viernes, agosto 04, 2017
LA GRANDEZA DE SER UN CRISTIANO CATÓLICO

La vida cristiana es una vida apasionante, de retos imposibles que aunque lo veamos difíciles de alcanzar son fáciles de lograr con la ayuda de un Dios todopoderoso y Misericordioso, cuyo amor es ilimitado, tanto, que nos entregó lo que más amaba: a su Hijo unigénito, para darnos la salvación.

 Hay muchas personas en el mundo que  ven la vida cristiana absurda ya que conciben  la idea de que la santidad es algo aburrido, una pérdida de tiempo o algo fanático, irracional y fantasioso.

Pero la vida de santidad es una vida llena de exigencias y retos cada día, en donde negarnos a nosotros mismos, a los deseos de la carne y la renuncia al pecado son la meta y la prioridad, a fin de poder permanecer en comunión con el Creador, y con Jesús, nuestro Maestro y Salvador, quien nos dijo que permaneciéramos junto a Él pues lejos de Él nada podemos hacer.

La vida cristiana tiene como propósito el amor, la expansión del evangelio, el establecimiento de la paz, la restauración de vidas perdidas, la sanidad de los enfermos, la reconstrucción de familias, la salvación de las almas, la justicia divina en la tierra, la vida de plenitud. No sé si pueda existir algo más importante que eso.

Puede parecer una utopía bajo la opinión y la visión social. Pero es una realidad tan clara para quienes la vivimos, que sólo puede explicarse como una vida sobrenatural, de total dependencia en Dios.

La humildad, la renuncia a los placeres del mundo, el sacrificio y el servicio a los demás son el propósito medular de los creyentes verdaderos, aquellos que lo han dejado todo para tomar la cruz y seguir a Cristo.

Hay gozo, pasión, plenitud, milagros, pero también hay dolor, sacrificio, persecución en la vida cristiana. Sin embargo, ésta es una vida llena de sentido porque nos transforma de manera individual, primeramente. Y luego nos lleva al servicio a los demás, a dar nuestra vida no sólo por una meta personal y egoísta, sino por una causa comunitaria, compasiva, constructiva, donde el amor es el motor y el amor es algo que provoca milagros inimaginables.

SEÑOR, PERMITE QUE RE-DESCUBRAMOS NUESTRA IDENTIDAD DE SER TUS SEGUIDORES PARA ASÍ, FORTALECERLA Y PERPETUARLA CON FIDELIDAD TOMANDO CONCIENCIA DE NUESTRA VERDADERA TAREA DE SER SERVIDORES DE TU REINO.


 
posted by Laureano García Muentes at 3:48 p.m. | Permalink | 0 comments
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