viernes, julio 19, 2024

"Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese"...Is 38.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 19 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

La escena del evangelio de Mateo es sencilla: los discípulos tienen hambre y comen granos de espigas que cogen mientras atraviesan un sembrado; los fariseos se lo echan en cara a Jesús, que les permite arrancar espigas en sábado. Es una de tantas veces que condenan el comportamiento de Jesús o sus discípulos porque violan preceptos religiosos, especialmente lo que no está permitido en sábado. Desde nuestra mentalidad y creencias podemos pensar que es absurda la situación planteada en este texto, pero el trasfondo es grave y nos afecta a todos en alguna medida. Vivimos muchas veces sujetos con cadenas invisibles, como aquel elefante que habían liberado de las ataduras, pero ya no sabía moverse con libertad. Y queremos sujetar a los demás con esas cadenas. ¿Nos atrevemos a ponerles nombres? El problema que tenían con el sábado era la mayúscula. ¿A qué le ponemos mayúscula nosotros? Lo habían convertido en sábado, nombre propio, y lo elevaban como al Señor. Lo que se había establecido para un mejor culto se acaba convirtiendo en objeto de culto, en grilletes, lleno de observancias, que condenan y excluyen a muchos. ¿A quiénes dejamos hambrientos por los caminos? Jesús responde con claridad: os estáis perdiendo lo que es verdaderamente importante. “Aquí hay uno que es más que el sábado”. No quiero sacrificios ni leyes que se convierten en un fin, en afán de control y orden, en vez de liberar.  Porque apagan la misericordia en vuestras vidas, en la religión, en la sociedad, e incluso hacen daño y provocan privaciones, injusticias y miseria.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 12, 1-8, Jesús es muy claro y contundente con los Fariseos cuando estos ven que sus discípulos infringían la Ley. Para ellos era un escándalo arrancar y comer las espigas en sábado porque se violaba el séptimo mandamiento.

Dice el texto del Evangelio que: "Al ver esto, los fariseos le dijeron: “Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado”. Pero Él les respondió: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes? ¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta? Ahora bien, Yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.” Mt 12, 1-6

Llama la atención como Jesús se enfrenta a los fariseos quienes vivían causándole discrepancias  frente a las costumbres religiosas que practicaban. No se trataba de quien o no tenía la razón sino que prevaleciera la Misericordia sobre la observancia ciega de las normas y de las leyes que no tenían nada que ver con el objetivo de la ley como es la práctica del amor.

No podemos olvidar que la Palabra de Dios es el mejor alimento que podemos tener en nuestras manos. Ella, esta ahí en nuestras manos para abrirla, leerla, meditarla y aplicarla.

Este Evangelio de hoy, hermanos, es como esas espigas de trigo que tienen sus granos maduros; ellos están prestos a alimentarnos y saciar nuestra hambre.  Es por ello, que les invito a que saquemos de esta lectura de hoy el mejor de los provechos recordando siempre que Jesús nos lo dice: "Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió". 

Ven, Señor, a socorrernos, y danos un corazón nuevo, un corazón limpio y sincero, un corazón lleno de compasión, Qué sintamos la impotencia del caído y le ayudemos a levantarse. Qué compartamos el dolor del enfermo y le acompañemos. Qué miremos con misericordia al que se equivoca y le enseñemos el Camino. Qué suframos el miedo del cobarde y le animemos. Qué padezcamos la decepción del engañado y le mostremos la Verdad. Qué comprendamos el vacío del violento y le ayudemos a buscar la paz. 

 
posted by Laureano García Muentes at 5:23 a.m. | Permalink |


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