miércoles, julio 31, 2024

"Dios es mi refugio en el peligro"...Salmo 59

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 31 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

Podemos aplicar la Parábola de hoy (El Tesoro Escondido) a nuestra propia vida. Todos vamos caminando como buscadores de tesoros; en nuestros sueños hemos imaginado que nos tocaba un premio, que obteníamos un puesto elevado en nuestra profesión, que teníamos un triunfo clamoroso. Pero más allá de cualquier búsqueda de ésas, hay necesidades más hondas; más hondas que el sobresalir y el triunfar. Buscamos la verdad, buscamos el amor y buscamos a Dios. El hombre tiene una sed de verdad: necesita saber lo que es auténtico, lo que tiene consistencia, no simplemente se trata de buscar pequeñas verdades, sino La Verdad: esa afirmación real que hace coherente la vida humana, y el mundo que nos rodea. Buscamos un Amor en el cual pueda descansar nuestro corazón y todo su gran deseo de entrega: el corazón necesita ser entregado, necesita entrar en total comunión. Y buscamos a Dios, porque es el que está detrás de esa Verdad Única que queremos alcanzar; y es el depositario del Amor Total con el que queremos entrar en comunión. Y este descubrimiento ocasiona emoción; la misma emoción que tendría un buscador que encuentra un cofre lleno de monedas de oro. Y mucho más, porque es un tesoro de un valor incalculable. El encuentro con Jesús, el descubrimiento de El como la verdad total de la vida, como el amor puro, produce vibración, conmoción. Se siente la certeza de haber encontrado todo lo que se podía buscar. Buscar el tesoro ¡qué importante es! Encontrar el tesoro ¡qué afortunado es el que lo encuentra! Vender todo para adquirir ese tesoro ¡qué gran reto, y qué gran tarea para la vida!

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 44-46, Jesús le muestra a la multitud mediante la Parábola del Tesoro Escondido la semejanza que tiene este con la búsqueda del Reino de Dios escondido en un campo.

Dice el texto del Evangelio que Jesús le dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel". "También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra". Mt 13, 44-46.

Con esta parábola, Jesús les da a entender a la gente que para lograr encontrar el Reino de Dios hay que desprenderse de todo y vencer todo obstáculo que se le presente. Es decir,  renunciar con alegría a lo que posee terrenalmente y de todo lo que aprisiona el corazón ( afectos, inclinaciones frívolas, pasiones, etc.)

Hermanos,  hoy estamos invitados a recuperar el tesoro vivo y verdadero que es la vida de Fe. Por eso, acerquémonos a Jesús y junto con Él afanémonos a buscar el camino perfecto que nos ayude a alcanzar el Reino de Dios. 

Señor, haz que descubramos en ti el valor de la amistad que nos ofreces, inclina nuestros corazones a las cosas que de verdad son importantes, no dejes que entreguemos nuestras vidas a causas que no merezcan la pena. Te damos las gracias por el tesoro de la fe, de la oración, de la amistad...Haznos capaces de darlo todo por la perla preciosa que es el Evangelio.

 
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martes, julio 30, 2024

"Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre"...Salmo 79.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 30 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

El pasaje del evangelio trata de mostrarnos dos contextos totalmente antagónicos entre sí (Reino: casa, luz; Cizaña: maligno, fuego). Jesús, explica el sentido de la parábola, expresando los dos escenarios posibles en los que se puede encontrar el ser humano: El que no lo acepta y vive desde una clave egoísta, obrando iniquidad, le toca en suerte el «rechinar de dientes». Al obrar el mal te vas destruyendo, te consumes. Sin embargo, el que acepta y trabaja por construir el Plan de Dios, «brilla», es luz. No quiere decir que haya ausencia de tribulaciones, sino que ha comprendido el sentido que tiene la vida en entregarse, que el proyecto de Jesús es liberador y que somos luz cada vez que regalamos a los demás parte de nuestra vida. No estamos siguiendo a Jesús para ser discípulos del montón; al contrario, nuestra relación con Jesús ha de crecer cada día en profundidad y ser testigos de su gran amor.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 36-43, podemos ver que los discípulos no habían entendido muy bien la parábola de la cizaña; y de regreso a casa se le acercaron a Jesús y dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo". Él les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y éstos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes”. Mt 13, 36-43.

Es importante comprender lo que les explica Jesús a sus discípulos. Miren, Él les enseña  que quien siembra en el mundo la cizaña es Satanás, el enemigo de Dios y de los hombres. Un  ferviente enemigo del bien, de la verdad, del amor, la bondad y la misericordia de Dios.

La cosecha a la que se refiere, es el juicio final donde los ángeles aparecen como los ministros de la justicia divina. 

Hermanos, en este Evangelio Jesús nos está invitando a que estemos atentos y preparados para el final de los tiempos, pues Él será el juez supremo que ordenará la separación entre los verdaderos y falsos ciudadanos del Reino. Allí, los justos brillarán como el sol alrededor del Padre Dios y los malos recibirán su castigo: El infierno. 

Señor, Aumenta nuestra fe para verte en nuestras vidas y en la de los demás; aumenta nuestra esperanza para vivir con alegría deseando estar siempre contigo. Aumenta nuestro amor para nunca abandonarte ni dejarte solo porque Tú nunca nos abandonas ni te apartas de nosotros.

