jueves, julio 19, 2007
¿ SOMOS INSEGUROS ?

Tener confianza en si mismo y en Dios, es fundamental para quien pretenda iniciar la organización de su vida, por qué quien se decida a ello, ha de apostar mucha valentía para frenar los impulsos y desafiar las cosas que han de venir. Quien tenga duda y se sienta incapaz, es posible que tenga su interior débil, es inseguro de si mismo y puede perder su tiempo arriesgándose.

En la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos Cap. 8. 5-17 encontramos una exhortación a los que quieren seguir avanzando con estos propósitos, “el Espíritu Santo guía y conduce hacia el encuentro definitivo con el Padre”.
También, en la 1 Carta a los Corintios Cap.9.24-27 nos dice a los que iniciamos la carrera del encuentro, “pues cada uno debe imponer su régimen estricto para lograr la corona deseada”. Y en el Cap. 15.20-23 de esa misma carta, nos muestra la esperanza y la seguridad que se nos da al vivir al lado de Cristo.

Somos muchos los que nos consideramos “prepotentes” y creemos que estamos siendo coherentes y convincentes con nuestras actitudes y que con ellas, podemos convencer a los demás, pero nos engañamos, por qué son muchos los que están a nuestro alrededor viendo nuestras inseguridades frente a los cambios. Cuando nos sentimos descubiertos, negamos los defectos, nos mostramos miedosos de si mismo y nos turbamos. Dando muestras que aún persisten nuestras inseguridades y debilidades; y cuando algo nos sale mal, resolvemos las cosas sin vacilación y desesperadamente para no dar sospechas de las faltas. Somos débiles y tímidos interiormente, aunque externamente demostremos lo contrario. Fingimos que “estamos haciendo las cosas bien” y para contradecir las cosas, le echamos las culpas y las responsabilidades a los que están a nuestro alrededor.

Habemos otros que somos “tímidos” y como los “prepotentes”, mostramos también nuestras inseguridades, conocemos muy de cerca nuestros aspectos negativos y no sabemos cuantos de ellos nos revelan las debilidades personales. Somos insuficientes y no sabemos cortejar. Cuando se nos presenta un dialogo somos difíciles, nos quedamos callados y no expresamos nada, nos cerramos en si mismo, y nos creemos inferiores a los demás. Es la timidez pues, una inseguridad y quienes la poseemos tendemos a no permitir que nadie se nos acerque para darnos consejos. Los tímidos se vuelven pesimistas.

A ambos hoy Jesús les dice: “¿Por qué son ustedes tan mentirosos?, ¿Todavía no tienen fe? Mc.4.40, “¡Quien quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y que me siga, porque el que quiera asegurar su vida la perderá; en cambio, el que pierda su vida por mí y por el Evangelio se salvará!”. Mc.8. 34-35.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:38 a.m. | Permalink |


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