jueves, agosto 15, 2024

"De pie a tu derecha está  la Reina"...Salmo 45.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 15 de Agosto del 2024

Hoy la Iglesia celebra la Asunción de la Santísima Virgen María. Nuestro catecismo nos enseña el Dogma de que María, cumpliendo su vida terrenal, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo en donde participa en la gloria de la resurrección de Jesús, su hijo. (LG 59 Pio XII. Const. apo. Munificentissimus Deus. Nov.1950: DS 3903).

La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha que alcanzaremos en el cielo, en la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que todos nosotros aspiramos llegar. 

INTRODUCCION AL EVANGELIO:

El Evangelio de hoy tomado de Lc 1, 39-56, nos presenta el gozo que sienten dos mujeres al ser elegidas y amadas por Dios. Ellas tienen un encuentro y en este, reconfirman la veracidad del llamado al servicio y comparten juntas esa dicha. 

Así nos lo narra el texto del Evangelio: "María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.  Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz”. Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!  Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre”. Lc 1, 39-56.

Como lo leemos en el texto, María llega a la casa de Isabel quien vivía en una región montañosa de Judá, muy cerca de Jerusalén; y como eran parientes se saludaron efusivamente, con afecto y cariño.

Dice también el texto que al escuchar Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno del gozo y ella, se llenó del Espíritu Santo. Y así, se convierte en profetisa al descubrir el misterio de María.

Entonces María pronunció su alabanza al creador porque había sido elegida para ser Madre del Salvador. Alabanza que se llama: El Magníficat.

Hermanos, con ese hermoso himno María alaba a Dios por su elección y le reconoce su Divina Providencia. Es ésta hoy para nosotros una exhortación para que con gozo y alegría también alabemos a Dios y la agradezcamos habernos escogido para llevar como centro de nuestras vidas a su Hijo Único Jesucristo como el Verdadero Camino que nos conduce a la Salvación y el disfrute de su Reino. 

María, ayúdanos a imitar tu docilidad, tu silencio y escucha. Estrella de la mañana, refugio de los pecadores, háblanos de tu hijo y muéstranos el camino para seguirle por el camino de la fe.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:12 a.m. | Permalink |


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