Muchas veces en las calles se cuestionan a muchas personas sobre el papel de cristianos en la iglesia de hoy y algunos dan estas respuestas: “Hombe, yo soy cristiano católico, los domingos voy a misa y doy gracias al Señor y listo, hasta el próximo domingo”, u otra respuesta es : “Asisto a misa y nada más, no veo que la iglesia convoque a más nada, se que hay grupos y dizque se reúnen en el salón parroquial, pero no voy por qué después, me toca comprometerme y eso si que no, por qué no dispongo de tiempo suficiente para ello”, “¿Ser multiplicadores, como así y de qué?”. Esas y muchas otras contestaciones dan, sin fijarse que están destruyendo la imagen de ser cristianos.

Estas respuestas nos han de ayudar a que como iglesia, (sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos) nos preocupemos cada vez más a formarnos como cristianos activos y multiplicadores y podamos emprender una campaña decidida y en forma abierta, de puerta a puerta si fuese el caso, para dar a conocer al mundo cual ha de ser nuestro papel fundamental de cristianos en el mundo de hoy, es decir, a ser responsables ante Dios de nuestro compromiso como sus hijos y como bautizados.

Las personas que decimos ser cristianos comprometidos nos equivocamos muchas veces, cuando creemos que somos gente adherida a los sacerdotes o como especie de monaguillos. Somos hombres y mujeres responsables de servir y aportar nuestro conocimiento, fuerza y acción para ser unos líderes perennes en la sociedad, a fin de dar a conocer al único y verdadero Dios y a su enviado Jesucristo como el Salvador del mundo, con el testimonio de los valores por Él proclamados.

La iglesia, la cual formamos todos los hombres de buena voluntad que quieren aportar su vida y su servicio a Dios, hemos creado escuelas de catequesis, teología, seminarios de formación, cursos bíblicos, encuentros, retiros, etc. A fin de que nos afanemos a llenarnos de conocimiento para dar a conocer el camino de la salvación.

Cumplir con la misa todos los domingos y fiesta de guardar son necesarios porque en ella se vive el encuentro con Dios, pero Él, no quiere que nos quedemos allí, Él necesita de obreros que trabajen para su viña, personas que multipliquen con su vida y con obras el Reino.

Ojala, que esta reflexión nos mueva el piso y nos convirtamos en líderes evangelizadores en el tiempo que nos está tocando vivir.


¡ADELANTE, SEAMOS CRISTIANOS MULTIPLICADORES
DEL AMOR DE DIOS!