 
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lunes, julio 29, 2024

"Gusten y vean qué bueno es el Señor"...Salmo 34.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 29 de Julio del 2024

La Iglesia celebra hoy a Santa Marta hermana de Lázaro y de María amigos de Jesús. Marta era la mayor entre sus hermanos y se afanaba permanentemente por los quehaceres de su casa. Era oriunda de Betania pequeña población que quedaba a cuatro kilómetros de Jerusalén y muy cerca al Monte de los Olivos. Los primeros en dedicar su celebración litúrgica fueron las Franciscanos el 29 de julio de 1262.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

El Evangelio de hoy tomado de Jn 11, 20-25 , nos relata: Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a su encuentro. María se quedó en casa. Y Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá" Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta le dijo: "Sé que resucitará en la resurrección, en el último día. Le dijo Jesús: *"Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá." Jn 11, 20-25

Este pasaje nos muestra varios aspectos que son fundamentales en la fe: el dolor, la esperanza y la fe en la resurrección. Veamos el por qué:  Muchos judíos habían venido a consolar a Marta y a María de todos los lugares de la comarca. Acto que nos recuerda la gran importancia que ha de tener la comunidad en los tiempos de duelo; porque en el dolor que se vive en esos momentos tristes la presencia de otros, amigos y familiares, ayuda al consuelo y a sentir que no estamos solos en su dolor.

Otro aspecto importante es la Esperanza. Miren, Marta tiene una fe impresionante en Jesús. Ella pesar de la tristeza que vive por la pérdida de su hermano, le expresa su confianza en su poder y en su relación con Dios.


A pesar que Marta no comprende aún eso de la resurrección, Jesús en medio de su incertidumbre le responde a Marta: "Yo soy la resurrección y la vida". Y no solo le habla de una resurrección futura, sino que le afirma que la vida eterna está presente y disponible ahora a través de Él. 

Reflexionemos en esa respuesta de Marta en donde le demuestra a Jesús que cree en su poder sobre la vida y la muerte; y es éste un reconocimiento no solo sobre su identidad  como el Mesías y el Hijo de Dios, sino también de su misión redentora en el mundo. ¿Cómo es la respuesta de nosotros frente a los momentos difíciles que afrontamos?

Señor, tu resurrección es la prueba más grande de que el amor puede triunfar en el mundo y en nuestras vidas. Tú nos enseñas que el amor es más fuerte y que contigo es siempre posible volver a empezar y trabajar por un mundo basado en la caridad. Ilumina nuestros corazones para vivir este día, y toda nuestras vidas de cara a la eternidad. Ven a nuestros corazones para que nazca en nosotros la vida nueva que tu nos has regalado por tu cruz y resurrección.

 
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domingo, julio 28, 2024

"Abre tú las manos, Señor, y nos sacias de favores"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 28 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

Jesús bendice el pan de cebada, el pan de los pobres, el que en el discurso del Pan de Vida significa el pan de vida eterna. Pero para que ese pan tenga el valor eterno debe satisfacer las cuatro necesidades fundamentales del hombre: comida, bebida, salud y formación; y así, podrá el hombre experimentar qué es la libertad y la justicia. Miren, Todo lo tenemos asegurado en la vida. La sociedad del bienestar ha logrado que la vida transcurra sin los sobresaltos más importantes que han inquietado a las generaciones precedentes: qué voy a comer mañana; dónde me voy a educar; quién me va a curar de mis enfermedades; dónde voy a vivir; cuál es mi familia y mi sociedad que me va a procurar los bienes que hemos mencionado. Todo lo tenemos previsto: desde el nacimiento hasta la muerte. Felipe el discípulo, le dice a Jesús que con el dinero que tienen no hay bastante para comprar pan para todos. Y Jesús se encarga de que lo haya. Debemos dejar una puerta de nuestra vida abierta a Dios, al amor de los demás. Tendremos sorpresas agradables si en vez de agarrarnos a nuestras seguridades, dejamos volar nuestra alma por parajes más abiertos; ciertamente más inseguros, pero más inclinado a la belleza y a experiencias humanas de amor y libertad. Y no debemos cerrar las ventanas que tienen a Dios como horizonte. Él da un felicidad que «ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman» (1Cor 2,9).

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6, 1-15, Jesús al llegar a la otra orilla del lago de Tiberíades (Galilea), nota que mucha gente le había seguido porque habían visto los signos que realizaba y advierte sobre el hambre que debían tener y le plantea a sus discípulos como alimentarlos. 

Dice el texto del Evangelio que "Se retiró a un monte y allí se sentó con sus discípulos. Levantó la vista y viendo el gentío le dice a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?” Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan”. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿Qué es esto para tanta gente?” Jesús le respondió: “Háganlos sentar”. Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada”. Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: “Éste es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo”. Jesús, sabiendo que querían apoderarse de Él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña". Jn  6, 1-15.

El Evangelio nos muestra algo muy significativo: El compartir los alimentos es un símbolo atractivo para construir comunidad  en amor y en la solidaridad.

Miren que gran ejemplo nos deja hoy este Evangelio: Hubo pan para todos, así mismo hoy, también lo hay para todas las personas pero nos hace falta generosidad para compartir porque hemos dejado a la gente que lo necesita en las manos del poder financiero y por ello, muchos mueren de hambre por nuestros egoísmos.

Sentir compasión por la gente que está viviendo desorientada, eso nos lo enseña hoy Jesús y así, se construye el amor que sorprende. Él sacia el hambre espiritual y le hace frente al sufrimiento, la soledad, la pobreza y a las dificultades. 

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a ser como Jesús y aprender de Él a multiplicar el pan (dones, carismas y talentos que nos ha dado) con humildad y sencillez para así, saciar el hambre que sienten muchos.

Señor, La multiplicación de los panes que nos muestra el Evangelio de hoy, nos recuerda que la abundancia es una característica del auténtico amor. Señor, creemos en ti y te amamos, por eso, con toda confianza, te pedimos que me permitas escucharte en esta oración para conocer cuál es el camino que debemos seguir para que nuestro amor y dones que nos has regalado lo compartamos también con los demás de manera ilimitada. Ayúdanos a ser incondicionales y auténticos.
 
