viernes, febrero 23, 2007
NUESTRAS RELACIONES
Como seres humanos, creados por Dios, mediante la unión de dos células genéticas que nos transmiten las características de la especie y aquellas que nos son propias, ocupamos un lugar en el espacio y convivimos como personas en familia o en una comunidad en constante relación con los demás. Allí con ellos, construimos, formamos y le damos sentido a nuestra vida.

Continuamente como humanos pasamos cuestionándonos y buscando explicaciones por nuestros actos. Desgraciadamente, muchos hombres y mujeres, no dedicamos el tiempo que tenemos libre para detenernos un instante a plantearnos preguntas sobre nosotros mismos y por todos esos quehaceres familiares o interpersonales, debido a nuestro asedio excesivo al trabajo, al poder o al dinero.
Vivimos como autómatas o en otro mundo y parece que no nos importa nada de lo que ocurre a nuestro alrededor, nos explotan, nos destruyen y no denunciamos los atropellos; en fin, vivimos en un universo, donde se niega lo humano y se condena a los individuos a que vivan en niveles infrahumanos.
Parece que pensáramos únicamente en satisfacer solo nuestras necesidades biológicas y materiales, y nunca se nos pasa por la cabeza el por qué los pobres viven así y por qué tienen hambre. No amamos por que nadie nos ama y el colmo de los colmos; no sentimos por qué estamos como anestesiados. ¡QUE LASTIMA!

¿Como es que nos hemos olvidado que fuimos creados por el ser más amoroso: DIOS? Nuestra razón fundamental es que estamos llamados como cristianos a transformar la sociedad donde vivimos, usando los dones y carismas que Él nos ha regalado y que su Santo Espíritu nos fortalece cada día. Estamos invitados a usar nuestra inteligencia y a ser constructivamente críticos. A sentir una constante alegría de ser hijos de Dios. A enseñar a amar y a desarrollar nuestras capacidades creativas. A enseñar a los que están en nuestro entorno, lo importante que son ellos en la familia y en la sociedad. A ayudar a reflexionar sobre lo que somos y debemos ser. A vivir en armonía y ser capaces de descubrir en medio de toda dificultad los signos de Dios, para que nos ayuden a construir la historia personal y familiar dentro de todo el contexto universal que Él persigue.

Querido lector, hay en el libro de la Sabiduría Cáp.9, 13, una oración que nos ayuda a pedir sabiduría a Dios, te invito a que la busques y que cada día la ores.
TODOS SOMOS CAPACES DE CONTRIBUIR EN EL MEJORAMIENTO DE NUESTRAS RELACIONES HUMANAS, PROPONTE EL CAMINO QUE TE CONDUZCA A CAMBIAR Y EL NUEVO QUE HAS DE SEGUIR.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:14 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>