martes, diciembre 05, 2006
A LEVANTAR LA CABEZA
Desperté muy temprano hoy lunes 4 de Diciembre y ore a mi Señor para darle gracias por la vida y a pedirle su compañía permanente todos los días de mi vida, fortaleciéndome la fe y la esperanza de alcanzar esa plenitud que me ofrece. Además, le solicité por la guardia de mis hijos y sus familias.

Se me vino entonces a mi cabeza la idea de escribir a ustedes sobre lo que significa: Levantar la cabeza. Y recordé el día en que vi sentada en la entrada de la Iglesia Santa Cruz de Manga, a una señora anciana de aproximadamente 70 años pidiendo limosna, y lo particular de ella, era que no miraba para arriba, sino las piernas de las personas que pasaban a su lado y que estiraban la mano para darle una moneda. Ella, repetía constantemente: “Dios le pague y le guarde el cielo”. Cuando de pronto se acercó un joven de unos 17 años y sin darle limosna se le sentó a su lado para conversar con ella, y comenzó a preguntarle: “ ¿Señora como le va?, ¿ Porque a su edad está usted aquí sentada pidiendo limosna?, ¿ recibe estas para vivir?. Admirada la señora de que el joven se hubiese sentado con ella a conversar, levantó la cabeza, lo miro y le dijo: “ Caramba mijo, gracias a Dios que al fin hubo alguien como tu, que se preocupara de este pedazo de vieja, yo pensé que a nadie le importaba ya, y que estaba sola aquí”.
El joven con un gran corazón, la abrazó y le dijo: “Sabes una cosa… yo te quiero, abuela”.
La respuesta de esta pobre viejecita se convierte en una sabia y significativa expresión que ha de invitarnos a reflexionar sobre como debe ser nuestra misión apostólica de Cristianos en el mundo de hoy. Ella, ha de proponernos a que “Vayamos Levantando y alzando la cabeza”, en este tiempo de gracia y de Adviento.

Estos días que anteceden a la conmemoraron del Nacimiento de Jesús, son días claves para cambiar nuestras actitudes frente a todo paraíso artificial al cual nos hemos venido acostumbrado y nos ha de invitar a sembrar el amor verdadero y puro de Dios, donde ya no existe.

Como sembradores, tenemos la responsabilidad de sensibilizar a los hombres a descubrir que en la indiferencia y la insensibilidad solo se construye el odio, el desamor, el rencor y los anti-valores que destruyen la paz, la justicia, la relación fraterna, la solidaridad y que es necesario levantar la cabeza para dar serenidad, fe y esperanza.

Esas cualidades ejemplares como la de este joven, incitan a una transformación y liberación de esas actitudes esclavizantes que solo sirven para aumentar la ambición, el poder y todos esos vicios que destruyen al hombre y la sociedad.
Es deber de todo cristiano vivir y dar el amor y esperanza, a caminar en medio de las dificultades siendo testigos del Evangelio, a provocar en los violentos y desapercibidos, a que cambien y piensen que existe un Dios que nos ama y nos regala a cada segundo la vida.

Te invito pues, a vivir cada momentos de la vida en función tu transformación personal, desásete de todas esas dependencias que te amarran y busca tu libertad..
 
posted by Laureano García Muentes at 6:56 a.m. | Permalink |


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