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sábado, julio 27, 2024

"¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos"...Salmo 84.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 27 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

A todos nos gustaría que en el mundo y en cada hombre solo existiese el bien y nunca el mal. ¿No es así? Hoy la parábola del Trigo y la Cizaña nos muestra la realidad que todos experimentamos. Dos realidades que son opuestas en nuestro corazón: El bien y el mal. Nos preguntamos entonces: ¿Cómo nos debemos enfrentar a esta realidad? Una vez más, debemos acudir a Jesús que predica y nos anuncia la llegada del reino de Dios, al que nos pide que nos apuntemos. Debemos aceptar ese regalo que el mismo Dios nos hace, dejarle a él ser el Rey y Señor de nuestro corazón, de nuestra vida, el que rija y dirija nuestros pensamientos y acciones. Desde aquí hemos de enfocar nuestra vida, haciendo de ella una lucha del bien contra el mal, porque el mal es lo que nos hace daño a nosotros y los demás. Teniendo a Dios como nuestro Rey, y sabiendo que Dios es Amor, nos impulsará a que el amor, el  bien más excelso, sea lo que nos mueva en todas nuestras acciones y que, al mismo tiempo, sea la finalidad de todo lo que hagamos. Todo en nosotros ha de partir del amor y ha de buscar amar, amar a Dios, a nuestros hermanos y a nosotros mismos. Eso fue lo que hizo Jesús, en todo momento, se dejó llevar por el amor. “Os he dado ejemplo para que vosotros hagáis otro tanto”. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 24-30 Jesús propuso  a la gente la Parábola  del Trigo y la cizaña así: El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron:  “Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?”.  Él les respondió:  “Esto lo ha hecho algún enemigo”.  Los peones replicaron:   ¿Quieres que vayamos a arrancarla?” “No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero”. Mt 13, 24-30. 

Jesús quiso explicarle a la gente como es la convivencia en el mundo del bien y del mal. Él anuncia que en medio de ese misterio de convivencia Dios es paciente y tolera como Buen Padre dándonos la oportunidad de descubrir que se hace necesario convertirnos para arrancar con sus gracias el mal que como cizaña daña la buena cosecha. 

Hermanos, el corazón del hombre es un campo abierto y el Señor busca sembrar su bondad y su amor, pero ojo, el maligno  también tiene sus intenciones. Él quiere sembrar las semillas de las pasiones desordenadas y tratar de confundir la verdadera siembra. Entonces, Jesús nos presenta que tenemos que actuar con firmeza y mediante la Oración y la Contemplación podremos  estar vigilantes para que esas cizañas no germinen y no ahogue la buena semilla. 

Pidámosle al Señor que también nos llene de paciencia y comprensión ante nuestras debilidades . Que nos llene de valor y fuerzas para ser capaces de arrancar toda cizaña que disimuladamente hemos dejado crecer en nuestras vidas.

Ayúdanos, Padre, a aceptarnos del todo, a reconocer nuestras deficiencias, a alegrarnos de nuestras cualidades personales y únicas, a desarrollar contigo todo el potencial inmenso que has puesto en cada uno, a animar a que otros también desarrollen el suyo. Enséñanos, Padre, a perdonarnos los errores, a convivir con nuestras incoherencias, a ser misericordiosos con nuestra naturaleza humana para así serlo aún más con los otros hermanos, que también llevan el peso de su propia fragilidad y maravilla.

 
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viernes, julio 26, 2024

"El Señor nos guardará como pastor a su rebaño"...Jerusalén 31

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 26 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

Jesús predicaba con parábolas, las cuales son enseñanzas que las comparaban con la vida cotidiana. Esto permitía que su audiencia u oyentes pudieran comprender el mensaje. El hablaba de esa manera, pero muchos no oían, ni veían, ni entendían por tener el corazón cerrado; y por más que Jesús les hablaba, les explicaba, les tenia paciencia y los invitaba a la conversión del corazón, ellos seguían en la suyas. Jesús contrasta su mensaje con la siembra de semillas. Para realizar esta actividad agrícola, el sembrador amarra una canasta en su cintura para tener las manos libres. Ara la tierra, surca la tierra, abona la tierra, la prepara y luego esparce las semillas por todo el campo. Luego debe regar la tierra para esperar el fruto deseado.  Hoy Jesús nos invita a mirarnos por dentro: a dar las gracias por nuestro terreno bueno y a seguir trabajando sobre los terrenos que todavía no son buenos. Preguntémonos si nuestro corazón está abierto a acoger con fe la semilla de la Palabra de Dios y si nuestras piedras de la pereza son todavía numerosas y grandes. Encontremos el valor de hacer una buena recuperación del suelo, una bonita recuperación de nuestro corazón. Jesús, buen sembrador, estará feliz de cumplir un trabajo adicional: purificar nuestro corazón, quitando las piedras y espinas que asfixian sus Palabras.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 18-23, Jesús utilizando la Parábola del Sembrador quiere prevenir a sus discípulos sobre los peligros que amenazan la Fe, ya que el maligno lleva al hombre a la superficialidad, la inconstancia y a las riquezas superfluas.

Él les dice: "Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: éste es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta enseguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Éste produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno". Mt 13, 18-23.

Jesús quería dejar una motivación a sus discípulos: Que vivieran siempre preocupados en ser buenos terrenos para que cuando caiga la semilla de sus Palabras se engendren, nazca y crezca en excelentes condiciones y produzca frutos abundantes. 

Está parábola del Sembrador nos brinda muchas enseñanzas transformadoras porque de la forma como recibimos y vivimos la Palabra de Dios en nuestras vidas seremos terrenos fértil y produciremos el ciento por uno de la cosecha. 

