No podemos negarnos en descubrir todo lo bueno que hay en nosotros, ni mucho menos dejarnos convencer por esos conceptos que otros utilizan para perjudicarnos y señalarnos como no valiosos.

A pesar de nuestros problemas y dificultades que vivimos, Dios nunca nos deja solos, Él está allí dándonos alientos, ganas y energías para resolver todo lo que nos preocupa y no nos deja ser felices.

Es importante que hoy experimentemos la fuerza del amor de Dios y sintamos que estamos siendo amados y llamados a ser felices, por Él. A que vayamos descubriendo todas las cosas buenas que poseemos en nuestras vidas sin negarnos a nada, ni mucho menos a mirarnos desde la perspectiva de las preocupaciones que poseemos, que como cadenas, nos atan y no nos dejan mover.

No digamos que nada de lo que tenemos es bueno, porque eso no es verdad, nuestras miradas nos pueden estar engañando. Es posible que estemos mirando las cosas desde unas bases movedizas: de las preocupaciones que poseemos.

La verdad está en creer y estar seguros de que Dios se hace presente en cada una de nuestras dificultades.

Si, Él nos está bendiciendo en cada paso que demos; por ello, hoy es importante que las miremos, las observemos y nos apropiemos de ellas, dándole gratitudes a ese Padre - Dios tan bueno y generoso para con nosotros, quien nos inyecta de buen animo para que continuemos sin afán la lucha diaria.

Hoy es día para que actuemos con toda humildad y sinceridad en la toma de nuestras propias decisiones; y con los oídos sordos nos neguemos a escuchar esos malos consejos que aturden nuestras vidas y que viene de aquellos que dicen querernos. Y con la frente bien en alto sigamos caminando de la mano del Señor por la vida sin dejarnos vencer por nadie ni por nada. ¡Tengamos animo! Y que nuestra alegría sea ese sentimiento que nos haga compartir cada vez más nuestra vida con los demás.

SEÑOR, GRACIAS PORQUE HOY OTRA VEZ NOS HACES TOMAR CONCIENCIA DE TU PRESENCIA Y DE TODO ESE AMOR QUE NOS TIENES.

Señor, queremos DARTE LAS GRACIAS, por que ésta mañana cuando nos despertamos sabíamos dónde estaban nuestros hijos y toda la familia. Por que ésta mañana la casa seguía en pie y yo, no lloraba por mi esposo(a), mis hijos o mis hermanos, como sucedió ese día en esas poblaciones de Haití que fueron afectadas por el sismo, cuando con mucho dolor veíamos sacar debajo de esas pilas de concreto muchos cuerpos de nuestros hermanos Haitianos, sepultados.

Gracias Señor, por que ésta mañana yo pude tomarme un vaso con agua y pude encender la luz en medio de la oscuridad que reinaba a mi alrededor. Por que hoy me pude bañar y salir a mi trabajo diario. Gracias Señor por que tengo vida al lado de los míos y de todos mis amigos y vecinos, pero sobretodo hoy te doy gracias y te agradezco con todo mi corazón por que estoy con vida y puedo llorar y ser una voz de aliento por ese pueblo tuyo que vive tanta calamidad.

Señor te suplico hacer de lo imposible, lo posible. Solo tu puedes convertir la oscuridad en luz; hoy te pido que le des fuerza a las madres de muchos niños desamparados y que tu paz sobrepase todo entendimiento. Señor sé que tu lo puedes. Permite que las gentes trabajen en las aperturas de las calles para que así puedan llegar a los sitios más afectados, la ayuda que llega de muchos países y lugares del mundo.
Que tus bendiciones y gracias nos llene de capacidades para proveer de doctores, enfermeras, comida, agua y todo lo que ellos necesiten.

En esta mañana Señor te pedimos por todos aquellos que han perdido los miembros de su familia, dales la paz, dales esperanza y coraje para seguir viviendo.
Protege a tantos niños huérfanos con tu poder y permite que muchas sean las familias bondadosas que los acojan en su lecho y así, puedan seguir desarrollándose y luchando por vivir.

Señor, todo esto te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo; y el Espíritu Santo.
Amén.

Todos los días nos enfrentamos a muchas dificultades, la vida es así, los hombres vivimos en medio de ellas, con tristezas y dolores.
Muchas de ellas parecen ser más fuertes que otras y hasta nos amenazan con dejarnos solos, sin sentido y frustrados para siempre.

