinidad de respuestas.

En fin, las motivaciones que tienen los jóvenes están influenciadas por su entorno familiar y social y también en su propio YO, es decir, el QUE SE ESTUDIA, depende de las cualidades personales y de la suerte que tenga al elegir su carrera y de lo bien que le iría al finalizar sus estudios. El COMO SE ESTUDIA, depende de la forma como asimile los textos y las clases o explicaciones de los profesores y de las notas obtenidas, de allí, que muchos se valen de las “trampas” y como decimos en nuestro medio del “machete”, para superar los exámenes y lograr sacar un “eficiente” resultado. Como lo percibimos, todo radica de algo complejo y en el fondo de todo el individualismo.

Si tú joven o adulto deseas seguir a Jesús, quisiera que detengas tu caminar y comiences a cuestionarte sobre tu propia realidad y empieza desde ya ha descubrirte con interrogatorios como estos: ¿Si no fuera el dinero lo fundamental para ser feliz en la vida, estudiaría lo mismo?, ¿Y si los exámenes no fueran principalmente para repetir ideas de otros, si no para manifestar las mías que haría?, ¿Y si no me copiara o metiera “machete” como estaría?, ¿Y si no existieran las notas que resultado hubiese obtenido?. Quisiera que pensaras un poco e inicies un trabajo que te lleve a afrontar tus aspectos propios, de los demás, de tu trabajo y de tu vida.
Esfuérzate en trabajar por tu cambio sin olvidarte de aquellos que sufren la pobreza, la injusticia y cualquier dolor.
Aprende teniendo en cuenta siempre los problemas de la humanidad y verás que tu conciencia crecerá fresca y pura.

RECUERDA:

TU ACTITUD FRENTE A LA VIDA HA DE SER:
PENSANDO EN LOS DEMÁS