Me encontraba hace unos días sentado en la bahía admirando la perfección de esa riqueza que nos regala Dios cuando nace un nuevo día; cuando por sorpresas se me acerco un joven de aproximadamente 19 años y viéndome tan concentrado ante tanta belleza, me dijo: “ Como esta señor, me acerco a usted porque lo he observado complacido admirando esa hermosura. Sabe una cosa, que hace unos pocos años cuando aún me encontraba estudiando primaria, el profesor de ciencias naturales nos puso a todos un trabajo: Tomar una semilla de fríjol y después de colocarla en un algodón húmedo, teníamos que depositarlo en un baso con agua; en fin, el resultado de ese experimento era, ver nacer una nueva planta”.
Yo con suspicacia le dije: ¿A que viene todo esto?, Él me respondido muy inteligentemente: “Comparando estos dos hechos, el mío de hace ya varios años y el suyo el cual usted admira ahora, no tiene nada diferente. ¿No le parece?, le dije verdad que si.
Usted admira el esplendor del nacimiento de un nuevo día y ha de experimentar mas tarde, todo lo que este trae consigo.
Hay cosas en la vida de las cuales la gente ni siquiera se da cuenta, por ejemplo: Una semilla por más pequeña que sea, produce al sembrarlo, un gran árbol que recrea a toda una familia o una comunidad y además cuando ya es adulto, produce muchos frutos. También, a veces no nos damos cuenta cuando derramamos en nuestra pieza una pequeña gota de perfume, ¿no has notado, como ese olor se expande en forma agradable hasta inclusive por toda la casa? Esas pequeñas cosas que ni notamos, producen cosas grandes.
Le dije muy bien, me alegra la forma como piensas y noto tu gran crecimiento espiritual.
Le dije: Ya que has tocado este tema tan interesante, te comento que así como acontece en la naturaleza, así acontece en la vida. Así es hoy y así lo fue en los tiempos de Jesús.
Cuando Él nos habla en sus parábolas sobre el Reino de Dios, nos sorprende cuando dice que este se parece a un grano de mostaza, ¿recuerdas?

Él, anunciaba la llegada del Reino a mucha gente, quienes a su vez esperaban cosas grandiosas y que Él, le haría realidad. Pero Jesús fue contrario a esas ideas, mostró siempre, humildad frente al pensamiento de la gente. Jesús procura abrir los ojos a la gente para que puedan mirar señales de esa presencia humilde y amorosa de Dios en la vida.




Una de las cosas que te digo hoy, es que Él está aquí presente y se vale de estas pequeñas cosas para revelarnos algo sobre Dios. Hoy te invito a que leas el Evangelio de San Marcos Cáp. 4, 30ss y Mateo Cáp. 13, 33ss. Y descubras lo que Jesús quiere decirte sobre el Reino de Dios en tu vida.
Cuestionaté con estas preguntas:
¿Qué cualidad descubres en aquel grano de fríjol que sembraste, creció y dio muchos frutos?
¿Qué es lo que esas cualidades nos enseñan sobre el Reino de Dios?
¿Qué harías para que en la práctica puedas hacer realidad esa enseñanza de la palabra de Dios?
Me dijo, muy bien viejo y se retiro. Yo me levante y me fui a mi casa a descansar.

RECUERDA SIEMPRE:
¡EL FUTURO EMPIEZA EN EL PRESENTE!