martes, septiembre 03, 2024

"El Señor es justo en todos sus caminos"...Salmo 145

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 3 de Septiembre del 2024

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 4, 31-37 podemos apreciar como la presencia de Jesús inquieta e incomoda no sólo a sus coterráneos sino también a los espíritus inmundos. 

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.  En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño.  El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: “¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!”. Y su fama se extendía por todas partes en aquella región". Lc 4, 31-37.

Como lo leemos en este Evangelio, un hombre poseído por un espíritu impuro, es decir, con una manera de pensar diferente que lo llevan a ser señalado con una ideología ajena y distinta, sorprende a la gente y a Jesús cuando grita: "¿Que quieres de nosotros, Jesús Nazareno?, ¿Has venido para acabar con nosotros?. Ya se quien eres: El Santo de Dios". Jesús le respondió con autoridad: "¡Cállate y sal de ese hombre!" El demonio salió y lo arrojó al suelo. 

Hermanos, este Evangelio de hoy nos motiva a actuar como lo hizo Jesús, anunciando el Reino de Dios en todo lugar sin lazos afectivos ni intereses que nos hagan perder nuestra identidad y nuestra verdadera manera de pensar y actuar. 

Para los seguidores de Jesús de Nazaret, la vida se plantea como un reto en el que se nos invita a nadar contracorriente en más de una ocasión. Pisar siempre el terreno del bien, no es nada fácil. Por ello, la pregunta del que está poseído: ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? Nos lleva al interior de nuestro ser, para que en actitud contemplativa y a la luz del Espíritu Santo, seamos capaces de descubrir la pobreza de nuestra vida, las faltas de coherencia, las faltas de fidelidad, la falta de fe y de confianza en tantas ocasiones, la resistencia interna que pongo a mirar hacia lo divino y volar más alto de lo que la miseria humana me dicta. 

Recordemos que los endemoniados andan por el mundo temerosos a la verdad y buscan argumentos para que tú y yo no escuchemos la Palabra y nos desviemos del camino que Dios nos ha señalado. 

No nos apartemos de la Palabra pues ella nos ayuda a ser fuertes a los malos vientos y a renovar la esperanza.  

Señor Jesús, te queremos y te damos gracias por todo lo que haces por nosotros. A pesar de tus innumerables muestras de amor, no es extraño que convirtamos nuestra oración en un pliego de peticiones que nada tienen que ver con nuestra vida de gracia y de fe. Hoy tenemos una actitud diferente: sin ataduras ni condiciones y nos ponemos a tu disposición confiando plenamente en tu voluntad. Danos la gracia de saber orar y que con tu gracia seamos capaces de purificar nuestros corazones para que desaparezca todo lo que nos aparta de Ti.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:41 a.m. | Permalink |


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