Somos muchos hombres los que queremos evadir las dificultades, y recurrimos a tomar actitudes cobardes o simplemente nos resguardándonos en posiciones fanáticas que nos hacen creer que con el uso de algunos talismanes, se nos irán borrarando para siempre.

Dios es la fuerza para vencer las dificultades, por ello, todos tenemos la necesidad urgente de buscarlo, de entregarle nuestro corazón y dejar que sea Él, quien desde dentro de nosotros, actúe y nos ayude a encontrar las fuerzas y salidas para vencer las incertidumbres y las dificultades.

Es Dios quien actúa en nuestros corazones y en todo nuestro ser, dándonos lo que necesitamos para batallar y pelear, haciéndole frente sin miedo, a cualquier situación adversa.

Hoy ha de ser un día de victoria para todos nosotros, en este día, podremos vivir con toda pasión abriendo nuestros corazones al Señor, aceptándolo como Dios que nos ilumina nuestro sentido de vivir.

No nos detengamos un solo instante a pensar en nuestras preocupaciones y dificultades, la vida hay que vivirla con alegría, con entusiasmo, siempre pensando en Dios.

Nunca dependamos de esas palabras lindas que nos dicen otras personas, ni de esos comentarios de aquellos que dicen amarnos. Recordemos, que dentro de nosotros está Jesús vivo y que de Él, emergen todas las fuerzas que necesitamos para vencer y ser felices.

Entreguémonos a Dios si vacilaciones y dejemos que su amor misericordioso para con nosotros, sane las heridas y nos disponga a salir más que vencedores frente a toda batalla de la vida. Recordemos siempre: La victoria es parte de Dios.

SEÑOR, TE AMAMOS Y CONFIAMOS EN TI, ESTAMOS SEGUROS QUE NOS LLENAS DE FUERZAS Y SALUD PARA SEGUIR EN PAZ.

Nadie es perfecto. Necesitamos del equilibrio en nuestras vidas y la capacidad de reconocer lo que se hace mal, teniendo como base la humildad, para ser felices.

Ser concientes de todas las capacidades que poseemos y creer firmemente en Dios, nos ayuda a reconocer que Dios no nos hace unas basuras sino que somos personas que amamos y compartimos la vida con los demás de una manera diferente.

Todos poseemos deficiencias, pero que podemos superar en la medida que trabajemos sobre ellas.

Veamos un caso muy singular. En todos los grupos sociales las actitudes de sobrarse de algunos de sus miembros se vuelven un problemas y hasta crean distanciamientos. Cualquiera de nosotros que se apreste a vivir con otros, tiene que aceptar que quien está al frente del grupo, tiene tantas cualidades y dificultades como todos.

Normalmente los seres humanos nos complementamos a partir de nuestras singularidades y con ellas podemos enriquecernos los unos a los otros, por ello, se nos hace necesario y muy oportuno que nos vayamos descubriendo mutuamente para así, construir unas buenas relaciones en el ámbito familiar, de trabajo, de amistad o de pareja, que sean ideales y sirvan de testimonio hacia los demás, donde prime el compartir, la ayuda mutua y no la competencia.

Amar es la clave de todo. Solo ama de verdad quien asume la vida bajo la clave primordial de la humildad.

Miren, la peor actitud que puede asumir una persona es convivir y trabajar con otros de manera prepotente. Esas actitudes enmudecen y nos convierten en sordos, injustos e inseguros frente a los demás.

Esos que se creen superiores a los demás fingen y frente a ellos se colocan una mascara llena de actitudes y comportamientos hipócritas que lo hacen rechazar y distanciar de todos aquellos con quien se relaciona, convive y comparte su vida. Esas personas por lo general terminan su vida, solos y marginados.

Hoy los invito a que nos coloquemos en las manos de nuestro Salvador y con mucha humildad nos reconozcamos sordos frente a muchas actitudes que van en contra del convivir fraterno, de la paz y de la solidaridad; y con actitudes de cambio, nos propongamos a vivir de manera diferente frente a la indiferencia, siendo testigos del amor de Dios.

SEÑOR, BENDICENOS Y DANOS TU PAZ PARA RECUPERAR TODAS LAS FUERZAS GASTADAS.

Tengamos la certeza y no dudemos un solo instante que Dios está con nosotros en todos y cada uno de los momentos de nuestra vida y que solo Él, es quien lo puede todo.

Somos tan pequeños para reconocer la extraordinaria grandeza de Dios, pero por esa circunstancia no nos debemos sentir apocados ni mucho menos temerosos para acogernos a Él. Tengamos la certeza y la absoluta confianza de que Dios nos protege y nunca nos abandona.

