sábado, julio 21, 2007
CULTIVAR EL AMOR

Al leer y meditar la palabra, podemos palpar en ella el aliento de Dios que nos impulsa y llena de su Espíritu para que como unas fortificaciones, enfrentemos los obstáculos que comprimen el camino y podamos continuar vigorosos los pasos del Salvador entre tantas astillas y cizañas.

En el Evangelio de San Juan Cap.13. 2-17, Jesús en la última cena nos hace un gesto muy expresivo, cuando al ponerse de rodillas se dispone a lavar los pies a sus discípulos. Nos propone a los que queremos seguirle e imitarlo, que también hay que tomar esas actitudes de sincera humildad: Dar de si todo lo que podamos y aceptar al mismo tiempo lo de los demás, con amor.

Es necesario entonces, saber con claridad que todo lo que el hombre posee proviene de Dios y que nada de lo que tenemos es nuestro. Dios nos dio como sus hijos, la facultad de seguir su obra creadora en el mundo, realizándola de manera desinteresada, cultivando en ella su amor. Es así, que nuestro ser y actuar han de ser coherentes a la ley de Dios, compartiendo mutuamente lo que tenemos, sin exclusividades y sin egoísmo.

Serviciales no serviles o falsos. Ser cristiano es estar comprometido en dar a conocer al Salvador del mundo sin renunciar a su dignidad. Ve en el otro a Jesús como su hermano, sirve con amor y busca construir en medio de la desesperanza una comunidad fraterna y solidaria.

Jesús, supo rebajarse haciéndose servidor de todos, sin buscar intereses personales, ni el poder. Plantó al servicio de todos sus dones y talentos, enseñando a los que estaban a su alrededor que ante todas las cosas hay que servir gratuitamente y con amor.

Quien lo acepta y se propone a seguirle, reconoce que la tarea del Maestro no es algo reservado para unas cuantas personas, las más “espirituales” que otras… ¡No!, Toda persona tiene la obligación de seguirle a partir del bautismo para obtener lo que gratuitamente Cristo nos donó a todos por igual.

El Padre Fundador deseaba siempre que la Sociedad realizara grandes obras para la gloria de Dios y decía: “Sed vosotros activos como las hormigas y las abejas. Imitad más bien a estas que aquellas aves que sólo tienen apariencia exterior, y en las cuales se halla algún encanto, pero que son de poca utilidad”. P y E. (Vida y acción según el espíritu de la Sociedad. Cap.20. 14).


AMEMOS AL ESTILO DE JESÚS Y CON ESE EJEMPLO, AYUDAREMOS A SUPERAR LAS DERROTAS Y LOS FRACASOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 8:20 a.m. | Permalink |


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