jueves, diciembre 14, 2006
NUESTRA CARTA AL NIÑO DIOS
Desperte muy temprano hoy y empece a disfrutar la hermosa mañana que nos regalaba el Señor, que bella experiencia, vi a mi lado a Mary mi esposa aún dormida y entonces empece a pensar como serían las cartas que este año los hombres y mujeres del mundo, le escribirían al niño Jesús y con que animo llegaríamos al pesebre para colocarsela al pie de su casa.

Me puse a pensar esa pregunta que tendrían muchos al leer estas notas, quienes quizas me calificarían como loco o fuera de honda, porque ya para esta época, nuestra etapa de niños pasó y eso de carticas al niño Dios, no es para nosotros.

A ellos les respondo así: ¡DIOS NOS PIDE SER COMO NIÑOS! y si ello lo logramos, entraremos por la puerta grande al Reino de Dios. ¿Como les parece?.

Que bueno sería, que cada uno de nosotros nos tomaramos un ratito de nuestro afanado y agitado tiempo y nos sentaramos en un lugar solo sin ruidos y en la presencia de Dios, a escribirle una carta al niño Jesús. Que bueno sería que abrieramos nuestros corazones y escribieramos arrepentidos una carta en una hoja en blanco y con tinta dorada diciendole: ¡ Señor, quiero que a partir de hoy te quedes en mi casa!

Les cuento lo siguiente: Un domingo en misa un niño comenzó a llorar tan fuerte que todos estaban angustiados. Quizas era un fuerte dolor de estomago. LLoraba tan fuerte que su madre desesperada se levantó y camino hacia la puerta de la Iglesia y cuando iba saliendo, el sacerdote que celebraba la homilía le dijo: ¡Señora, señora, quedese en su puesto, yo voy a hablar más fuerte, venga sientece no hay problema!. La mamá del niño se sentó, el niño bajo el tono del llanto y el sacerdote continúo la homilía.

Cuantos de nosotros nos negamos a tantas situaciones, cuantos nos negamos a ser niños, a volvernos pequeños. No entendamos las cosas de otra manera, es decir niños como bebe o de estatura o edad, no, niños de CORAZÓN.

Cuando nos miramos por dentro y vemos toda esa cantidad de cosas que hemos hecho y esas indiferencias hacia los demás.
Cuantos no nos sensibilizamos de los que lloran, sufren, los que tienen hambre y sed de justicia, los desplazados, los que viven en casas de carton y debajos de los puentes de las grandes ciudades al lado de ratas y vichos? ¡QUE IRONÍA!

Miraté como vives tú, tienes todas las comodidades a pesar de que dices estar en la pobreza. Posees, casa de material,luz, agua,telefono, dinero para comprar una gaseosa,un pan, etc, para tomar un autobus, etc.etc. Porque no pensar hoy en ese que te necesita? NO SEAMOS EGOISTAS.

Cuanto tenemos que aprender de los niños, si quieres dedicale un poco de tu tiempo a observarlos, cuantas de sus actitudes humildes y sencillas, de corazón abierto, felices y dispuestos a aceptar todo. Quizas nos aberguenzan a nosotros los grandes, porque a ellos,no piensan en el dinero ni en la fama.

Como reflexión, quiero que nos sentemos y dialoguemos con nuestro Dios y en una hoja escribamos una carta con los propositos mas grandes de cambiar.

TEN ANIMO, LEVANTATE Y COLOCA CON FE TU CARTA EN EL PESEBRE
 
posted by Laureano García Muentes at 5:48 a.m. | Permalink |


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