"¡Qué deseables son tus moradas, Señor!"...Salmo 84.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Viernes 13 de Septiembre del 2024
En el Evangelio de hoy tomado de Lc 6, 39-42, Jesús enseña a sus discípulos a ir más allá de lo que los otros hacen, y utilizando una parábola les enseña: "«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es superior a su maestro, pero, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la paja que llevas en el ojo”, cuando no adviertes la viga que llevas en el tuyo. !Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano". Lc 6, 39-42.
Hermanos, muchos somos los que hemos tomado acciones inhumanas que nos avergüenzan frente a Dios. Si, hemos venido caminando desorientados en busca de la verdad y mal entendemos las cosas y deformadas con otros sentidos las damos a conocer a otros.
Lo peor de todo esto, es que hacemos relevancia a la justicia, la paz y la moral con tanta ceguera que transmitimos cosas que son imposibles de practicar o defender y desorientamos también a otros hasta incluso, desatar enemistades.
Hoy Jesús nos está invitando a que cuándo busquemos apoyar o ayudar a otros, no lo hagamos sin bases claras y a conciencia de la realidad, para así evitar caer en malas orientaciones que conlleven a otros a que tomen nuestros errores, defectos y pecados como base para realizar sus vidas y aspiraciones.
Jesús desea que cuando nos acerquemos a otros en pos de ayudarles, lo hagamos con respeto, humildad y deseo de hacer el bien.
Jesús no niega el ejercicio de las críticas, antes por el contrario, las recomienda, pero, ojo: nos indica en qué condiciones las debemos hacer. Si queremos juzgar a otros a conciencia, veámonos primero nuestros errores y no los comparemos con los que tienen las otras personas; más bien, comparémoslos con lo que Dios quiere de nosotros.
Señor, ayúdanos a ver claro. Danos fuerza para cambiar. Perdona nuestra hipocresía. Ilumina nuestro entendimiento y corazón con la luz de tu Verdad y de tu Amor, para que nos hagas cada día más sensible al mal que hay en nosotros. Te damos gracias por tu compañía, por tus enseñanzas, por tu fuerza.