lunes, abril 16, 2007
LO FASCINANTE DEL ENCUENTRO CON EL ALFARERO
Caminaba por el paseo peatonal y escuchaba en mi pequeño radio la Emisora Minuto de Dios. Sonaba en ella, una linda canción llamada “El Alfarero” cuyo canta – autor es la Hna Glenda, una Religiosa que ha gravado varios CD.
En la medida que percibía su mensaje, me dejaba conmovido y embelesado porque en se iba vivenciando la forma como Dios mantiene una relación constante y perseverante con los hombres. Él, como buen alfarero, modela la arcilla con la que estamos siendo formados; haciendo que su obra quede cada vez más perfecta.

Dios como un gran maestro, quiere y se agrada en modelar a su gusto, sin ligereza, sin afán, con mimos y muy despacio a cada hombre, sin ningún distingo de raza o condición social. A cada cual, lo hace a su manera y de una forma distinta el uno del otro, únicos e irrepetibles.

¡Que hermosa canción!, cada estrofa me dejaba pensativo y fascinado por tanta gracia que denota el alfarero.
¡Que grande e indescriptible es reconocerse hijos de Dios Padre! Somos el fruto de su trabajo, de su dedicación, de su sudor, de sus manos manchadas de barro pero de una textura suave y delicada, de ese dolor de cabeza para dejarnos perfectos, de ese malestar en su espalda de tanta inclinación para recoger la arcilla y de esa piernas cansadas de mover la inmensa rueda de su torno de alfarero. En fin, de ese duro pero dichoso trabajo por hacernos semejantes a Él y modelo para muchos.

Se vino entonces a mi mente el recuerdo del SI que le di ese día que me encontré de verdad frente a frente con Él. Cuando le dije que mi vida le pertenecía, que le seguiría y que le aceptaba su propuesta y su plan de remodelarme en su taller durante toda mi vida. Resonaba en mi mente, ese día que acepté que soplara insistentemente sobre mí, para que así, recobrara la vida, que me diera el aliento y la fortaleza suficiente para seguir junto a Él hasta que el aire de su boca penetrara en mis pulmones y la fuerza de su Espíritu, me hiciera vivir de una manera diferente, constituyéndome en un verdadero testimonio de su resurrección.

Pude darme como razón de nuestra existencia, la obra que Dios realiza a cada momento en cada hombre, como una respuesta a la identidad que Él mismo ha querido sembrar en cada uno, es decir, hacernos cada vez mejores a pesar de todas las dificultades que se nos presenten.

¡Que gran compromiso tenemos con el alfarero! Al hacernos a su imagen y semejanza significa que debemos responderle positivamente y en forma constante, a dejarnos modelar, transformar y renovar, es decir, a dejar que germine en nosotros el desprendimiento de todo lo que nos ata, para que libres y fortalecidos con las gracias del Espíritu, tomemos la acción definitiva de actuar como sus discípulos por el amor que Él nos inspira hacia los demás, de ser solidarios y de colocarnos en la fila de los que quieren ser sus servidores.

¿SABES UNA COSA?
DIOS ESTÁ PRESENTE EN TI, TE INTERPELA Y TE INCITA HACIA LA LIBERTAD.
 
posted by Laureano García Muentes at 9:16 a.m. | Permalink |


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