martes, abril 03, 2007
LA INVITACIÓN ES A SER FIELES
Hemos entrado a la Semana Santa donde celebramos acontecimientos importantes de nuestra historia Cristiana: La vida, la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús. La Iglesia ha convocado a todos los hombres a que vivamos estos días con profunda devoción y en ellos reflexionemos sobre lo que ha sido nuestras vidas y una vez conciente de nuestros errores, cambiarle su rumbo.
Y allí radica nuestra conversión y nuestra fidelidad con Dios, ser coherentes con lo que vivimos y hacemos, es decir, conseguir los medios que nos permitan preservar nuestra vocación de ser sus seguidores.
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Cuantos nos quedamos tristes y acongojados mirando con angustia los acontecimientos que sucedieron y que le han dolido a la humanidad: La forma brutal, cruel y despiadada como trataron y asesinaron a Jesús y como pudo Él aceptar con humildad tanta violencia.
Nos quedamos dormidos a pesar de que a Él lo escuchamos con sus propias palabras en los Evangelios y por aquellos que a diario nos recuerdan que hemos de estar llenos de fe, despiertos y atentos por que Él ha resucitado.

En los cuarentas días que antecedieron la Semana Santa el mundo cristiano ha pregonado el reencuentro con el Señor, es decir, a aceptar nuestras debilidades y flaquezas que nos han impedido vivir de verdad en comunión con Dios. Esto nos quiere decir, que no porque somos ya cristianos somos los mejores, sino que tenemos que demostrar ante el mundo que somos verdaderos seguidores de Jesucristo y que hemos sido encargados de una misión especial: Ser protagonistas del cambio y de la transformación del hombre y de la sociedad.

Recordemos:
Dios nos ha escogido para que seamos fieles y perseverantes, seamos sal y luz en el mundo.

Nuestra fe tiene que notarse con acciones cotidianas y ellas se reflejan fundamentalmente en el servicio a los demás.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:06 a.m. | Permalink |


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