lunes, enero 29, 2024

"Levántate, Señor. Sálvame"...Salmo 3.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 29 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús pone en el nivel más alto de importancia a las personas. Por eso, no duda en curar a aquel endemoniado, aunque a cambio tenga que morir una piara de cerdos. Sin embargo, para los habitantes de aquel pueblo, los cerdos eran más importantes que aquel pobre desgraciado. Los cerdos están por encima de las personas; en el fondo, el dinero es superior a Dios y a su Reino. En la vida hay momentos en los que ayudar a los demás es una gozada. Nadie sale perdiendo. Todos ganan. Pero en otras ocasiones, ayudar a los demás pasa por privarme de caprichos, perder dinero, dejar de ejercer mis derechos... Y entonces surge la duda ¿vale la pena o no? ¿la gente merece que me sacrifique? ¿no es mejor vivir la vida sin complicármela? ¿Qué te dice Dios? ¿Tu qué le dices?. “Gracias Señor por querernos y valorarnos tanto”.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 5, 1-20 nos narra lo sucedido a la llegada de Jesús y sus discípulos a la región de Garasenos situada a la orilla  del lago de Tiberíades (Dicápolis), un lugar ajeno donde vivía mucha gente esclavizada a las fuerzas del mal y poseída por los espíritus inmundos. 

Dice el texto del Evangelio que: "Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. Él habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante Él, gritando con fuerza: “¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!” Porque Jesús le había dicho: “¡Sal de este hombre, espíritu impuro!” Después le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”  Él respondió: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región. Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: “Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos”. Él se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara unos dos mil animales- se precipitó al mar y se ahogó.". Mc 5, 1-10.

Al desembarcar Jesús, el endemoniado lo reconoce desde lejos y se postra ante Él y Jesús, le restituye la dignidad humana y lo libera de las fuerzas del mal que lo oprimían. 

Este Evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre el poder sanador y transformador de Jesús, así como sobre la compasión que mostró hacia aquel hombre. Nos anima a buscar la liberación del poder del mal en nuestras propias vidas y a acoger la presencia transformadora de Jesús en nuestras comunidades.

Preguntémonos: ¿Hemos aprendido a conocer a Jesús? ¿Confiamos plenamente en el poder y en amor de Él? ¿Estamos dispuesto a ser misioneros de Jesús e ir a muchos lugares para derrotar el mal que absorbe y envuelve al hombre en la miseria? 

Estemos siempre dispuestos a recuperar a muchos de ese mundo y darle la dignidad que se merecen.

Señor, ten misericordia de nosotros. Tú conoces nuestra miseria y sabes cuánto necesitamos de tu gracia para poder seguir tu mandato del amor. Concédenos que este momento de oración aumente nuestra fe, la esperanza y la caridad.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:26 a.m. | Permalink |


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