martes, abril 16, 2024

"Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro"...Salmo 4.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 14 de Abril del 2024

INTRODUCCION:

El Evangelio de hoy nos muestra la bella pedagogía de Jesús ante quienes están sobresaltados por la fuerza del mal. Se les aparece y les habla con impresionante ternura: ¿Por qué estáis tan asustados? ¿Por qué tenéis esas dudas en vuestro corazón? Y les pide que se acerquen a Él: ¡Ved mis manos y mies pies! ¡Soy yo mismo! ¡Tocadme! ¡Mirad! ¡Todo…  tenía que cumplirse! Después los invita a proclamar su resurrección en todas las naciones. La humanidad no está dejada de la mano de Dios. Y los discípulos de Jesús hemos de proclamarlo: No demos importancia al mal: la Muerte ha sido vencida y ya no tiene aguijón; El Señor no está ausente. Como decimos en la Eucaristía: “El Señor esté con vosotros” Adoptemos un rosto de victoria y alegría. ¡Nada de amargura y tristeza!

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 24, 35-48, Jesús Resucitado quería encontrarse con el grupo de sus discípulos para convencerlos de que tenía una nueva condición  y que no era como quizás, lo estaban pensando: Algo fantasmal.

Dice el texto del Evangelio que: "Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Todavía estaban  hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes”. Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Lc 24, 35-39.

Cómo lo dice el texto: Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer que era Jesús a quien habían crucificado, el que estaba allí presente delante de ellos, quien les hablaba. Creían que era un espíritu.

Jesús rechaza la incredulidad y recrimina el corazón de piedra que apaga el entusiasmo y destruye las alegrías que habían estado viviendo junto a Él. Entonces, les recuerda como Moisés y los Profetas lo habían anunciado; y lo hace, para abrirles la inteligencia. 

Hermanos, hoy a ti y mi nos lo dice también: "Ustedes son también testigos de todo esto" y nos da la orden de predicar el Evangelio a todas las gentes. Una gran comisión que debemos cumplir con Fidelidad en todo momento, tiempo y lugar a pesar de cualquier circunstancia.

Preguntemos: ¿Será que necesitamos hoy que Jesús se nos aparezca para despejar nuestras dudas?, ¿Seremos capaces de ver a Jesús en el mundo que hoy nos rodea?

Señor, ábrenos la mente para comprender tu Palabra, para ver la vida a la luz de tu Palabra, para que afrontemos la cruz con esperanza y compartamos la alegría de la Pascua.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:49 a.m. | Permalink |


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