"El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra"...Salmo 102.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Jueves 18 de Julio del 2024
INTRODUCCION:
Dios no busca un corazón perfecto, busca un corazón dispuesto. La mansedumbre y la humildad no son virtudes muy apreciadas. Hoy abundan los mensajes en las redes que nos animan a destacar para no pasar desapercibidos. Nos animan a sacar brillo a nuestro discreto potencial hasta que cause admiración en otros. Nos animan a ser reactivos, a responder incluso con grosera violencia, a no callar. Nadie se sentiría hoy atraído por la imagen de aquel borreguito que anunciaba el jabón para ropa delicada; sí por la del tiburón de la famosa película de terror. Nada tenemos que demostrar. La confianza nos sitúa correctamente frente a nuestro esfuerzo, lo pone en su sitio, apartándonos de la compulsiva actividad que arrolla a los hermanos. También nos aparta de los agobios, de todas nuestras incertidumbres y de nuestros miedos. No es necesario madrugar ni trabajar hasta muy tarde pues nos basta con vivir la fraternidad de los hijos de Dios, amigos y hermanos en Cristo Jesús. La mansedumbre de Jesús frenó el avance de la violencia y de la injusticia, y el pecado dejó de campar a sus anchas. Jesús confió y no fue abandonado. Descansó en los brazos del Padre como nos pide hoy descansar en su pacífico corazón a todos nosotros.
El Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 28-30 nos muestra un profundo mensaje de Jesús sobre la liberación de las leyes y de la vida, pues su yugo, debilita y esclaviza.
Hablándole a la gente les dice: "Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". Mt 11, 28-30.
Jesús se ofrece como un yugo suave y ligero para quien ama y trabaja sin cansancio por las cargas diarias que los agobian. Y ello lo hace porque veía que muchas personas eran sometidas a prácticas religiosas asfixiantes que los llevaban a vivir una vida insoportable llena de temor e incertidumbre que les paralizaban el espíritu.
Entonces Jesús les exhorta a tomar su yugo, es decir, su doctrina, y les invita a vivir sus enseñanzas y que se dejen instruir por Él.
Hermanos, este Evangelio de hoy es una invitación a que reflexionemos y encontremos una frecuente intimidad con Jesús quien quiere sanar todas nuestras heridas. Él también, nos quiere hacer partícipes de su vida y así, experimentar el gozo de la Santísima Trinidad.
Pregúntate: ¿Siento en mi el gozo de seguir los pasos de Jesús? ¿Me siento agotado frente a tantas situaciones diarias que vivo?
Sólo en Dios descansa mi
alma, porque
de él viene mi salvación; sólo
él es mi roca y mi salvación, mi
alcázar: no vacilaré. Descansa
sólo en Dios, alma mía, porque
él es mi esperanza; sólo
él es mi roca y mi salvación, mi
alcázar: no vacilaré. Salmo 61