jueves, marzo 29, 2007
LAS DUDAS
De cuantas cosas no ha sido capaz el hombre, que hasta se ha convertido en un diestro para poner en tela de juicio hasta su propia reputación. El problema de ello, radica en que suele dudar de todo.

Cuando la duda se maneja como un instrumento para nuestro beneficio personal de crecimiento, se convierte en buena herramienta si la sabemos utilizar. Es así como muchos que han utilizado esta estrategia, han fortalecido mucho más su fe y han concluido que la historia humana tiene actores que en su falta de buen juicio hacen cosas que le duelen a muchos.

Dudaron y huyeron los que seguían de cerca de Jesús cuando lo vieron colgado en un madero, corrieron por sus dudas los inestables que vacilaban y se sentían inseguros de Él. Dudaron los escribas y los fariseos, los sumos sacerdotes que lo seguían de cerca buscándole cualquier duda contra la ley de Moisés para acusarlo, arrestarlo y condenarlo. Titubearon los judíos cuando en Belén nació el Salvador del mundo, y dudan aún hoy muchos hombres, cuando se les habla de su amor incondicional, de su gratuidad por todos y cuando se les anuncia que Él es el único camino que nos conduce al Padre.

Vivimos definitivamente hoy bajo las amenazas de la duda y en medio de una sociedad que es hostil con el que cree. Cuantos se burlan de nosotros que creemos en Jesucristo, que llevamos una forma de vida diferente a los demás y que realizamos una vida de unidad familiar diferente a la del mundo actual. Ellos se burlan porque normalmente no han comprendido aún lo que significa el Evangelio y cuanto produce si de él nos aferramos.

En Romanos 1.16 San Pablo nos dice cuanto tuvo que soportar por creer firmemente en Jesús y como contuvo dichos ataques con respuestas claras y firmes: “Yo no me avergüenzo de la Buena Noticia, que es una fuerza divina de salvación para todo el que cree…”.

Ante tanta duda y los comentarios debemos estar firmes y en disposición de actuar en la presencia del Señor. Siguiendo adelante, confiando en Él con la seguridad de que el va a nuestro lado acompañándonos y enseñándonos como lo hizo con los discípulos de Emaús.

ABRAMOS NUESTRO CORAZÓN Y DEJEMOS QUE EL SALVADOR NOS IMPULSE
 
posted by Laureano García Muentes at 7:38 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>