domingo, agosto 25, 2024

"Gustad y ved qué bueno es el Señor"...Salmo 34.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 25 de Agosto del 2024

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6, 60-69, Jesús con la enseñanza causa entre sus seguidores un efecto impactante lo que ocasionó que muchos se volvieran atrás y no siguieran recorriendo el camino junto a Él. 

Dice el texto del Evangelio que: "Después de escuchar la enseñanza de Jesús, muchos de sus discípulos decían:“¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?”. Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: *“¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen”. En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y agregó: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede”. Jn 6, 60-65.

Como lo podemos apreciar en el texto, existía entre los discípulos un problema de fidelidad y es por ello que muchos de los que le seguían se volvieron atrás. Los discípulos cercanos se contraponen a esa decisión y le expresan su Fe decidida en Él.

Hermanos, hoy sucede lo mismo entre nosotros cuando recibimos el llamado de conformar comunidades, algunos toman la decisión de apartarse porque les parece duro y comprometedor seguir esos pasos que enseña Jesús y les cuesta apartarse de todas esas seguridades que han obtenido en el mundo.

Y es que si miramos nuestra realidad de hoy, podemos apreciar que el mundo vive una vida cómoda y aferrada a las cosas que ofrece y quienes decidimos seguir adelante con Jesús vamos navegando entre contracorriente de ello proclamando unos valores que los hombres no entienden.

Entonces, hermanos nos es supremamente necesario que estemos estrechamente ligados a la Palabra de Dios alimentándonos con el verdadero Pan que da la Vida, para así, con sus gracias y bendiciones, podamos reafirmar nuestros compromisos de ser fieles seguidores del Salvador del mundo.

Señor, no queremos marcharnos de tu lado ni quedarnos atrás, queremos caminar al paso que necesita que camine la Iglesia cumpliendo con nuestros deberes y con nuestra misión apostólica de extender tu Reino por medio de la caridad. Por eso hoy te damos las gracias. Ayúdanos a transformarnos para así, sinceramente, cumplir nuestros deseos y hacerlos realidad.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:38 a.m. | Permalink |


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