Reconocemos que somos débiles, pero dentro de nuestro corazón sentimos la fuerza de Dios que nos estremece, nos fortalece y prepara para enfrentar todas las situaciones de la vida. Cada día y a cada momento estamos siendo ayudados por el amor infinito de Dios.

Esa certeza ha de gobernar nuestros corazones. Por ello hoy te invito a que dejemos a un lado el miedo que carcome la fe y sin vacilar, alcemos la mirada, nos levantemos e iniciemos un nuevo camino, con paso firme y decidido, sin nada de temor, colocando toda nuestra confianza en Dios, creyendo y esperando en su acción poderosa.

El Profeta Isaías nos invita a tener la seguridad y la absoluta confianza en Dios, cuando nos dice en su texto 41.14: “El Señor afirma: Israel, pueblo de Jacob, por pequeño que seas, no tengas miedo; yo te ayudo. Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu redentor”

Hoy es un día de gracia y de bendiciones, Dios nos está invitando a que tengamos confianza en Él, a que lo reconozcamos como nuestro Padre, Maestro y Guía. Él siempre está a nuestro lado, nunca nos abandona y junto a nosotros va ayudándonos a construir la vida en medio todas las circunstancias. Por ello, es el momento de sentirnos en sus manos y amados por Él.

Los invito a que repitamos juntos está pequeña oración de acción de gracias que hoy preparé:

Gracias Señor por permitirnos estar aquí de nuevo frente a ti. Traemos en nuestras espaldas todas las experiencias vividas. Traemos ante ti los aciertos y equivocaciones. Hoy aquí, juntos, como tus hijos, te queremos presentar nuestros sueños y esperanzas en este nuevo año. Permítenos experimentar tu inmenso y tierno amor y sanar todas nuestras heridas.

SEÑOR, TU ERES BUENO Y MISERICORDIOSO, PERMITE QUE COLOQUEMOS NUESTRAS VIDAS EN TUS MANOS.

Todos sin excepción tenemos las cualidades necesarias que Dios nos regala para construir ese proyecto de vida que hemos soñado; solo con Él, somos capaces de lanzarnos con pasión a realizar ese sueño que siempre hemos imaginado y que machaca nuestras mentes.

Tenemos que creer en Dios y ser optimistas. Creer en nosotros mismos significa hacer que todo sufrimiento que vivamos sea una experiencia más y no algo definitivo. Por ello, no dejemos que nada ni nadie nos convenza de que no somos capaces de triunfar y que todo esfuerzo que hagamos será imposible para superar esas frustraciones y decepciones que hemos vivido.

Somos triunfadores y esta frase la tenemos que repetir con insistencia para generar actitudes en nosotros mismos que demuestren que somos así. De verdad, la vida nos necesita seguros de si mismo, pero humildes, sencillos y llenos de seguridad.
Esa certeza nos ha de acompañar a cada momento y ha de ser como un motor que nos ha de impulsar hacia delante.

Triunfador no es aquel que todo lo gana, que nunca pierde. No nos equivoquemos. Triunfador es aquella persona que se mantiene consistente y coherente en la vida tratando de alcanzar los objetivos que se ha propuesto aún en medio de las dificultades y las adversidades.

Un triunfador no es aquel que espera que un día, al final de la competencia, le levanten las manos, ni lo feliciten unos periodistas y lo elijan el competidor del año. ¡No! Es aquel que se llena de satisfacción por haber realizado todo correctamente y de haber alcanzado las metas que se propuso realizar.

Que bueno sería que hoy nos propusiéramos a revisar todos esos comportamientos que hemos tenido frente a todas esas dificultades vividas y que nos han opacado las ganas de triunfar; y con la mirada puesta en Dios, con fe y mucha confianza en Él, nos propongamos a cambiar. Si, a cambiar nuestras actitudes y comportamientos en este nuevo año 2.010 que apenas se inicia.

Que todos nuestros propósitos estén encaminados ha ser diferentes frente a todo, a no tener miedo, a no creer que somos incapaces de seguir la lucha y que no iremos a tirar la toalla, abandonando todo lo que hemos venido trabajando dentro de ese, nuestro proyecto de vida.

SEÑOR, SE TU NUESTRA GUÍA Y NUESTRA ESPERANZA DÍA A DÍA, AYUDANOS A SUPERAR TODAS NUESTRAS DIFICULTADES