viernes, julio 26, 2024

"El Señor nos guardará como pastor a su rebaño"...Jerusalén 31

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 26 de Julio del 2024

INTRODUCCION:

Jesús predicaba con parábolas, las cuales son enseñanzas que las comparaban con la vida cotidiana. Esto permitía que su audiencia u oyentes pudieran comprender el mensaje. El hablaba de esa manera, pero muchos no oían, ni veían, ni entendían por tener el corazón cerrado; y por más que Jesús les hablaba, les explicaba, les tenia paciencia y los invitaba a la conversión del corazón, ellos seguían en la suyas. Jesús contrasta su mensaje con la siembra de semillas. Para realizar esta actividad agrícola, el sembrador amarra una canasta en su cintura para tener las manos libres. Ara la tierra, surca la tierra, abona la tierra, la prepara y luego esparce las semillas por todo el campo. Luego debe regar la tierra para esperar el fruto deseado.  Hoy Jesús nos invita a mirarnos por dentro: a dar las gracias por nuestro terreno bueno y a seguir trabajando sobre los terrenos que todavía no son buenos. Preguntémonos si nuestro corazón está abierto a acoger con fe la semilla de la Palabra de Dios y si nuestras piedras de la pereza son todavía numerosas y grandes. Encontremos el valor de hacer una buena recuperación del suelo, una bonita recuperación de nuestro corazón. Jesús, buen sembrador, estará feliz de cumplir un trabajo adicional: purificar nuestro corazón, quitando las piedras y espinas que asfixian sus Palabras.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 18-23, Jesús utilizando la Parábola del Sembrador quiere prevenir a sus discípulos sobre los peligros que amenazan la Fe, ya que el maligno lleva al hombre a la superficialidad, la inconstancia y a las riquezas superfluas.

Él les dice: "Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: éste es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta enseguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Éste produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno". Mt 13, 18-23.

Jesús quería dejar una motivación a sus discípulos: Que vivieran siempre preocupados en ser buenos terrenos para que cuando caiga la semilla de sus Palabras se engendren, nazca y crezca en excelentes condiciones y produzca frutos abundantes. 

Está parábola del Sembrador nos brinda muchas enseñanzas transformadoras porque de la forma como recibimos y vivimos la Palabra de Dios en nuestras vidas seremos terrenos fértil y produciremos el ciento por uno de la cosecha. 

Miremos,  el Sembrador representa a Dios, quien siembra su Palabra en diferentes tipos de suelos. Ese suelo, simbolizan los corazones de las personas. Cuando se habla de ese suelo junto al camino este, representa a aquellos que escuchan la Palabra pero, al no entenderla, el maligno viene y roba lo que se sembró en sus corazones. Esto nos enseña la importancia de buscar comprensión en lo que escuchamos para que la semilla de la Palabra se pueda arraigar en nosotros.  Esto nos insta a reflexionar sobre la necesidad de cultivar una fe sólida en la Palabra de Dios, para perseverar a pesar de los desafíos que puedan surgir en nuestras vidas.

Esta parábola nos desafía a priorizar nuestra relación con Dios sobre las preocupaciones mundanas y a mantener un enfoque claro en las cosas eternas, permitiendo que Dios transforme nuestras vidas y se refleje en las acciones diarias, para así, dar frutos abundantes que glorifiquen a Dios.

Señor, No permitas que las distracciones nos arrebaten lo que quieres revelarnos. danos tu gracia para tu semilla de amor se multiplique en nuestras vidas y seamos buenos sembradores de ella en el mundo.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:27 a.m. | Permalink |


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