jueves, enero 14, 2010
PARA SER FELICES NECESITAMOS ESTAR EN EQUILIBRIO

Nadie es perfecto. Necesitamos del equilibrio en nuestras vidas y la capacidad de reconocer lo que se hace mal, teniendo como base la humildad, para ser felices.

Ser concientes de todas las capacidades que poseemos y creer firmemente en Dios, nos ayuda a reconocer que Dios no nos hace unas basuras sino que somos personas que amamos y compartimos la vida con los demás de una manera diferente.

Todos poseemos deficiencias, pero que podemos superar en la medida que trabajemos sobre ellas.

Veamos un caso muy singular. En todos los grupos sociales las actitudes de sobrarse de algunos de sus miembros se vuelven un problemas y hasta crean distanciamientos. Cualquiera de nosotros que se apreste a vivir con otros, tiene que aceptar que quien está al frente del grupo, tiene tantas cualidades y dificultades como todos.

Normalmente los seres humanos nos complementamos a partir de nuestras singularidades y con ellas podemos enriquecernos los unos a los otros, por ello, se nos hace necesario y muy oportuno que nos vayamos descubriendo mutuamente para así, construir unas buenas relaciones en el ámbito familiar, de trabajo, de amistad o de pareja, que sean ideales y sirvan de testimonio hacia los demás, donde prime el compartir, la ayuda mutua y no la competencia.

Amar es la clave de todo. Solo ama de verdad quien asume la vida bajo la clave primordial de la humildad.

Miren, la peor actitud que puede asumir una persona es convivir y trabajar con otros de manera prepotente. Esas actitudes enmudecen y nos convierten en sordos, injustos e inseguros frente a los demás.

Esos que se creen superiores a los demás fingen y frente a ellos se colocan una mascara llena de actitudes y comportamientos hipócritas que lo hacen rechazar y distanciar de todos aquellos con quien se relaciona, convive y comparte su vida. Esas personas por lo general terminan su vida, solos y marginados.

Hoy los invito a que nos coloquemos en las manos de nuestro Salvador y con mucha humildad nos reconozcamos sordos frente a muchas actitudes que van en contra del convivir fraterno, de la paz y de la solidaridad; y con actitudes de cambio, nos propongamos a vivir de manera diferente frente a la indiferencia, siendo testigos del amor de Dios.

SEÑOR, BENDICENOS Y DANOS TU PAZ PARA RECUPERAR TODAS LAS FUERZAS GASTADAS.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:25 a.m. | Permalink |


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