Miremos,  el Sembrador representa a Dios, quien siembra su Palabra en diferentes tipos de suelos. Ese suelo, simbolizan los corazones de las personas. Cuando se habla de ese suelo junto al camino este, representa a aquellos que escuchan la Palabra pero, al no entenderla, el maligno viene y roba lo que se sembró en sus corazones. Esto nos enseña la importancia de buscar comprensión en lo que escuchamos para que la semilla de la Palabra se pueda arraigar en nosotros.  Esto nos insta a reflexionar sobre la necesidad de cultivar una fe sólida en la Palabra de Dios, para perseverar a pesar de los desafíos que puedan surgir en nuestras vidas.

Esta parábola nos desafía a priorizar nuestra relación con Dios sobre las preocupaciones mundanas y a mantener un enfoque claro en las cosas eternas, permitiendo que Dios transforme nuestras vidas y se refleje en las acciones diarias, para así, dar frutos abundantes que glorifiquen a Dios.

Señor, No permitas que las distracciones nos arrebaten lo que quieres revelarnos. danos tu gracia para tu semilla de amor se multiplique en nuestras vidas y seamos buenos sembradores de ella en el mundo.
 
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jueves, julio 25, 2024

"Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben"...Salmo 67

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 25 de Julio del 2024

Hoy celebra la Iglesia a Santiago Apóstol hijo de Zebedeo y conocido como Santiago el Mayor. Fue uno de los Doce Apóstoles de Jesús. Nació en Betsaida población a la vera del Lago de Genesaret. Era hermano de Juan ambos hijos de Zebedeo y Salomé parientes de Jesús.  Se dice que Santiago fue el primer evangelizador de España y que su viaje lo hizo a través del mediterráneo y llegó a las costas de lo que hoy se llama Portugal.  El Rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarlos e hizo morir por la espada a Santiago en el año 44, 14 o 15 años después de la muerte de Jesús.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

En el pasaje del Evangelio de hoy, encontramos la petición de grandeza de una madre para sus hijos, y la respuesta de Jesús, enmarcada en el servicio como única forma de grandeza y poder. Jesús aprovecha la ocasión para enseñar a sus discípulos sobre el verdadero significado del liderazgo y la grandeza en el Reino de Dios. Contrasta el liderazgo mundano, caracterizado por la dominación y la autoridad, con el liderazgo que él propone, que se basa en el servicio y la humildad. El mayor entre ellos debe ser el servidor de todos, y el primero debe ser el último. Jesús mismo es el ejemplo, ya que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por toda la humanidad. En un mundo donde la grandeza a menudo se mide por el estatus, la riqueza y la autoridad, Jesús nos llama a un modelo radicalmente diferente. Nos invita a buscar la grandeza a través del servicio y la humildad, poniendo las necesidades de los demás por encima de las nuestras. La enseñanza de Jesús es una llamada a la transformación personal y comunitaria. Nos anima a servir en nuestras familias, comunidades y lugares de trabajo. En lugar de buscar reconocimiento y honor, debemos buscar formas y maneras de dar la vida por los demás.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 20, 20-28 así lo narra el texto: "La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo.

“¿Qué quieres?”, le preguntó Jesús. Ella dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. "No saben lo que piden”, respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que Yo beberé?”. "Podemos”, le respondieron. "Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre”. Mt 20, 20-25.

Hermanos, la misión que nos ha legado Jesús no tiene nada que ver con los éxitos ni los triunfos que alcancemos porque esto significa estar muy lejos del proyecto de Jesús. Lo que si vale y es ensalzado por el Señor es el Servicio a la Iglesia y a los más necesitados.

Hoy Jesús corrige el enfoque de muchos de nosotros que pensamos como la mamá de los Zebedeos por ser esta una concepción terrenal. La naturaleza del Reino de Dios es muy distinto pues en éste, el que quiera ser grande que se haga servidor de todos; y el que quiera ser el primero, que se haga esclavo.

No podemos olvidar que Jesús vino a dar la vida como rescate por la liberación de muchos.

Esta es una gran enseñanza que nos regala el Evangelio de hoy: No estar dispuestos a conseguir prebendas y reconocimientos para nuestro beneficio sin importarnos los que están a nuestro alrededor,  sino ser los primeros en humildad, amor y compasión hacia los demás. 

Señor, Tú hiciste de Santiago un gran evangelizador. Con la ayuda de tu Madre, la Virgen María, tuvo claro que no se podía guardar para sí el tesoro de su fe y la anunció con mucho valor a pesar de dificultades y persecuciones, convencido de que cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios Padre. Qué nuestras palabras y nuestros compromisos, nuestra alegría y nuestra esperanza anuncien a todos que Tú, Jesús, eres el Amor que siempre nos acompaña y nos salva y el Camino que nos conduce a la Felicidad más grande.       
 
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miércoles, julio 24, 2024

"Mi boca contará tu salvación"...Salmo 71

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 24 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

La parábola del sembrador que nos muestra el Evangelio de hoy, nos enseña sobre la importancia de la receptividad y la preparación del corazón para acoger la palabra. En nuestra vida diaria, en el trabajo que realizamos en nuestras parroquias y en los movimientos apostólicos. Somos llamados a ser sembradores conscientes, pacientes y amorosos, que preparan el terreno para que la semilla de la palabra crezca y transforme vidas. Así, cada día, nos convertimos en instrumentos de la gracia, llevando esperanza y luz a nuestro mundo. Nosotros somos la tierra que recibe esa Palabra y sí, la recibimos, pero no siempre la acogemos ni siempre lo hacemos de la misma manera. A veces nuestra tierra está endurecida por los golpes de la vida o la indiferencia. Otras veces está agobiada por los afanes y las preocupaciones y tampoco es bien acogida. Tenemos que procurar vivir más en sintonía con el Sembrador y su Palabra, limpiando y liberando nuestra tierra de pedruscos y malezas, regándola en la oración con la lluvia del Espíritu, y así podremos dar el fruto que el Sembrador espera y desea.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 1-9, nos presenta La Parábola del sembrador, la cual encierra un gran significado.

