lunes, febrero 01, 2010
LA FE TENEMOS QUE MANIFESTARLA AL MUNDO COMO UNA EXPERIENCIA DE VICTORIA

El poder de la fe Dios lo ha puesto en nuestras manos no solo para vivir alegres y felices, sino también, para asumir los momentos de tristeza y de dolor, que de igual forma, ellas hacen parte de la vida que vamos construyendo en el día a día y que son imposibles despreciar.

Al comenzar un nuevo mes hemos de procurar que ninguno de nosotros se deje arrastrar por los sentimientos tristes y de derrota que hemos tenido en los días anteriores, sino que con mano dura y una decisión firme en nuestros corazones, depositemos toda confianza en Dios y así, vivir convencidos de que todo será posible porque creemos en Él.

El actuar de manera decidida es una forma de vivir el poder de la fe, es comprender que nuestra relación con Jesús es firme, que lo hemos aceptado como el centro de nuestras vidas y como nuestro Señor frente a todas las cosas que nos ofrece el mundo.

De verdad, nuestras actitudes han de ser concretas frente a toda situación; y es así que debemos ser serenos, tenaces, firmes, audaces para mostrar al mundo y en medio de quienes nos rodean, que con la disciplina en nuestras vidas, damos el testimonio de los valores que Cristo nos enseña.

En nosotros ha de notarse y manifestarse con claridad lo que decimos tener en nuestro corazón. Una de esas manifestaciones han de ser la felicidad que sentimos de asumir la vida como nos la muestra Jesús eso sí, con una armonía interior.

Tengamos la certeza que la fe vence y derrota el pecado y todas esas dificultades que nos quieren someter y subyugar. Por ello, nuestra fe ha de manifestarse firme y con la esperanza de victoria en todo momento y frente a cualquier circunstancia.

Cada día seamos conscientes de que ha nuestro entorno se mueven muchos enemigos y muchas dificultades que son fácil vencer y dominar con la fe que nos regala Dios; por ello, hoy nuestro compromiso ha de estar centrado en el buen animo que debemos optar y en la absoluta confianza en Dios dueño de la vida, mediante una oración constante e insistente que se abra cada vez a la acción del Dios que nos ama.

SEÑOR, AYUDANOS A VIVIR Y EXPERIMENTAR UNA PROFUNDA EXPERIENCIA DE FE MEDIANTE NUESRAS ORACIONES.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:16 a.m. | Permalink |


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