miércoles, abril 21, 2010
CON UNA FE FIRME VENCEREMOS TODO MAL Y TEMOR

Nada en la vida va ha ser más fuerte que Dios. Dios está por encima de todo y Él, como Ser Supremo y Padre Nuestro, nos salvaguarda de todo mal. Por ello, tenemos que confiar en Él y demostrarle que en nosotros existe la firmeza de la fe y de una oración que nos sale del corazón.

Él no nos defraudará y nos responderá siempre a nuestro favor. Tengamos esa certeza, pero no olvidemos que su tiempo no es igual al nuestro y que todo lo que Él realiza, lo hace de acuerdo a su voluntad.

Miren, el mal tiene muchas estrategias y una de ellas consiste en atacar y acabar al hombre llenándolo de miedo y de inseguridades. Lo entristece y lo arrincona, lo amilana y encierra hasta ocultarlo en un lugar donde nada ni nadie lo pueda encontrar. Le hace creer al hombre que no puede más y que ya es demasiado tarde mostrar sus esfuerzos por superarlos; según él, ya no tiene nada que hacer, porque ha vencido todas sus fuerzas.

Tengamos presente. Cuando sintamos que el miedo y el temor toca nuestras puertas, mantengámonos con una fe firme y unas oraciones llenas de toda franqueza, así, Dios sabrá que salen del corazón; y con toda seguridad; en Él, vamos a encontrar el apoyo y la fuente de toda convicción para detener y frustrar su intento.

Él nos regalará su Espíritu, que con un ímpetu combatiente nos llenará de fuerzas, animo y valentía para luchar y seguir adelante.
Por ello es necesario que hoy tomemos conciencia en la necesidad que tenemos de llenarnos todos los días de Él.

Un ejemplo claro nos lo mostró Jesús al vivir en medio de nosotros. Él, fue atacado, maltratado, escupido, juzgado y asesinado, pero siempre tuvo claro que el Padre Dios no lo iba a abandonar pasara lo que pasara.

Ello lo debemos tener muy claro; para seguir erguidos y siempre adelante de la mano del Resucitado; para enfrentar toda situación y si es el caso, tener una misma muerte en cruz como la que tuvo Jesús, es necesario tener firmeza en la fe y no titubear de ella, porque es allí, donde nos llenamos de inseguridades y caemos.

Esta meditación ha de quitarnos todo miedo y temor. En estos días próximos al Pentecostés, pidámosle al Espíritu Santo las fuerzas necesarias para tener el valor de enfrentarlo todo por su amor.

SEÑOR, FRENTE A TI RECIBIMOS LA FUERZA DE TUS BENDICIONES QUE NOS LLENAN DE PAZ Y SERENIDAD.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:13 a.m. | Permalink |


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