El texto del Evangelio la narra así: "Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces Él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: “El sembrador salió a sembrar. Al esparcir semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y éstas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!”. Mt 13, 1-9.

Recordemos que Jesús utilizaba las parábolas (Breves narraciones de ejemplos vivos y de imágenes tomadas de la vida cotidiana que de manera sencilla y clara transmitían una enseñanza de manera más comprensible y fácil para recordar). Hoy se nos presenta con la Parábola del Sembrador y con ella pretende esclarecer la realidad espiritual del cultivo y gestación de la semilla del Reino de Dios en la vida de los hombres. 

En la época de Jesús las costumbres eran agrícolas. El terreno se araba primero y después se esparcían las semillas. Sobre sale aquí, las calidades del terreno.

Entonces, hermanos, vale hoy que nos preguntemos  como somos nosotros en cuanto a tierra de cultivo, pues las semillas que nos han sido entregadas son de altísima calidad y germinan según esté el suelo donde caerá. 

Entonces se nos hace necesario que nuestros terrenos sean óptimos y bien preparados para que la siembra que realizaremos sea de alta calidad. "El que tenga oídos que oiga" nos lo dice Jesús, por tato, estemos todos en disposición y en voluntad para oír y descubrir que nos dicen las enseñanzas de Jesús para así, entender y poner en práctica sus Palabras. 

Señor, hoy venimos ante ti a recibir tu Palabra, que es una pequeña semilla, pero queremos que nos hables sobre lo que necesitamos. No queremos cerrar el corazón sino recibirla con alegría. Haznos dóciles a ella y que te escuchemos con atención. Danos la fuerzas necesarias para convertirnos en "tierra buena" y no seamos sordos a tu voz.

 
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martes, julio 23, 2024

"Muéstrame, Señor, tu misericordia"...Salmo 85

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 23 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

En la cultura hebrea la palabra hermano se aplicaba para designar un rango muy extenso de familiares y parientes. A la advertencia que le hicieron a Jesús de que su madre y sus hermanos querían hablar con Él y a su pregunta de ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Jesús señala con la mano a sus discípulos. Las respuestas de Jesús siempre sorprenden, en este relato resalta especialmente el valor de la madre y de la familia. La llegada de los familiares de Jesús y la presencia de los suyos en el sitio donde El se encontraba le permite a Jesús pronunciar su dicho sobre los verdaderos parientes: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica". Jesús exalta la familiaridad engendrada por la escucha de la Palabra. Esta es la nueva familia nacida de unos vínculos más fuertes que los de la sangre. Los vínculos del corazón que fundamentan nuestra fe y nos hacen ser inseparables de Jesús, a pesar de las distancias, de las obscuridades, de las incomprensiones que la vida o la desgracia se interpongan en algún momento de la vida entre Cristo y nosotros. Somos los familiares de Jesús y como María, la doblemente dichosa por ser madre y por ser discípula, podemos dar a luz a Cristo escuchando su Palabra y poniéndola en práctica. !Dichoso tú si así lo has creído!

El Evangelio de hoy tomado de Mt 12, 46-50, nos dice que Jesús hablaba a la multitud cuando unas personas se le acercan y uno le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte”. Jesús le respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Mt 12, 46-50.

Miremos algo muy importante: La familia de Jesús la componen sus discípulos  (hombres y mujeres) que a través de los tiempos están en disposición de escucharle y aceptarle como el Mesías, el Hijo de Dios y el Salvador. Le siguen y hacen su voluntad. 

Ahora, quienes desean hacer parte de esa gran familia, necesitan tomar decisiones firmes y tener una Fe fuerte que no se doblegue ante nada y cumpla con la voluntad de Dios.

Hermanos,  la Fe es el factor más importante de esa unión familiar con Dios porque a través de ella se da la vinculación muy cercana con Él. Jesús así se lo expresó a quienes le seguían, como también hoy nos lo confirma  a todos nosotros.

Jesús hoy nos invitan a reflexionar el como debemos buscar construir familias que estén unidas y que los valores y las virtudes Evangélicas sea centro de sus vida y así, brindar testimonio  de la fraternidad y el amor para   ser gestores de la construcción del Reino de Dios en la sociedad. 

Abre, Señor, nuestro entendimiento para recibir tus palabras y hacerlas fructificar en nuestras vida. Renueva nuestros oídos del alma para escuchar tu mensaje, y concédenos la voluntad, la fortaleza y decisión para cumplir tus designios de amor. Aumenta nuestra fe y aumenta nuestra esperanza para entusiasmarnos con el día en que podamos gozar eternamente de ti en el cielo y amarte sin fin.
 
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lunes, julio 22, 2024

"Mi alma está sedienta de ti, Dios mío"...Salmo 62.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 22 de Julio del 2024

Hoy celebra la Iglesia a Santa María Magdalena mujer considerada una de las principales discípulas seguidoras de Jesús. Según narran los Evangelios fue la primera en encontrarse con Jesús Resucitado y en anunciar la Buena Noticia de su Resurrección a los discípulos, por esa razón la Iglesia la considera: Apóstol de los Apóstoles.

