jueves, enero 25, 2024

"Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio"... Salmo 117.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 25 de Enero del 2024

Hoy celebra la Iglesia La Conversión de Pablo de Tarso", su nombre era: Saulo y es llamado "El Apóstol de los gentiles". Es Fundador de muchas comunidades cristianas e impulsador del Evangelio de Jesús en muchos centros urbanos del imperio Romano. 

Fue un constante perseguidor de la secta cristiana en su juventud, pero, en una milagrosa aparición de Jesús en el camino a Damasco le hizo convertirse en un ardiente propagador del cristianismo. Viajo como misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y Palestina y escribió: Los Hechos de los Apóstoles y 14 epístolas a diversos  pueblos y comunidades cristianas. 

Nació en el seno de una familia acomodada de artesanos en la capital de la provincia romana de Cilicia, hoy Turquía. Estudió en la comunidad hebraica y fue enviado a Jerusalén para continuar sus estudios en la escuela de los mejores doctores de la ley donde obtuvo una sólida formación  teológica, filosófica, jurídica y lingüística.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

Jesús nos llama, nos reúne, nos da poder y nos envía a proclamar la buena noticia del Reino de Dios y a curar a los enfermos. ¿Nos sentimos llamados, reunidos, fortalecidos, enviados? Jesús nos envía a todos como sus discípulos. Cada uno de nosotros, somos misioneros y llamados a evangelizar. Esto nos muestra que la tarea de anunciar el evangelio es un compromiso de todo bautizado. Recordemos que La grandeza de Dios brilla en la pobreza de los enviados. No necesitamos muchas cosas: la mochila llena de fe y de confianza en quien nos envía, nos acompaña y nos espera al final del camino.

Hoy en el Evangelio tomado de Mc 16, 15-18, Jesús Resucitado se le apareció a los once discípulos y les pide que no se queden encerrados sino que vayan a todos los lugares del mundo para predicar y curar a las gentes con el mensaje de la salvación. Y les dice: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán”. Mc 16, 15-18.

Jesús les pide que tienen que salir y ser testigos de lo que Él les ha enseñado para que así, mucha gente aprendan a vivir y sean signos de la Buena Nueva. 

¿Cómo poder proclamarlo? Lo primero que se requiere es vivir desde la confianza absoluta la acción de Dios, pues Él quiere que pongamos en marcha nuestros planes de restauración para que así, nadie se sienta abandonado por Dios aunque nunca haya oído hablar del Evangelio de Jesús. 

Hermanos, dentro del Concilio Vaticano II hay contemplado algo que quizás lo habíamos olvidado, y que dice así: "El Evangelio es, en todos los tiempos, el principio de toda la vida de la Iglesia" y es este el momento para que entendamos que es en la comunidad cristiana donde se debe acoger de primero el Evangelio de Jesús. 

Señor, tú nos envías a proclamar el Reino de Dios, a anunciar el amor que Dios Padre siente por nosotros, a mostrar la esperanza a quienes la han perdido, a levantar la confianza de los que creen que ya no tienen arreglo. Tu nos envías, también, a curar y a echar demonios. Para vencer a los demonios de la injusticia, la violencia o la mentira, no basta con palabras; no hay secretos ni formulas mágicas. A los demonios sólo se les vence a base de amor, trabajo y entrega.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:38 a.m. | Permalink |


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