sábado, julio 06, 2024

"Dios anuncia la paz a su  pueblo "...Salmo 85

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 6 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

¡Cuánto cuesta abrirse a la novedad! Somos "animales de costumbres", vivimos en una sociedad que cambia mucho por fuera y poco por dentro. Dios nos invita a vivir la novedad de cada día, de cada momento, de cada persona, de cada experiencia...Jesús es el vino nuevo de Dios. Y necesita odres nuevos, corazones nuevos, vidas nuevas. Es un vino que transforma la cabeza, el corazón, la mirada, la voluntad, el comportamiento... ¿Hoy quiero dejarme cambiar por Jesús? ¿tengo confianza en él? ¿o prefiero seguir con la rutina, los agobios y la insatisfacción de cada día? El vino nuevo de Jesús necesita también un mundo nuevo, El, trae consigo un mundo nuevo y nos da fuerza para trabajar por ese mundo nuevo. Deja por un momento tu mente calculadora e imagina como sería un mundo nuevo en cualquier pais del mundo o en tu país, en tu pueblo o ciudad, en tu familia...Dios quiere un mundo nuevo donde todo vivamos la unión fraterna y el amor. Con Él nada es imposible.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 9, 14-17 Jesús le habla a los discípulos de Juan Bautista sobre lo Nuevo y lo viejo en una discusión sobre el ayuno.

Y ello se origina cuando estos se le acercaron y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?”. Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!” Mt 9, 14-17

Hermanos, con la llegada de Jesús se inicia un tiempo nuevo y novedoso, donde lo viejo no puede existir porque Él hace nuevas todas las cosas.

La llegada del nuevo tiempo tiene que ver con  su presencia entre nosotros y así se lo explica utilizando unas imágenes, que como ejemplo, les aclara lo que da sentido al ayuno.

Y es que su presencia entre nosotros es Fiesta donde todos, sin excepción, estamos invitados y nadie puede estar excluido. Allí, el amor, la misericordia, el perdón, el bien común serán los platos principales para el compartir. 

Pidámosle al Señor a través del Espíritu Santo que nos regale permanentemente la alegría y podamos gozar del gozo de su Resurrección.

Señor, enséñanos a llevar el vino nuevo de la justicia y del amor a nuestro mundo. Perdona y cura nuestra falta de compromiso. Te damos gracias por las personas que se dejan transformar por ti y son testigo en el mundo de tu bondad. Haznos odres nuevos, para seguir el camino que nos señalas.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:27 a.m. | Permalink |


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