Muchos somos los que nos quedamos como hemos venido realizando la vida sin intentar encontrar algo distinto por miedo al fracaso. No creemos que algo diferente será mejor, si la colocamos en las manos de Dios.

En el Evangelio de San Juan, Capitulo primero vemos como Felipe después de haber encontrado a Jesús, le dice a Natanael: “Ven y lo verás” . Su experiencia del encuentro nos da la seguridad y la confianza de que no hay algo mejor en la vida que hacer las cosas bien; siempre y cuando, aceptamos de manera convencida la invitación para alimentar nuestros deseos con una fe persistente que no nos deje caer fácilmente el animo y así, continuar erguidos hacia adelante.

Hoy nuestra realidad nos muestra casos donde personas con un espíritu negativo, quieren contagiar a otros que se mueven a su alrededor; y se atreven a decir: “mañana será que cambio mi manera de proceder por que hoy no me conviene” y eso lo dicen, porque no están convencidos de que es mejor estar mejor.

Hay otros que a pesar de estar profundamente enamorados, le pregunta a su compañera ¿Cuándo quieres que seamos novios, hoy o mañana? ¿Será que le dice mañana o le dice que enseguida?. Lo más razonable es que le diga que sea hoy, que sea ya; por que ese es su deseo, lo que quiere. Lo que se desea, no se deja nunca para mañana.

Cuantos dudan para salirse de una vida llevada de muchas infidelidades por el miedo a ser mejores en un estado nuevo donde es posible vivir una vida de manera óptima y junto a los seres que más quiere. Creen que la infidelidad es su estado mejor y que ahí, encuentran la felicidad.

No tenemos muy claro lo que queremos para hacer una vida mejor, por eso, le damos tantas vueltas a las cosas, tanto, hasta para tomar las mejores decisiones.

Cuando nos convencemos y creamos que la fuente de nuestras decisiones están en las manos del Señor, perderemos el miedo y nos sentiremos fuertes. Por ello, hoy los invito a que confiemos en Dios y creamos que en Él, todo es posible. ¡Probémoslo hoy!

SEÑOR, HOY ESTAMOS AQUÍ PARA ENCONTRARNOS CONTIGO Y CON TODO AQUELLO QUE NOS TIENES PREPARADO PARA VIVIR. BENDICE NUESTRAS VIDAS.