jueves, abril 26, 2007
LA FELICIDAD : SER LLAMADO
¿Cuántos de nosotros nos hemos emocionado cuando escuchamos que nos llaman por nuestro nombre? ¿Cuántos dejamos todo lo que estamos haciendo y salimos presurosos a atender a quien nos llama? ¿Cuántos estamos deseosos que nos llamen? o ¿Cuántos esperamos que nos inviten a asistir o a servir de algo, o para desarrollar alguna labor o un buen trabajo?

Quienes hemos recibido la llamada de Jesús, sin temor o dudas, hemos acudido a Él con plena libertad; experimentamos una felicidad incomparable de ser unos privilegiados y abanderados para realizar la misión que cumplieron nuestros antecesores los apóstoles, quienes siguieron a Jesús y a quienes Él, les confió la acción de expandir su palabra por todo el mundo, para que todos hombres sin excepción, aprendieran a discernir y responder con valentía a su propia renovación. O ese llamado, que han percibido a través de sus ministros Religiosos, Religiosas o Laicos, quienes igual que los apóstoles, han venido difundiendo a través de los años y siglos, por todo el mundo, el mensaje de salvación.

Si. Así como nosotros que nos hemos identificado con la misión de Jesucristo, que acogimos su llamado y nos hemos comprometido a ser testigos ante el mundo de su resurrección; hay también hoy muchos hombres y mujeres que siguiendo carismas diferentes, en su medio, trabajo y profesión, proclaman el Evangelio de la salvación por mandato Divino.

Ellos. Como nosotros los Salvatorianos que seguimos tras las huellas de nuestro Padre Fundador Francisco María de la Cruz Jordán, hemos sido enviados en el nombre y la gracia de Cristo, como apóstoles, a cumplir la misión que se nos ha manifestado en Jesucristo, de tal manera que, a través de actividades apostólicas y uniéndonos a los pobres, vamos por todos los lugares del mundo utilizando todos los medios que el amor del Señor nos inspire, proclamándole como Único y verdadero Dios que nos lleva por los caminos de la perfección.

Que gozo y felicidad sentimos al ser llamados SALVATORIANOS seguidores de Salvador. Que dicha es comunicar a los hombres en forma actualizada los valores del Evangelio, y que compromiso ineludible tenemos de ser promotores de liderazgo.

ME SIENTO ORGULLOSO DE SER HIJO ESPIRITUAL DE
FRANCISCO JORDÁN
 
posted by Laureano García Muentes at 1:51 p.m. | Permalink |


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