"Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación"...Salmo 85.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Domingo 14 de Julio del 2024
INTRODUCCION:
“Jesús
llama a los Doce y los envía”: primero llama, después envía. Escuchar la
“llamada” es el punto de partida. Cada llamada es única, irrepetible. Jesús no
busca “empleados” o “funcionarios”: sino personas dispuestas a colaborar en su
misión y disponibles para ser enviadas donde Él mande.
En el Evangelio de hoy tomado de Mc 6, 7-13, Jesús escoge a sus doce discípulos y los envía de dos a la misión de predicar y liberar a hombres y mujeres de los espíritus impuros.
Él les dice: "Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”. Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y sanaron a numerosos enfermos, ungiéndoles con óleo". Mc 6, 7-13.
La misión que les encarga Jesús a sus discípulos es la de llamar a la Conversión y realizar la Misericordia con todos. Él quiere que su mensaje llegue a todos los lugares del mundo ya que no lo hemos recibido para guardarlo en nosotros sino para compartirlo con todos. Eso es ser Misioneros.
Él nos confiere poderes cosa que nos ha de animar, puesto que cada vez que nos hacemos partícipes de su mensaje perdemos el miedo, no viviremos preocupados si estamos o nó preparados en teología o porque las palabras que salgan de nuestras bocas llevaran la fuerza del Espíritu Santo con todos sus carismas.
Pregúntate: ¿Siento que soy Apóstol de Jesús?, ¿Participo en apostolados para compartir el mensaje del amor a la gente?
Señor, nos damos cuenta que todo lo que nos pides es un simple ‘sí’, un simple acto de confianza para que, de ese modo, la elección que tú nos haces dé frutos en mi vida. No queremos estar tan ocupado con nuestra forma de vivir, solo en planes y proyectos, en nuestros parientes, amigos y conocidos; que no nos demos cuenta siquiera de que Tú estás con nosotros, más cerca que ningún otro. No queremos ser ciegos a los gestos de tu amor, ni sordos a las palabras amorosas que vienen de tu boca. Queremos verte cuando caminas con nosotros y escucharte cuando nos hablas.