sábado, julio 27, 2024

"¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos"...Salmo 84.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 27 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

A todos nos gustaría que en el mundo y en cada hombre solo existiese el bien y nunca el mal. ¿No es así? Hoy la parábola del Trigo y la Cizaña nos muestra la realidad que todos experimentamos. Dos realidades que son opuestas en nuestro corazón: El bien y el mal. Nos preguntamos entonces: ¿Cómo nos debemos enfrentar a esta realidad? Una vez más, debemos acudir a Jesús que predica y nos anuncia la llegada del reino de Dios, al que nos pide que nos apuntemos. Debemos aceptar ese regalo que el mismo Dios nos hace, dejarle a él ser el Rey y Señor de nuestro corazón, de nuestra vida, el que rija y dirija nuestros pensamientos y acciones. Desde aquí hemos de enfocar nuestra vida, haciendo de ella una lucha del bien contra el mal, porque el mal es lo que nos hace daño a nosotros y los demás. Teniendo a Dios como nuestro Rey, y sabiendo que Dios es Amor, nos impulsará a que el amor, el  bien más excelso, sea lo que nos mueva en todas nuestras acciones y que, al mismo tiempo, sea la finalidad de todo lo que hagamos. Todo en nosotros ha de partir del amor y ha de buscar amar, amar a Dios, a nuestros hermanos y a nosotros mismos. Eso fue lo que hizo Jesús, en todo momento, se dejó llevar por el amor. “Os he dado ejemplo para que vosotros hagáis otro tanto”. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 24-30 Jesús propuso  a la gente la Parábola  del Trigo y la cizaña así: El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron:  “Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?”.  Él les respondió:  “Esto lo ha hecho algún enemigo”.  Los peones replicaron:   ¿Quieres que vayamos a arrancarla?” “No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero”. Mt 13, 24-30. 

Jesús quiso explicarle a la gente como es la convivencia en el mundo del bien y del mal. Él anuncia que en medio de ese misterio de convivencia Dios es paciente y tolera como Buen Padre dándonos la oportunidad de descubrir que se hace necesario convertirnos para arrancar con sus gracias el mal que como cizaña daña la buena cosecha. 

Hermanos, el corazón del hombre es un campo abierto y el Señor busca sembrar su bondad y su amor, pero ojo, el maligno  también tiene sus intenciones. Él quiere sembrar las semillas de las pasiones desordenadas y tratar de confundir la verdadera siembra. Entonces, Jesús nos presenta que tenemos que actuar con firmeza y mediante la Oración y la Contemplación podremos  estar vigilantes para que esas cizañas no germinen y no ahogue la buena semilla. 

Pidámosle al Señor que también nos llene de paciencia y comprensión ante nuestras debilidades . Que nos llene de valor y fuerzas para ser capaces de arrancar toda cizaña que disimuladamente hemos dejado crecer en nuestras vidas.

Ayúdanos, Padre, a aceptarnos del todo, a reconocer nuestras deficiencias, a alegrarnos de nuestras cualidades personales y únicas, a desarrollar contigo todo el potencial inmenso que has puesto en cada uno, a animar a que otros también desarrollen el suyo. Enséñanos, Padre, a perdonarnos los errores, a convivir con nuestras incoherencias, a ser misericordiosos con nuestra naturaleza humana para así serlo aún más con los otros hermanos, que también llevan el peso de su propia fragilidad y maravilla.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:29 a.m. | Permalink |


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