Asistió en las últimas horas agónicas de Jesús y fue testigo silenciosa junto a María la Madre de Jesús y Juan, el discípulo amado.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

María Magdalena, tuvo la dicha de encontrar a Cristo resucitado y no lo duda, corre en busca de los apóstoles para comunicarles la gran noticia: "He visto al Señor”. Y miren, en una sociedad como la Judía, en que la mujer no tenía ninguna credibilidad, Jesús, escoge a María Magdalena, para que anuncie a sus apóstoles la Buena Nueva del triunfo de Cristo sobre la muerte:¡ Jesús Vive!,¡ha resucitado!. Así, ella se convierte en la gran mensajera de la resurrección; apóstol de los apóstoles, predicadora, de la Verdad . La Orden de Predicadores, la conmemora de modo especial, ella fue la primera que predicó anunciando la resurrección, y esto es lo que, nuestra Orden, anuncia desde su nacimiento: Al Dios que vive, al Viviente a Jesús que triunfó de la muerte. María, al encontrarse con Jesús, desea permanecer junto a Él, pero este le envía y ella obedece, va a cumplir su misión. Hermanos, todo predicador tiene que buscar a Cristo primero, pero este encuentro le llevará al anuncio del Amor de Dios a todos los hombres manifestado en Cristo, muerto y resucitado. Es, "Contemplar y transmitir lo contemplado”. Por lo tanto, busquemos a Cristo y transmitamos su mensaje a todos los pueblos. "¡Jesucristo esta Vivo y esta en medio de nosotros!"

El Evangelio de hoy tomado de Jn 20, 1-2. 11-18 así nos lo narra el texto del Evangelio: "El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?" Ella les contesta: *"Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto"  Jn 20, 1-2 11-13.

Hermanos,  Este pasaje nos habla del encuentro de María Magdalena con Jesús resucitado. Después de la crucifixión, ella en su dolor y confusión, no reconoce inicialmente a Jesús cuando él se le aparece. Pero cuando Jesús la llama por su nombre, ella lo reconoce y se llena de alegría y asombro. 

Este encuentro nos recuerda que incluso en nuestros momentos más oscuros, Jesús está presente y nos llama por nuestro nombre. Él conoce nuestro dolor y nuestras luchas, y desea revelarse a nosotros de una manera personal y transformadora. 

Que este Evangelio de hoy nos anime a mantener la mirada puesta en Jesús, a confiar en su amor y a estar atento a su voz que te llama por nuestros nombres. Que su presencia viva llene nuestros corazón de esperanza y gozo como la vivida por María Magdalena. 

Señor, también a nosotros nos llamas por nuestros nombres. Te escuchamos, Señor. María Magdalena fue agradecida, te amaba con todo su corazón de mujer y dedicó toda su vida a seguirte y servirte. Que también nosotros, Señor, seamos agradecidos, te amemos, te sigamos con confianza y te sirvamos con esa misma generosidad.

 
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domingo, julio 21, 2024

"El Señor es mi pastor, nada me falta"...Salmo 23.

REFLEXION AL EVENGELIO DE HOY

Domingo 21 de Julio del 2024

Hoy celebra la Iglesia la Fiesta del Beato Francisco María de la Cruz Jordán, Fundador de la Sociedad del Divino Salvador o Familia Salvatoriana. 

La vida del Beato Francisco Jordán estaba enteramente fundada en la Fe y una Profunda Confianza en la Divina Providencia. Él aceptaba con la humildad de un niño todo lo que la Divina Providencia le enviaba y cada vez que hablaba ardía su santo celo hasta el punto de llevar siempre como lema: Hacer todo para la Gloria  de Dios

Frecuentemente le pedía a los miembros de la Sociedad estar siempre dispuestos y preparados para seguir con ardor al Salvador no sólo en el Tabor, sino también en el calvario. 

Hoy quienes hacemos parte de esta gran familia  Salvatoriana le damos gracias a Dios por habernos regalado la dicha de tener al Beato Francisco Jordán en los altares de la Iglesia Universal como un digno hombre que vivió con ahínco y heroísmo las virtudes del Evangelio.

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

Jesús, después de escuchar el resultado obtenido de la misión encargada los invita a ir con él a un lugar tranquilo para que puedan descansar. Todo parece muy normal. Sin embargo, está presente lo que muchas veces solemos decir a quien se acerca a nosotros después de una jornada intensa de trabajo: “Ve, descansa un poco y más tarde hablamos”. Con estas palabras, u otras parecidas, aconsejamos a la persona cansada el modo adecuado para poder continuar su jornada: primero, retírate y descansa; después hablamos. Pero miren, Jesús no invita a sus apóstoles a que vayan a descansar, alejándose de él. Por el contrario, les dice: Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco. Estas palabras del Señor recuerdan aquellas otras que decía a todas las personas que le rodeaban y que se encuentran en el evangelio de Mateo: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré (Mt 11,28). Aunque en el evangelio de hoy  no aparece la misma expresión, su sentido es coherente con lo que en este domingo Marcos pone en boca de Jesús diciéndoles a los discípulos: Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco. El imperativo “venid” indica que el Señor ofrece a sus discípulos el descanso que necesitan, no alejándose de él, sino estando a su lado. Certera indicación para nosotros que andamos atareados y faltos de descanso. Tal descanso lo encontraremos todos “a solas” con el Señor. Jesús, buen pastor: En nuestra humanidad hay pocos gobernantes gozan de nuestro aprecio, respeto y credibilidad. Demasiados intereses hacen que los partidos políticos no siempre elijan según sus ideales más altos. Hemos de resignarnos a la mediocridad, a la apariencia, a la vanidad de algunos. Pidámosle hoy al Señor que nos regale la paciencia y esperemos que El nos envíe personas que sean capaces de favorecer la reconciliación, la justicia, la paz entre nosotros. Sufrimos demasiado por tantas circunstancias de la vida, como para tener también que sufrir por un mal gobierno.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 6, 30-34 nos relata que Jesús le dijo a sus discípulos: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato". Mc 6, 30-34.

Los discípulos iban mostrándole a Jesús su lealtad y su compromiso con las propuestas que había venido enseñando. El observa en ellos su alegría, el interés por aprender y el deseo de enseñar, entonces, les invita a un retiro en un lugar tranquilo y lejos de lo mundano. 

Hermanos, como lo vamos en este Evangelio Jesús muestra su amor por los hombres, sus sentimientos reflejan pena y lastima por los que sufren y son abandonados por la sociedad. Él sabe que esa gente estaba cansada y desesperada y necesitaban solidaridad, afecto y cariño.

Un gran ejemplo para todos nosotros hoy porque el corazón del seguidor no puede permanecer estático e indiferente ante las necesidades de sus hermanos porque hay muchas personas que están necesitando una palabra de amor y un abrazo cargado de esperanza. No te dejes llevar por la dejadez y emprende el camino que conduce Jesús. Hazlo todo para la Gloria de Dios.

Jesús, buen pastor, envía a tu Iglesia pastores según tu corazón, hombres apasionados “por el todo” y no partidistas, puntos de encuentro y no de desencuentro, humildes servidores, y no sermoneadores de palabras que nada resuelven. Envíanos pastores que ofrezcan soluciones, y no solo malos diagnósticos. Cúranos, aliméntanos, sácanos de nuestra tristeza colectiva. Tú sabes cómo hacerlo. Tú lo estás haciendo. 

 
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sábado, julio 20, 2024

"No te olvides de los humildes, Señor"...Salmo 10.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 20 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

Como lo leemos en el Evangelio de hoy, los fariseos se reunieron entre ellos para planear la muerte de Jesús. Hoy también muchos se reúnen, se organizan para favorecer la cultura de la muerte, en muchas de sus expresiones. Cuantos esfuerzos hacemos para exterminar esa mal llamada cultura que no favorece la Vida, sino para favorecer la cultura del descarte. Nosotros como discípulos de Jesús, estamos llamados a unir todos los esfuerzos para poner lo mejor de nosotros, para que así, cada una de nuestras decisiones, de nuestros actos , de nuestros compromisos, sean para defender la vida . Recordemos que hemos sido instruidos por Jesús  en su modo de obrar, para que sin miedo iniciemos en nuestra vida los cambios necesarios para actuar como El nos lo pide.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 12,14-21, Jesús es fuertemente criticado e interrogado por los fariseos quienes ante sus predicaciones, buscaban a toda costa acabar con Él. 

Dice el texto del Evangelio que "los Fariseos salieron y reunidos confabularon contra Jesús, para matarlo. Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Grandes multitudes lo siguieron, y los sanó a todos. Pero Él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: “Éste es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre Él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre”. Mt 12, 14-21.

A Jesús lo seguía aquellos que la clase religiosa y política marginaba, que vivían angustiados por ser apartados de la sociedad, como también por sus males y enfermedades que sufrían.

Ante tantas amenazas, Jesús nunca se doblegó ni volvió su rostro atrás, no se avergonzó sino que siguió adelante para brindarle a la gente su amor, su misericordia y la esperanza de una vida digna. 

Hermanos, este Evangelio de hoy es un llamado para nosotros que seguimos a Jesús para que adoptemos un estilo de vida al mismo estilo de Jesús; ayudando, socorriendo y reviviendo a todos aquellos que tienen sus vidas prisioneras y amenazadas. Dejemos que sea Él quien nos provoque y nos desafíe a una entrega total por amor a su voluntad. 

Señor, Tú siempre curas, física y espiritualmente, a quien se acercan a ti. Sabiendo de nuestras limitaciones humanas, solo nos pides una muestra pequeña de fe y de esperanza. Concédenos que la extensión de tu Reino sea nuestro ideal que nos inspire, estimule y dirija a los propósitos que deseas para nuestras vidas.

 
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viernes, julio 19, 2024

"Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese"...Is 38.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 19 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

La escena del evangelio de Mateo es sencilla: los discípulos tienen hambre y comen granos de espigas que cogen mientras atraviesan un sembrado; los fariseos se lo echan en cara a Jesús, que les permite arrancar espigas en sábado. Es una de tantas veces que condenan el comportamiento de Jesús o sus discípulos porque violan preceptos religiosos, especialmente lo que no está permitido en sábado. Desde nuestra mentalidad y creencias podemos pensar que es absurda la situación planteada en este texto, pero el trasfondo es grave y nos afecta a todos en alguna medida. Vivimos muchas veces sujetos con cadenas invisibles, como aquel elefante que habían liberado de las ataduras, pero ya no sabía moverse con libertad. Y queremos sujetar a los demás con esas cadenas. ¿Nos atrevemos a ponerles nombres? El problema que tenían con el sábado era la mayúscula. ¿A qué le ponemos mayúscula nosotros? Lo habían convertido en sábado, nombre propio, y lo elevaban como al Señor. Lo que se había establecido para un mejor culto se acaba convirtiendo en objeto de culto, en grilletes, lleno de observancias, que condenan y excluyen a muchos. ¿A quiénes dejamos hambrientos por los caminos? Jesús responde con claridad: os estáis perdiendo lo que es verdaderamente importante. “Aquí hay uno que es más que el sábado”. No quiero sacrificios ni leyes que se convierten en un fin, en afán de control y orden, en vez de liberar.  Porque apagan la misericordia en vuestras vidas, en la religión, en la sociedad, e incluso hacen daño y provocan privaciones, injusticias y miseria.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 12, 1-8, Jesús es muy claro y contundente con los Fariseos cuando estos ven que sus discípulos infringían la Ley. Para ellos era un escándalo arrancar y comer las espigas en sábado porque se violaba el séptimo mandamiento.

Dice el texto del Evangelio que: "Al ver esto, los fariseos le dijeron: “Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado”. Pero Él les respondió: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes? ¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta? Ahora bien, Yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.” Mt 12, 1-6

Llama la atención como Jesús se enfrenta a los fariseos quienes vivían causándole discrepancias  frente a las costumbres religiosas que practicaban. No se trataba de quien o no tenía la razón sino que prevaleciera la Misericordia sobre la observancia ciega de las normas y de las leyes que no tenían nada que ver con el objetivo de la ley como es la práctica del amor.

No podemos olvidar que la Palabra de Dios es el mejor alimento que podemos tener en nuestras manos. Ella, esta ahí en nuestras manos para abrirla, leerla, meditarla y aplicarla.

Este Evangelio de hoy, hermanos, es como esas espigas de trigo que tienen sus granos maduros; ellos están prestos a alimentarnos y saciar nuestra hambre.  Es por ello, que les invito a que saquemos de esta lectura de hoy el mejor de los provechos recordando siempre que Jesús nos lo dice: "Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió". 

Ven, Señor, a socorrernos, y danos un corazón nuevo, un corazón limpio y sincero, un corazón lleno de compasión, Qué sintamos la impotencia del caído y le ayudemos a levantarse. Qué compartamos el dolor del enfermo y le acompañemos. Qué miremos con misericordia al que se equivoca y le enseñemos el Camino. Qué suframos el miedo del cobarde y le animemos. Qué padezcamos la decepción del engañado y le mostremos la Verdad. Qué comprendamos el vacío del violento y le ayudemos a buscar la paz. 

 
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jueves, julio 18, 2024

"El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra"...Salmo 102.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 18 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

Dios no busca un corazón perfecto, busca un corazón dispuesto. La mansedumbre y la humildad no son virtudes muy apreciadas. Hoy abundan los mensajes en las redes que nos animan a destacar para no pasar desapercibidos. Nos animan a sacar brillo a nuestro discreto potencial hasta que cause admiración en otros. Nos animan a ser reactivos, a responder incluso con grosera violencia, a no callar. Nadie se sentiría hoy atraído por la imagen de aquel borreguito que anunciaba el jabón para ropa delicada; sí por la del tiburón de la famosa película de terror. Nada tenemos que demostrar. La confianza nos sitúa correctamente frente a nuestro esfuerzo, lo pone en su sitio, apartándonos de la compulsiva actividad que arrolla a los hermanos. También nos aparta de los agobios, de todas nuestras incertidumbres y de nuestros miedos. No es necesario madrugar ni trabajar hasta muy tarde pues nos basta con vivir la fraternidad de los hijos de Dios, amigos y hermanos en Cristo Jesús. La mansedumbre de Jesús frenó el avance de la violencia y de la injusticia, y el pecado dejó de campar a sus anchas. Jesús confió y no fue abandonado. Descansó en los brazos del Padre como nos pide hoy descansar en su pacífico corazón a todos nosotros. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 28-30 nos muestra un profundo mensaje de Jesús sobre la liberación de las leyes y de la vida, pues su yugo, debilita y esclaviza.

Hablándole a la gente les dice: "Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". Mt 11, 28-30.

Jesús se ofrece como un yugo suave y ligero para quien ama y trabaja sin cansancio por las cargas diarias que los agobian. Y ello lo hace porque veía que muchas personas eran sometidas a prácticas religiosas asfixiantes que los llevaban a vivir una vida insoportable llena de temor e incertidumbre que les paralizaban el espíritu. 

Entonces Jesús les exhorta a tomar su yugo, es decir, su doctrina, y les invita a vivir sus enseñanzas y que se dejen instruir por Él.

Hermanos, este Evangelio de hoy es una invitación a que reflexionemos y  encontremos una frecuente intimidad con Jesús quien quiere sanar todas nuestras heridas. Él también, nos quiere hacer partícipes de su vida y así, experimentar el gozo de la Santísima Trinidad. 

Pregúntate: ¿Siento en mi el gozo de seguir los pasos de Jesús? ¿Me siento agotado frente a tantas situaciones diarias  que vivo?

Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. Salmo 61

 
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miércoles, julio 17, 2024

"El Señor no rechaza a su pueblo"...Salmo 94

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 17 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

Jesús reza, da gracias por las maravillas que el Padre hace en el corazón de los sencillos. Hoy Dios sigue haciendo milagros en la vida de muchas personas. Sólo a través de Jesús podemos conocer a Dios; y sólo conociendo y amando a Dios podemos ser felices. En cualquier momento y circunstancia podemos encontrar a Jesús, pero hay “lugares” donde su presencia es como más densa: la Eucaristía, su Palabra, los pobres, la comunidad cristiana. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 25-27, Jesús alaba a su Padre-Dios por haberle dado a conocer las verdades del Reino a quienes viven en humildad de corazón, la gente sencilla, aquella que no hace cálculos para seguirle y demuestran que han encontrado el verdadero sentido a la vida. 

Dice el texto del Evangelio que Jesús exclamó con voz fuerte: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar". Mt 11, 25-27.

Que reconocimiento grande hace Jesús a los más pequeños, los hombres humildes quienes a los ojos de Dios son grandes. 

Y miren, a esas personas que se creen con autosuficiencia y no hacen el menor esfuerzo para comprender la Palabra, Dios les oculta su Reino. Jesús así les dice:, somos afortunados porque de Jesús hemos recibido esta revelación, por tanto, nos corresponde a nosotros responder a todo lo que Dios nos ha dado y nos conceda dejándonos llevar por su amor. No te desanimes sino que toma fuerza porque el Espíritu Santo no dejará que dejes de avanzar. 

Gracias, Padre, por el don de la fe que nos lleva a buscarte humildemente en la oración. A través de ella buscamos la fuerza de voluntad para vivir auténticamente. Te amamos con todo nuestro corazón y con toda nuestra mente. Confíanos plenamente en que nos mostrarás el camino para conocer la voluntad de Dios.
 
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